"El 5 de diciembre de 2014, el periodista Jordi Basté, refiriéndose al
estudio presentado por el conseller Mas Colell sobre los presupuestos de
2015, decía en su programa líder de audiencia que: "Catalunya es un muy
buen negocio para España según la Generalitat. Es la conclusión de un
informe del Departamento de Economía que asegura que la diferencia entre
lo que gasta el Estado en los catalanes y lo que recibe entre impuestos
y otros ingresos es un superávit de 3.200 millones de euros".
"En una
Catalunya independiente, en lugar de un déficit del 0,7%, el año que
viene tendría un superávit del 1,2%, es decir, le sobrarían más de 2.400
millones de euros".
Y el día 7 de mayo de 2015, Basté formuló la siguiente
pregunta a Pablo Iglesias, el líder de Podemos: "Catalunya aporta al
Estado unos 15.000 millones de euros de más de entre lo que recauda en
impuestos y lo que recibe en servicios e inversiones. Esto quiere decir
que una familia catalana de cuatro miembros aporta al Estado unos 8.000
euros cada
año que no vuelve a ver. ¿Entiende que por esto haya gente que quiera un Estado propio para Catalunya?".
año que no vuelve a ver. ¿Entiende que por esto haya gente que quiera un Estado propio para Catalunya?".
Observen que con la estimación de 3.200 millones de euros de déficit
fiscal que hace el estudio presentado por el conseller Mas Colell
(exactamente son 3.288), por catalán serían 438 euros o 1.750 por
familia de cuatro. Y, en contraste, con la estimación de los 15.000
millones de euros, son 2.000 por catalán y 8.000 para la misma familia.
Es obvio que las cifras que Basté da en los dos días citados no pueden ser ciertas a la vez.
La respuesta correcta a la pregunta de "cuánto es la diferencia entre
lo que gasta el Estado en los catalanes y lo que recibe de ellos de
impuestos y otros ingresos" es la siguiente: solo durante los dos años
del pico de la burbuja inmobiliaria, 2006 y 2007, ha
sido cierto que Catalunya ha aportado unos 15.000 millones de euros más
de lo que recibió.
Pero esa cifra ya se redujo a 6.000 millones de euros
en 2008; Catalunya recibió del Estado 4.105 millones de euros en 2009;
aportó 774 millones de euros en 2010 y 4.032 en 2011. Estas son las
cifras de la Generalitat.
Para el año 2015, en el que
la situación macroeconómica es mejor, el conseller Mas Colell estima
que esa aportación será de 3.200 millones de euros. Así pues, en un
cálculo que englobe los últimos 8 años, estamos muy lejos de los 15.000 o
16.000 millones de euros. ¿Por qué se dice que son 15.000 o 16.000
millones de euros? Por tres motivos.
En primer lugar,
porque para calcularlos se ha supuesto que los catalanes obtienen
gratis todos los servicios que el Estado les aporta desde fuera de
Catalunya. Ya sabemos que el escritor Francesc Pujols dijo que llegará
un día en que los catalanes, por el solo hecho de serlo, iremos por el
mundo y lo tendremos todo pagado. Pero no parece una manera muy seria de
preparar un viaje a Ítaca...
¿Es razonable pensar
que las embajadas y consulados de la Generalitat nos costarán cero euros
a los catalanes? ¿Es razonable pensar que la defensa de nuestra
república independiente solo nos costaría unos 350 millones de euros,
cuando la pertenencia a la OTAN exigiría una cuota de socio de al menos
3.000 millones de euros?
Servicios como estos, que
ahora suministra el Estado desde fuera de Catalunya, y que la mayoría de
los cuales tendría que prestar una Catalunya independiente, tienen un
coste aproximado de 6.000 millones de euros al año. Para saber lo que
quedaría disponible hay que descontarlos de los 16.000 millones de
euros.
En segundo lugar, porque la mayor parte de
esos 16.000 millones de euros no son impuestos efectivamente pagados en
el año, sino que son una estimación de los impuestos futuros que se
tendrían que pagar para devolver la parte que corresponde a Catalunya
del déficit del Estado. Piense en el siguiente ejemplo: si usted toma
una hipoteca, la carga financiera que le representa no es el importe de
la hipoteca, sino la cuota mensual que paga al banco. Y esa cuota
mensual ya se toma en cuenta en las cifras del déficit fiscal anual
citadas.
En tercer lugar, porque esa estimación se ha
hecho con una hipótesis extrema y poco realista que aumenta la cuantía
de esos impuestos futuros.
En cualquier caso, como son impuestos futuros, no se han pagado todavía y por definición no están disponibles en el presente.
Hasta ahora, como la Generalitat solo presentaba la suma de esos dos
conceptos, ha inducido a confusión. Pero, por primera vez, en la
presentación de las balanzas fiscales referentes al año 2011 la
Generalitat ha dejado claro la parte que son ingresos disponibles en el
año y qué parte, como se dice textualmente en su informe, son "ingressos
futurs a aportar per amortitzar el deute de l’Adm. central".
Ciertos economistas independentistas argumentan que son lo mismo y que
hay que sumarlos, pero si fuera así, la Generalitat no hubiera acabado
diferenciándolos.
De los 16.000 millones de euros hay
que descontar los "ingresos futuros" por importe de 5.800 millones de
euros en 2008, 15.600 millones en 2009, 10.700 millones en 2010 y 7.200
millones en 2011.
Aún no sabemos la cifra de 2012 porque la Generalitat
este año todavía no ha publicado el estudio correspondiente en las
fechas que nos tenía acostumbrados.
Si Catalunya
quisiera disponer ahora de esos recursos, tendría que endeudarse como
hace el Estado. La consideración de estos impuestos futuros dejará de
tener importancia dentro de dos años, en 2017, cuando probablemente el
déficit del Estado será prácticamente nulo, de acuerdo con nuestro
compromiso en Europa.
En contraste con los 16.000
millones de euros, Mas Colell ha hecho juiciosamente el cálculo
prospectivo para 2015, incluyendo todos los servicios que presta el
Estado (tanto desde dentro como desde fuera del territorio de Catalunya)
y no ha contado con esos ingresos futuros. Con ello, el resultado que
ha obtenido es un déficit fiscal de Catalunya con el Estado en 3.228
millones de euros. Y, según el señor Basté, Mas Colell estimó el
beneficio fiscal de la independencia en 2.500 millones de euros.
En definitiva, según el cálculo de Mas Colell, en 2015 el déficit de Catalunya con el Estado será del 1,6% de su PIB.
Incluso sumando los ingresos a aportar en el futuro, el déficit fiscal
de Catalunya entre 2006 y 2011 se mantiene en el entorno del 5,7% del
PIB durante todo el periodo. Bastante lejos del 8,5% que han proclamado
Mas y Junqueras." (Josep Borrell
/
Joan Llorach
, eldiario.es, 12/09/2015)
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