"1.
¿Qué es un Estado no
independiente? (...)
Por supuesto, brilla por su ausencia la explicación del significado de Estado
no independiente, lo cual supone una llamada a votar lo inconcreto. El Decreto
de convocatoria y sus Anexos son la «Ley» de la consulta, de modo que el
concepto no puede quedar al libre arbitrio de terceros, que es lo que aquí
sucede.
En caso de victoria del SÍ-NO, nadie podría interpretar con exactitud
lo que significa, sino que cada uno tendría su propia versión, ya que no se dan
orientaciones del tipo de implementación que tendría esta opción. Poco
democrático.
2.
¿Quién gana la votación? (...)
Cómo se concreta la opción
ganadora queda en el completo olvido: sí que se determina que en la publicación
de resultados se indicará el número de votos obtenido por cada opción, incluido
el voto en blanco, y el número de votos válidos y nulos, pero no se indica en la
convocatoria cómo se llega a la conclusión acerca de cuál es la opción ganadora
y, por lo tanto, el tipo de mandato (no nos engañemos, no se pide la opinión, y
lo de consultivo es poco menos que una entelequia en este caso) que se ha
expresado en la votación. Poco democrático.
El
artículo 8 de la Ley de Consultas dice que los poderes públicos que la han
convocado deben pronunciarse sobre la incidencia del resultado en la actuación
pública sometida a consulta en el plazo de dos meses a partir de su celebración.
Es decir, que el Gobierno de la Generalidad puede hacer lo que prefiera: si la
opción más votada tiene un cuarenta por ciento de apoyo, puede considerar que
se debe actuar en función de ese resultado, aunque ni siquiera cuente con
mayoría absoluta.
En cualquier caso, la convocatoria no lo aclara. De manera
más completa, la ausencia de sistema electoral ya ha sido analizada por José
Fernández-Albertos.
3. ¿Los extranjeros también deciden el futuro político de Cataluña? (...)
Resulta llamativo que, para
decidir sobre cuestiones de soberanía, se otorgue derecho a voto a quien no
tendría -al menos, a priori- derecho a la nacionalidad catalana en el
momento de crearse un hipotético nuevo Estado.
Además, los extranjeros no
pueden votar en elecciones generales ni autonómicas -sí en las municipales en
caso de ciudadanos comunitarios o si existe Acuerdo de reciprocidad-, por lo
que es sorprendente que se le otorgue la oportunidad de votar sobre el futuro
político de Cataluña -aunque deba solicitarlo específicamente- a quien carece
de derecho a hacerlo por las vías legales: nada menos que se le otorga voto
para iniciar una reforma constitucional de España a quien con toda probabilidad
en el caso de una secesión de Cataluña no podría votar su Constitución.
En este
caso, no es que sea poco democrático, es que se trata de otro de los ropajes
del fraude en que consiste la consulta. Por cierto, en lo sustancial, esta
cuestión fue comentada por personas tan poco sospechosas de oponerse a la
consulta como Vicent
Partal o Carles
Boix.
4.
¿Una campaña de cuarenta y
dos días para decidir la independencia?
Si la campaña
se iniciaba el domingo veintiocho de septiembre y finaliza (esto es pura teoría
porque ya sabemos que está suspendida aunque siga de forma encubierta) a las
cero horas del nueve de noviembre, la campaña informativa se desarrollaría en
tan solo cuarenta y dos días.
La Ley de Consultas dice la votación se debe
celebrar entre los treinta y los sesenta días naturales a partir del día
siguiente de la publicación del decreto de convocatoria.
Una cuestión tan
importante como decidir el futuro político de Cataluña, uno cree que al menos
debería merecer el plazo máximo, pero por lo visto debe ser que el resultado es
ya muy claro y la fase de información, innecesaria. (...)
De
forma breve, se han esbozado varias de las objeciones que se le pueden oponer a
la convocatoria del referéndum encubierto, al margen incluso de las cuestiones
constitucionales y legales que impiden su celebración.
Sería bueno que quienes
se arrogan la exclusividad de la legitimidad democrática fueran capaces de dar
una respuesta honrada, aunque quizás no es posible, a cuatro interrogantes para
esta consulta planteada de forma tan poco democrática." (Javier Soria, Puerta de Brandemburgo, 05/10/2014)
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