11/2/14

Mentiras y verdades de la financiación de Catalunya

"(...) ¿cuál debería ser el saldo fiscal correcto, o asumible?

PIB y población, una cuestión de equidad

Los expertos en Hacienda Pública, --la bibliografía económica, en general-- ha acabado estableciendo algunos principios. Se aporta según la capacidad, y se recibe según las necesidades. ¿Y cómo lo medimos? La regla es establecerlo según el PIB y según la población.

Datos, de nuevo. Entre 2005 y 2009, la aportación de Catalunya al conjunto de ingresos a la administración central debería haber sido de un 18,67%, porque ese fue el peso de su PIB sobre el conjunto español. Pero fue del 19,48%, según el método del flujo monetario, y del 19,13% según el flujo del beneficio.

 ¿Y qué recibió? Según la población, debería haber recibido el 15,99%, porque ese es el peso de la población catalana en el conjunto. Pero recibió el 13,66%, según el método del flujo monetario, y del 15,05% según el método del beneficio.

Es decir, según ese criterio, Catalunya aportó algo más de lo que le tocaría, y recibió algo menos de lo que debería. Esa diferencia se traduce, según el flujo monetario, en un déficit fiscal entre 2005 y 2009 de 13.849 millones de euros, que se debería haber corregido hasta los 7.901 millones si se hubiera respetado ese equilibrio entre capacidad fiscal y población.

Una diferencia de 3,2 puntos de déficit


Es una diferencia de 5.948 millones de euros cada año. Corregido hubiera supuesto pasar de un 7,4% de déficit fiscal a un 4,2%.

Es decir, la diferencia –y tomando el flujo monetario, que es el que ofrece un mayor déficit fiscal para Catalunya—es de 3,2 puntos, que resulta de esa resta entre 7,4% y el 4,2%.

Son 3,2 puntos de exceso, y según se mire. Pero el resto, es la contribución de Catalunya a la solidaridad con el país al cual pertenece.

Déficit, pero no expolio

Por ello, con toda la polvareda levantada tras el anuncio del Gobierno de publicar o no las balanzas fiscales, y tras el encargo al investigador del CSIC, Ángel de la Fuente, de aportar más datos y pormenorizar quién y cómo se beneficia del gasto de la administración central, el conseller Mas-Colell insistía en sus tesis.

Consideraba “lógico” que Catalunya, como comunidad rica, pague por encima de la media, pero recordaba la cuestión de la población. “De lo que siempre nos hemos quejado es de que el porcentaje de gasto estatal en el territorio está persistentemente por debajo de la media de la población”.

Todo ello significa un problema de financiación, pero no un “expolio”. Esos 3,2 puntos adicionales, y que se pueden someter a debate, la academia no lo considera “un expolio”, aunque el movimiento independentista haya hecho bandera de ello."            (Manuel Manchón, Economía Digital, 09/02/2014)

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