"(...) Para el nacionalismo catalán, la nación es una combinación de rasgos
objetivos y subjetivos compartidos. Los rasgos objetivos: la historia,
la identidad, la lengua, la cultura o el carácter propio.
Los rasgos
subjetivos: la consciencia de ser y pertenecer y la voluntad de
construir –reconstruir, en versión catalana postmoderna- una nación.
Si aceptamos esta definición –propia del nacionalismo catalán-, la
conclusión es obvia: Cataluña no es una nación. Brevemente: la historia
es compartida, la identidad es múltiple, la cultura es plural y el
carácter es individual.
¿La lengua? En Cataluña no hay una lengua
propia, sino dos lenguas –oficiales- comunes. De los rasgos objetivos a
los subjetivos: en Cataluña la consciencia de ser y pertenecer, así como
la voluntad de construir o reconstruir una nación, es dual. Así las
cosas, alguien podría preguntar: y bien, ¿qué es Cataluña? Quizá una
binación, (...)" (Miquel Porta Perales, Crónica Global, Miércoles, 26 de febrero de 2014)
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