"Es frecuente que desde el nacionalismo catalán se acuse a sus
opositores de "banalizar el nazismo" a la hora de criticarles. En esos
casos, es habitual que una legión de medios y opinadores respondan
contundentemente, hasta el punto de que incluso la Generalidad ha llevado a los tribunales a diversos periodistas y tertulianos por este motivo.
Sin embargo, cuando eso ocurre al revés, cuando es una voz autorizada
del nacionalismo catalán la que incurre en una banalización del
nazismo, es el denunciante el que recibe las críticas del establishment mediático nacionalista. Y esto es lo que ha sucedido los últimos dos días, en los que se ha generado una situación insólita.
Los hechos se remontan, en realidad, al pasado domingo, cuando el
conocido empresario y humorista Toni Soler -comisario de los actos del
Tricentenario de 1714 que organiza el Ayuntamiento de Barcelona, y
propietario de una de las productoras que más facturan a TV3- publicó un
artículo en el diario Ara titulado "El juicio final" en el que acusaba a los que apuestan por el "federalismo" de colaboracionistas. En concreto, señalaba:
"Quien no entienda que España camina hacia
la asimilación y la recentralización, quien no perciba que la autonomía
es una herramienta inútil para defender nuestros intereses no tiene más
disculpa. Distraernos de la cruda realidad con zanahorias como el
federalismo ya no es un ejercicio de ingenuidad, sino de ceguera
política o incluso de colaboracionismo".
"Colaboracionista" es el término que se utilizaba durante la Segunda
Guerra Mundial para calificar -fuera de Alemania- a los que colaboraban
con el régimen nazi en contra de su propio país. A muchos de los que se
acusaba de "colaboracionistas" se les cortaba el pelo al cero para
señalares y humillarles por su traición.
Este miércoles, el diputado autonómico de Ciudadanos Jordi Cañas, a través de su cuenta de Twitter, denunció las palabras de Soler: "Nuevo insulto de los comisarios políticos del régimen separatista: colaboracionistas".
Y publicó tres fotos recogiendo castigos a "colaboracionistas"
durante la Segunda Guerra Mundial, acompañadas de varios comentarios:
"¿Que harán los separatistas con los 'colaboracionistas' el día después?
¿Nos cortarán el pelo? [...] Colaboracionistas y separatistas. [...]
¿Quién sería el productor del Polonia y socio del Ara en esta foto? El 'peluquero' o el 'colaboracionista'?".
Y recordó que la "semántica del procés"
independentista consiste en "llamar colaboracionistas, traidores,
fachas, botiflers y quintacolumnistas a los catalanes que no son
separatistas".
A partir de ahí, el dirigente de Ciudadanos recibió todo tipo de
insultos, acusaciones y amenazas a través de Twitter. Mientras que el
propio Soler respondió con desdén: "Dejad en paz a Jordi Cañas. Yo en su lugar también estaría de mala leche".
Solo horas más tarde, en vista el revuelo generado en las redes
sociales, Soler trató de justificar sus palabras: "Usé el término en sentido literal y cualquier connotación historicista no era deseada. [...] No quería dar sentido histórico al término, solo literal. Lamento la confusión pero sigo pensando que la propuesta federal nos desvía y nos distrae
de las amenazas reales".
Y un día después, añadió otra explicación:
"Una amiga del PSC me dice que le duele el término 'colaboracionista'.
Me disculpo sinceramente. Buscaré un término menos connotado a partir de ahora".
Pero lo cierto es que, según el diccionario del Instituto de Estudios
Catalanes (IEC), solo hay una connotación para el término
"colaboracionismo": "Actitud ideológica y práctica de quien, en un país
sometido a un régime de ocupación, propugna y sigue una política de
entendimiento y de colaboración con el invasor".
El enfoque de lo ocurrido por parte de los políticos y de los medios
nacionalistas también ha sido significativo: ni una crítica a Soler; el
culpable es Cañas. Así, la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana
(ANC), Carme Forcadell,
ha tildado la denuncia del diputado autonómico de Ciudadanos de
"provocación". Mientras que el secretario de Organización de CDC, Josep Rull, no se ha quedado atrás:
"Cañas es un cínico o ha enloquecido
definitivamente. Que se tome una tila: nadie conseguirá romper la
convivencia en este país [por Cataluña]".
De igual forma, el portavoz de CiU en el Parlamento autonómico, Jordi
Turull, ha exigido a Cañas "que se disculpe por sus comentarios en las
redes sociales o que Albert Rivera le desautorice" porque "no todo vale
en política para salir en los medios".
Vilaweb ha titulado lo sucedido con "Cañas provoca e insulta a los independentistas con fotos de colaboracionistas nazis"; Directe ha considerado que "Cañas incita a la violencia"; Nació Digital incluso ha olvidado citar a Soler en su crónica; El Periódico ha explicado que "el elevado tono" de un mensaje de Cañas "ha caldeado" Twitter; La Vanguardia lo ha resumido señalando que "CiU exige a Cañas que se disculpe por comparar proceso catalán con el nazismo"; y, según El Punt Avui, "Cañas compara el proceso con el nazismo". (Crónica Global, 21/02/2014)
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