27/10/13

Mas declaraba desear el pacto fiscal y en un día (la Diada de 2012) su deseo mutó en el de la independencia

"(...) No especificar sobre qué hay que decidir es una manera de mantenerse en el limbo de las frases vacías (cuando no directamente autocontradictorias, como cuando Artur Mas dice: “El 2014, el pueblo de Cataluña será consultado sobre su libertad”, como si cupiera consultar a quien carece de libertad). 

No es la primera vez, ni mucho menos que el nacionalismo catalán utiliza esta ambigüedad. (...)

Pero el que en cierto sentido se mantenga parecida ambigüedad admite más de una lectura. Habrá quienes interpreten que la perseverancia en la inconcreción lo que muestra es que, en última instancia, los dirigentes nacionalistas no han renunciado por completo a la vieja estrategia pujolista del peix al cove, solo que debidamente puesta al día. 

 Se trataría ahora, según tal interpretación, de evolucionar hacia un gradualismo de nuevo cuño, reforzado por el formidable instrumento de presión que supondría en cualquier negociación futura con el Gobierno central estar en condiciones de amenazar con reactivar una sensibilidad independentista. 

A estos efectos, poder llevar a cabo una consulta no vinculante (en la que para el votante nacionalista poco amante de las aventuras no tuviera el menor coste real propinar una patada independentista en la espinilla centralista) o, casi mejor, poder esgrimir ante sus seguidores una prohibición por parte de Madrid a dicha consulta, constituirían elementos de refuerzo para esta estrategia neolampedusiana.

Con todo, cabe una interpretación más preocupante de semejante perseverancia nacionalista en la ambigüedad. (...)

Mi sospecha es la de que Artur Mas nunca ha sabido qué preguntar porque nunca ha sabido qué proponer. De hecho, una de las respuestas más reiteradas que suele proporcionar para justificar la consulta parece ir en esta dirección: se trataría de convocarla para “conocer la voluntad del pueblo de Cataluña sobre el futuro político del país”. (...)

Pues bien, probablemente sea el no tenerla en sentido fuerte (más allá del omnipresente sentiment) lo que ha abocado a Mas a un decisionismo sin salida, preso del cual e incapaz de defender horizonte político alguno mínimamente específico (hasta el punto de que a estas alturas sigue resistiéndose como gato panza arriba incluso a utilizar la palabra independencia), se ha lanzado a una exasperada huida hacia adelante.

Mas, en efecto, lleva tiempo haciendo suyo, en la práctica, el eslogan independentista radical tenim presa (a finales del pasado mes de septiembre determinó, de acuerdo con sus socios parlamentarios, concederle tres meses al Gobierno central para negociar la consulta). En su caso, la prisa se materializa en una permanente fuga en la que, tras cada paso fallido, se muestra incapaz de reflexionar, reconocer el error y hacer balance autocrítico. 

En vez de eso, convierte su fracaso en un argumento para acelerar la deriva, lo que le obliga a pasar a la siguiente fase. Telegrafío lo sobradamente conocido: declaraba desear el pacto fiscal y en un día (la Diada de 2012) su deseo mutó en el de la independencia. Fue una tarde a Madrid para hablar con Rajoy y le bastó para convocar elecciones anticipadas. Ahora ya ha anunciado que si la consulta no prospera lo que convocará serán elecciones plebiscitarias, después de las cuales ni se sabe lo que propondrá. (...)

A fin de cuentas, también Carl Schmitt reivindicaba la democracia. Solo que, en su caso, la verdadera noción de democracia no era la de un Gobierno donde la autoridad política se hallara legitimada a través de un proceso de discusión pública fundado en argumentos racionales, sino en una profunda —casi mística— identidad entre gobernados y gobernantes, el pueblo y sus representantes. 

Por su parte, el 29 septiembre de 2013, Mas pronunciaba las siguientes palabras: “El mensaje es este: dentro de Cataluña cuanta más piña mejor, porque adversarios ya los tenemos fuera. No es necesario que nos convirtamos en adversarios aquí dentro”. Curioso paralelismo, ¿no les parece?"           ( , El País, 22 OCT 2013 )

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