25/10/13

El 70% de los barceloneses no votaría en un supuesto referéndum a favor de la independencia de Cataluña

"Si es verdad que la última encuesta realizada por encargo del Ayuntamiento de Barcelona -a la que no se ha dado publicidad ya que como todos saben los medios públicos catalanes responden a aquello que mantenía una antigua compañía discográfica: la voz de su amo-, a lo que iba, el resultado de ese trabajo mantiene que el 70% de los barceloneses no votaría en un supuesto referéndum a favor de la independencia de Cataluña.

Es decir, Barcelona decide permanecer en España, pero quizás el resto de Cataluña dijera que sí a la independencia. Entonces lo mejor para la ciudadanía sería que Barcelona se declarara Estado-ciudad, y que la ciudad decida lo que quiere hacer haciendo suyo el derecho a decidir.

 Eso sí sería libertad y democracia pura y dura. Barcelona ya no dependería de los catalanes que viven en provincias. Barcelona sería fiel a su pureza política, cultural, mestiza y cosmopolita, superando la dialéctica Estado autónomo o Estado independiente. (...)

Las estado-ciudades, si bien son parte de una nación y no poseen soberanía propia, poseen su propia constitución política, con sus propias leyes y autoridades ejecutivas, legislativas y judiciales. Tienen amplias competencias y libertades respecto del Gobierno al que se han federado.

Imaginen por un momento la Barcelona libre de nacionalistas, sólo compuesta de ciudadanos libres e iguales, con gobiernos elegidos en libertad y sin privilegios, con información libre y no sesgada, con riqueza y prosperidad para su ciudadanía, con colegios sin ideologías, formando a la ciudadanía en respeto y sana crítica, que el que más tiene más impuestos pague, que la administración esté al servicio del ciudadano y no al revés.

Sería contradictorio que el derecho a decidir no se aplicara al supuesto que mantengo de Barcelona Estado-ciudad, pues si no, todo esto sería una falacia y un engaño: derecho a decidir sólo para una cosa y no para todas las cosas. (...)"            (Antonio Pavón, Cronica global, Viernes, 25 de octubre de 2013)

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