25/10/13

Independencia de Cataluña, ¿qué hacemos con la deuda?

"(...) España en el segundo trimestre del año tuvo una deuda pública de 942.758.000.000 Euros (conjunta para todas las administraciones). El gobierno central es responsable de 818.375.000.000 Euros. El gobierno catalán por su parte tuvo una deuda pública de 51.779 millones de euros. Con esto tenemos suficiente como para hacer unos cuantos cálculos en una servilleta.

Cataluña supone algo más del 40% de la deuda no autonómica, mientras que su deuda por sí supone un 26% de su PIB, pero habría que asignarle su cuota estatal, la pregunta es ¿cómo la asignamos? Si lo hacemos respecto a su población habría que asignarle un 16% de la deuda del estado y respecto al PIB un 18%.

 Es decir, entre 130.940 y 147.308 millones de euros. También está la posibilidad de repartir por territorio (por km2), pero no la veo muy práctica. La pregunta es ¿qué sucedería en caso de independencia de Cataluña?

 Supongamos que se llega a un acuerdo, en este, Cataluña asumirá su parte de la deuda respecto al resto del estado. Esto le podría suponer una deuda total de entre 182.719 y 199.087 millones de Euros. Lo que supone entre el 92 y el 100% del PIB de Cataluña. 

No es un punto de partida muy halagüeño para una nación recién independizada. Además el nuevo estado seguramente se encontraría en condición de déficit, por lo que es probable que tuviera que seguir acudiendo a los mercados a por financiación.

A esto deberíamos de añadirle la deuda de las entidades locales catalanas.La deuda de las entidades locales es de 43.153 millones de euros, de los cuales corresponden 1.140 millones al de Barcelona. 

Para hacernos una idea, supongamos que el endeudamiento del ayuntamiento de Barcelona es representativo y que supone la deuda media. Al tener 1.620.943 habitantes podríamos suponer que la deuda de las entidades locales catalanas es de 5.288 millones de euros. Lo que supone un 2,7% adicional a añadir a las cifras anteriores.

En este caso, acuerdo por las buenas, estaría la pregunta sobre cómo se procedería a repartir la deuda. Básicamente se me ocurren dos opciones. La primera es que los tenedores de deuda pública pasaran a tener deuda de los dos estados resultantes, la segunda opción es que el gobierno de España quedaría como acreedor del catalán (que ya lo es), quedando en una situación de apalancamiento.

Probablemente ninguno de los dos casos parece que fuera a dar confianza a los inversores internacionales en los dos nuevos estados. El primero porque pasarían a tener deuda de un estado recién creado, algo que puede que no les convenciera. 

Por otro lado, el nuevo estado de España sin Cataluña podría tener problemas para financiarse a riesgo de que se optara por una solución similar si otras regiones decidieran independizarse. El segundo porque muy probablemente su deudor dependería de otro para hacer frente a sus pagos.

Por otro lado, el otro estado resultante tendría un PIB de 893.368.595.000 Euros, con una deuda de entre 754.751.000.000 Euros y 738.383.000.000 Euros. Es decir, entre el 69 y el 67,6% del PIB.
 
Ahora supongamos que un acuerdo como el anterior no se alcanza. Es decir, el nuevo gobierno catalán no asume nada de las deudas del actual Reino de España aunque sí las de la Generalitat, por continuidad o por dar buena imagen a futuros inversores. Eso supondría una deuda del 26% del PIB, como hemos mencionado antes. Pero habría que añadir las deudas de las entidades locales de Cataluña. Por lo que nos quedaríamos en un 28,7% del PIB del nuevo estado catalán.

En cambio ¿cómo quedaría el resto de España? Pues seguramente con el PIB sin la parte catalana 893.368.595.000 Euros y una deuda correspondiente a la actuamenos la de la Generalitat y de las entidades locales catalanas (lo que hemos estimado) es decir, una deuda de 885.691.000.000 Eur, el 99% del PIB.

 Obviamente todos estos cálculos se ha hecho con una los datos del PIB del año pasado (aunque no creo que sea muy diferente al de éste) y sin suponer las pérdidas/ganancias de PIB que podría haber por la separación y fragmentación del territorio así como el boicot cruzado del que tanto se habla que potencialmente habría entre ambas partes, problemas si se saliera de los actuales tratados, etc. (...)"         (El blog salmón, 24/10/2013)

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