5/8/22

Xavier Rius: La independencia es imposible... El independentismo se ha movido siempre entre el 1,8 y los dos millones de votantes de un censo electoral de 5,5 aproximadamente... ¿se puede declarar la independencia de un territorio con menos de la mitad de la población como han demostrado elecciones sucesivas? El problema es que la Generalitat -y los medios de comunicación- han construido un imaginario colectivo que en parte no existe: un sol poble...

 "El otro día algunos de mis más conspicuos seguidores (Dolors, Simón, Manoli, Eduardo, Aurora) andaban inquietos.

El Nacional había publicado un sondeo según el cual, en un supuesto referéndum de autodeterminación, el sí a la independencia llegaría al 49,7% y el no a un 45,3%. A mí, la verdad me dejó frío. Primero porque era El Nacional. Lo raro sería que saliera otro resultado.

Segundo porque no me fío de las encuestas. Ya no entro en si quieren empezar a calentar la Diada -TV3 anda cabizbaja últimamente- porque agotadas ya todas las posibiliades el lema de este año es: “Tornem-hi per véncer: independència”. Es como pedir que, por favor, vayan.

Nadie en su sano juicio, excepto a los de la ANC y alguno más, puede concebir todavía la aplicación del 155 como una victoria. Por eso en la historia de Catalunya solo hallamos derrotas.

Pero, sobre todo, porque en una democracia la fuerza se mide en votos. No en encuestas. Todavía recuerdo que en las elecciones del 2012 -aquellas en las que Mas tenía que ganar de calle- el CEO le auguró mayoría absoluta para dar un empujoncito final. CiU perdió doce diputados de golpe: de 62 a 50. Nunca una victoria electoral fue tan amarga.

Por eso no me inmuté con el pronóstico.

No solo eso: ¿Tras diez años de proceso todavía están con menos del 50%? ?¿No decían que había que ensanchar la base social?

Base social que, por otra parte, no es que no haya crecido sino que da incluso muestras de agotamiento. Es cierto que, en las elecciones del año pasado, el independentismo mantuvo la mayoría absoluta.

Hasta superó por primera vez el 50%: un 51,14%, Aunque redondeaban la cifra hacia arriba y decían el 52%. Pero hacían trampas porque incluían al PDECAT a pesar de que, con 77.000 votos, se había quedado fuera del Parlament. El PDECAT, en franca desbandada, está moderando su independentismo desde entonces.

No sólo eso.

El independentismo se ha movido siempre entre el 1,8 y los dos millones de votantes de un censo electoral de 5,5 aproximadamente. Lo cual quiere decir que no es mayoritario. Así no se puede declarar la independencia unilateral de un territorio

Vamos a verlo:

En las elecciones del 2021 como hemos dicho fueron 1,4 millones (51,14%). En las del 21 de diciembre del 2017: más de dos millones (47,5%). En las 27 de septiembre del 2015, que habían de ser plebiscitarias: 1,9 (47,74%). En las del 25 de noviembre del 2012 -las primeras en las que irrumpió la CUP: 1,7 (47,84%).

Si retrocedemos a les elecciones del 28 de noviembre del 2010, cuando CiU recuperó la Generalitat, porcentajes similares. En este caso la CUP ni siquiera se había presentado pero el independentismo radical estaba representado por Solidaritat: 1,5 millones de votantes (48,75).

Incluso en la consulta del 9-N del 2014 -“proceso participativo” lo llamó Mas en cuanto se lo prohibió el TC- votaron a favor del sí-sí -es decir, de la independencia- 1,9 millones de personas.

¿Y en el referédum del 1-0? Pues casi lo mismo: dos millones.

Y eso que todo el voto indepe estaba movilizado, algunos no indepes fueron a votar por las cargas policiales y se podía votar … ¡varias veces!. “Censo universal”, lo llamaron.

Pero es que hay más.

¿Cuánta gente votó a favor del nuevo Estatut en el referéndum del 2006? Casi 1,9 millones de personas. Aunque, de hecho, hubo más abstención (51%) que participación (49%). Y recuerden que, en teoría, la sentencia del Constitucional fue el casus belli que desencadenó todo el proceso. ¡Con más de la mitad de los votantes que se quedaron en casa!

No sólo eso, en el referéndum del tan anhelado Estatut del 79 votaron a favor 2,3 millones de personas de un censo de 4,4.

Es decir, un 52%. Pero tras cuarenta años de dictadura tampoco es para tirar cohetes, ¿no?

En teoría había un clam a favor del autogobierno: “Llibertat, Amnistia, Estatut d’Autonomia!”, gritaban en las manis.

Por eso: ¿se puede declarar la independencia de un territorio con menos de la mitad de la población como han demostrado elecciones sucesivas?

No.

Ya no entro en otras consideraciones políticas como que la Constitución española no lo permite o que ningún estado miembro de la UE -ahora son 27- expresó su apoyo oficial a la causa independentista aquel octubre del 2017.

Ni siquiera tras las citadas cargas policiales.

Y ahora, con el follón de Ucrania y después de haber coqueteado con Putin, sospecho que todavía menos.

El problema es que la Generalitat -y los medios de comunicación- han construido un imaginario colectivo que en parte no existe: un sol poble.

De ahí también lal contribución, casi diría complicidad, de medios públicos y privados a la causa. Como periodista es lo que más me duele porque los periodistas tenemos que decir la verdad más allá de nuestras ideas políticas.

Yo, que soy tan reacio a ver conspiraciones, me creeré al final que el proceso ha sido una operación de ingeniería social. Mucho marketing.

Es cierto tambén que los indepes alegan que sí son la mitad de la gente, votemos. Pero me temo que quemaron todas las naves el 1-O y que, en política internacional, es más fácil mantener un status quo que romperlo. Los estados no quieren problemas. Para romperlo necesitas mucha legitimidad, algún aliado exterior y mucho más apoyo popular que un 50% justillo.

En resumen: la independencia a corto y medio plazo es imposible.

A largo plazo vete tú a saber porque a lo mejor aparece petróleo, diamantes o coltan en el Delta del Ebro. Pero que yo sepa, de momento, sólo hay arroz. Eso sí, de excelente calidad.

Aunque, con estos en el Govern, seguro que si apareciera algún material precioso también en contra de su aprovechamiento.

Como lo están contra la amplicación del Aeropuerto o la AP-7 a cuatro carriles. España puede dormir tranquila."                 (Xavier Rius, director de e-notícies, 26/07/22)

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