"(...) tengo la sensación que las de Piqué -y los trapicheos para favorecer a su equipo, el Andorra- salieron menos.
Vi algunas informaciones en La Vanguardia y El Periódico, pero no le dedicaron por ejemplo un Preguntes Freqüents en TV3. ¡Y eso que habría dado mucho juego!
Sospecho
que debieron pasar de refilón por el tema otros programas ilustres de
la cadena que, ahora que el proceso va de baja, pueden tener los días
contados: el Planta Baixa, el Tot és mou, el Està Passant o incluso los informativos.
Por supuesto tampoco ha dada por un Sense ficció o un 30 Minuts. A éstos sólo les interesaba el Tsunami Democràtic.
Al fin y al cabo Piqué era de los nuestros. Siempre se apuntó al dret a decidir
y hasta se metió con Enric Millo aunque en esto quién lo supera es
Antoni Puigverd, una herencia de Maragall en La Vanguardia, que le sacó
un día a relucir el higado que donó a su mujer.
Ahora con el presunto pelotazo de las mascarillas de la Generalitat -¡24 millones nada menos- pasa lo mismo.
Todavía es hora que lo vea por el Telenotícies -quizá se me ha escapado porque cada vez lo veo menos-.
La que se hubiera armado si hubiera sido el hermano de Ayuso, al que, por cierto, se lo han acabado archivando.
Es
aquel asunto que, por supuesto, empezó con mal pie porque la propia
Generalitat vio chamusquina y presentó denuncia ante los Mossos para
retirarla ... ¡tres días después!.
Lo increíble es que nadie haya
negado que el empresario en cuestión, Roger Parellada -sin experiencia
previa en el ramo- se haya embolsado los citados 24 millones en plena
pandemia.
Ni él, ni la portavoz del Govern, Patrícia Plaja el pasado martes en rueda de prensa oficial; ni el propio presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en la sesión de control de éste miércoles en el Parlament.
Por eso han pasado a ser las mascarillas de Pere Aragonès. Curioso para un partido que siempre ha presumido de mans netes y que ha intentado desmarcarse cuanto ha podido de la corrupción de Convergencia y de sus adláteres.
Lo cual añade veracidad a la información publicada por colega Marcos Lamelas en El Confidencial.
No sólo eso sino que ni siquiera el expresidente Quim Torra, a través de su oficina, ha negado con un comunicado oficial que el susodicho llamara a su mujer para desbloquear la compra.
Ya sabe que Torra se pasó la pandemia buscando material por internet.
Para rematar este artículo sobre el aislamiento mediático en Catalunya basta recordar el caso de Laura Borràs.
El
otro día, cuando el TSJC la dejó a las puertas de la apertura del
juicio oral, Toni Cruanyes dio treinta segundos en el TN noche tras el
incendio de Perpiñán.
Claro, Cruanyes tiene un libro en el que
menciona media docena de veces que los condenados del proceso eran
"presos políticos". Por eso es presentador estrella de la cadena.
Aunque, en este caso, ni siquiera la supuesta corrupción ni siquiera está vinculada al procés. No son, por poner un ejemplo, la compra de las urnas en China. Son delitos estricta, pura y presunta corrupción.
Pero
a todo el mundo le parece normal que el segundo cargo institucional de
Catalunya -cobra más incluso que el presidente de la Generalitat- esté
acusada de malversación, prevaricación, fraude y falsedad documental.
Por
cierto, a los casi 3.000 militantes de Junts que la votaron de
candidata en las primarias, a los 570.000 catalanes que la votaron en
las últimas elecciones, y a los 64 diputados que la eligieron presidenta
de la cámara (ERC y Junts junto a la abstención de la CUP debe
parecerles también lo más normal del mundo.
Ahora entiendo lo del oasis catalán." (Xavier rius, director de e-notícies, 01/07/22)
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