8/6/22

Los profesores universitarios denuncian que la nueva exigencia de que los docentes tengan que acreditar el nivel C1 de catalán para poder ejercer es un "obstáculo" que cerrará la puerta a aquellos que quieran venir de otras zonas de España o del mundo. Si un docente de Sevilla, por ejemplo, quiere presentarse, lo tendrá muy difícil... No sólo afectará a la llegada de talento docente, sino también a los alumnos del resto de España y de otras partes del mundo... Las universidades catalanas están entre las mejores de España y de Europa gracias, sobre todo, al castellano y al inglés. Si este plan tiene éxito, supondrá una bajada del nivel a medio plazo... muchos estudiantes son hispanoamericanos... la exigencia de un C1 de catalán es la única forma efectiva de controlar, es un filtro de entrada de gente de fuera... es una estrategia para estimular el conflicto lingüístico

 "La consellera de Investigación y Universidades, Gemma Geis (JxCat), quiere cerrar las universidades catalanas al mundo. Así lo han advertido los profesores consultados por Crónica Global, quienes denuncian que la nueva exigencia de que los docentes tengan que acreditar el nivel C1 de catalán para poder ejercer es un "obstáculo" que cerrará la puerta a aquellos que quieran venir de otras zonas de España o del mundo. 

El llamado plan de fortalecimiento de la lengua catalana en el sistema universitario y de investigación de Cataluña que ha anunciado la consejera este jueves no ha gustado a la comunidad educativa, que considera que va en contra del objetivo que tienen los centros. Es más, se tilda de forma directa de obstáculo en la atracción de talento.

"La universidad tiene una vocación universal, si se impone este requisito, se está privando de la oportunidad a muchos profesores que quieran venir a Cataluña. Si un docente de Sevilla, por ejemplo, quiere presentarse, lo tendrá muy difícil", ha explicado Ricardo García Manrique, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Barcelona (UB).

Un plan "catastrófico"

La intención de la Consejería de Universidades es que, en 2025, el 80% de las asignaturas de grados financiados con fondos públicos se impartan en catalán. Un pronóstico que, de cumplirse, sería "catastrófico". No sólo afectará a la llegada de talento docente, sino también a los alumnos del resto de España y de otras partes del mundo. "Si la expectativa es que la mayoría de clases sean en catalán, se estará cerrando la puerta a muchos de estos estudiantes", por lo que "perderemos competitividad porque habrá quienes no vendrán". "Perderemos llegadas de Erasmus, de másteres y de posgrados", alerta García Manrique, que apunta que muchos de estos estudiantes son hispanoamericanos.

Además, las intenciones del Govern podrían afectar al atractivo de la marca Barcelona, que actualmente es una de las ciudades más potentes. "Las universidades catalanas están entre las mejores de España y de Europa gracias, sobre todo, al castellano y al inglés. Si este plan tiene éxito, supondrá una bajada del nivel a medio plazo".

 Las fuentes consultadas por este medio aseguran que la pregunta que se tienen que hacer desde la Generalitat es si "queremos a gente que venga de todo el mundo o hacer una universidad para los de casa". Es más, "la exigencia de un C1 de catalán es la única forma efectiva de controlar, es un filtro de entrada de gente de fuera", explica Isabel Fernández Alonso, profesora titular de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y miembro de Impulso Ciudadano y Universitaris per la Convivència

Estrategia para "estimular el conflicto lingüístico"

No obstante, algunos se niegan a creer que desde el Ejecutivo autonómico sean tan "torpes" como para impulsar un plan que va en detrimento de las universidades catalanas y, en general, de toda la comunidad autónoma. Por eso, apuestan por que se trata de una estrategia de Geis "de cara a su público para estimular el conflicto lingüístico", que está candente por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que obliga a impartir, al menos, un 25% de castellano en los colegios. 

"Quieren tratar el castellano como una lengua extranjera y eso no se puede permitir. Tendrían que promover el uso del bilingüismo en condiciones de igualdad", explican, así como trabajar para solventar algunos problemas "urgentes" que tiene el sistema. El envejecimiento de las plantillas, la falta de personal estable o la burocratización son algunos de ellos, afirma Fernández Alonso.

 Además, las mismas voces apuntan a un aumento de la presión por "marcar la casilla" del catalán en su plan docente. "Hay profesores que eligen el catalán cuando son más competentes en castellano por la presión del Govern, que cada vez es mayor". En cambio, otros prevén que suceda el efecto contrario: que algunos docentes que daban la clase en catalán porque les era indiferente, pasen a impartirlas en castellano. "Siempre he usado las dos lenguas, pero me he hartado y, a partir de ahora, las voy a dar en castellano", explica uno de ellos. 

Hoy por hoy, se respira un "hartazgo general" de una comunidad educativa acrecentado por las nuevas intenciones de la Generalitat. Si el nuevo plan de la consellera Geis se consolida, "será una sociedad fallida", argumenta la catedrática. Quien también recuerda que las universidades son para transmitir conocimiento y "no pueden estar instrumentalizadas y al servicio de la política".      (Noelia Carceller, Crónica Global, 03/06/22)

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