1/7/21

Xavier Rius: Mas-Colell no es que tenga una responsabilidad judicial, sino que tiene una responsabilidad mayor: una responsabilidad moral. Él era la única persona de aquel gobierno de Artur Mas con la suficiente autoridad cómo para decir: compte, que ens la fotarem. Como los otros, no lo hizo... el Consell de Garanties Estatutàries advirtió de los riesgos de los plenos del 6 y 7 de septiembre del 2017 o de los de octubre de ese año

 "Hay que hacer urgentemente un homenaje a los del Tribunal de Cuentas. Sí, ya sé que es un órgano politizado.

(...) Pero es que, en Catalunya, que siempre nos las damos de más puros, tampoco vamos a la zaga.

¿El Consell de Garanties Estatutàries no está politizado? Pero si llegó a tener un exsecreterio general de Esquerra, Joan Ridao. Y hay dos exasesores paramentarios: uno de CiU, Alex Bas; y otro del PP, Carles Jaume. El resto de miembros, como se pueden imaginar, también son propuestos por los partidos por estrictas cuotas de representación parlamentaria.

Ello no ha sido óbice, sin embargo, para que hiciera su trabajo advirtiendo de los riesgos de los plenos del 6 y 7 de septiembre del 2017 o de los de octubre de ese año.

 (...) Al fin y al cabo los del Tribunal de Cuentas han demostrado cuatro cosas.

1) Que quizá la estrategia del Estado fue errónea. Más valdría haber impuesto multas y sanciones en vez de querellas judiciales.

Los catalanes, cuando nos tocan el bolsillo, somos temibles. E imaginen los indepes que se precian de ser los mejores catalanes.

Ya lo dijo aquel consejero antes de ser fulminado inmediatamente: “¡Ir a prisión? Lo aguantaría. Pero no que vayan contra el patrimonio?”. En el fondo le hicieron un favor.

2) Que la famosa caja de solidaridad debe estar vacía ¿no?

No me extraña, ha habido que pagar hasta ahora no sólo múltiples condenas sino también el ritmo de vida de Waterloo.

De algún sitio tiene que salir el dinero. Y si no sale de la Generalitat -aunque el PSOE levantó el control de las cuentas públicas- de algún sitio tiene que salir.

3) Que en todas las guerras siempre pringan los de en medio. Ahora es el turno de los cargos intermedioshttps://www.vilaweb.cat/noticies/qui-son-represaliats-tribunal-comptes-diplocat/ (Albert Royo, Amadeu Altafaj, Martí Anglada, Ramon Font, etc), de los que prendieron la mecha (Mas, Homs) o de los que ahora dicen que pasaban por ahí (Neus Munté). Algunos, por supuesto (Pau Villòria, Aleix Villatoro, etc) fueron recolocados en cuanto se levantó el 155.

De todos los interventores de la Generalitat que hicieron la vista gorda con los números: Mireia Vidal, Rosa Vidal, Francesc Cubel, Jordi Serra, Javier Acín, Virginia Astigarraga.

O del tan elogiado Andreu Mas-Colell, entonces consejero de Economía. De Mas-Colell ya hablaremos otro día porque no es que tenga una responsabilidad judicial -de eso se encargaran los jueces de dirimirlo- sino que tiene una responsabilidad mayor: una responsabilidad moral.

Él era problablemente la única persona de aquel gobierno de Artur Mas con la suficiente autoridad -brillante currículum académico, aspirante al Nobel- cómo para decir: compte, que ens la fotarem. Como los otros, no lo hizo.

Desde luego, no me alegro por ninguno de ellos. Espero que salgan bien librados. Pero no oí a ninguno protestar o advertir de los riesgos, ni siquiera los personales, durante los diez años de proceso.

Tampoco creo que toda la política exterior de la Generalitat fuera dirigida a vender el proceso en el extranjero -creo que el propio Tribunal lo estima en alrededor de un 75%- pero si que mayoritariamente iba encaminada a eso. No hablaban de otra cosa.

4) Y finalmente la conclusión más sangrante: ¿Qué se pensaban? ¿Qué el Estado no haría nada? ¿Que el proceso sería coser y cantar? El famoso la tenim a tocar (la independencia).

La verdad es que con aquella hoja de ruta del 2015 -la de los 18 meses- ya me embargó esa sensación de incredulidad.

Iban de sobraos.

En efecto, el programa electoral pactado por CDC y ERC -que formaron la coalición Junts pel Sí- era wishful tinking: gobierno de concentración, declaración de independencia, elecciones constituyentes, constitución catalana y referéndum constitucional.

El Estado, al parecer, no haría nada. Se quedaría con los brazos cruzados. La justicia no se pondría en marcha. Alfombra roja.

El independentismo cometió dos errores tremendos: uno sobrevalorar las propias fuerzas porque, con ayuda de TV3, pensó que era un sol poble y no menos de la mitad de los votantes.

La otra: subestimar al Estado. El Estado no son sólo jueces y fiscales, o policías y guardias civiles. Es también el BOE, el control del DOGC si hace falta, el CNI -aunque éstos no hallaron las urnas-, la Agencia Tributaria, el Ministerio de Asuntos Exteriores, las embajadas y como pueden ver hasta el Tribunal de Cuentas.

Y ojo: me refiero al Estado. No al gobierno de turno.

El Tribunal de Cuentas, un órgano hasta ahora semi-desconocido, nos ha abierto los ojos."             (Xavier Rius, director de e-notícies, 29/06/21)

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