1/7/21

El futuro del proceso es un parque temático... Contaría con la presencia de Cuixart subido a un coche, Bassa y Forcadell gritando «no aflojamos» , «lo volveremos a hacer", y un bufete libre co el nombre de Desayuno Junqueras

 "Hace unos días, un madrileño me contaba que se había apuntado a un viaje a México poco después de la revolución zapatista, le hacía gracia ver los resultados de aquel levantamiento. Al llegar a Chiapas, se dio cuenta de la triste realidad: todo lo que quedaba era un inmenso parque temático. (...) 

-En eso quedaría la revolución, en una Disneylandia para turistas- comentaba. -Eso no es nada -le respondí-, quieres ver otro parque temático? Lo llevé a pasear por el casco antiguo de mi ciudad, Girona, no en vano considerada la zona cero del lacismo. En los barrios periféricos, donde la gente tiene empleos tan poco patrióticas como levantarse temprano para ir a trabajar, es otra cosa, pero el centro de la ciudad es un inmenso parque temático. En esto ha quedado, también, el proceso. Lazos amarillos en balcones y farolas, pancartas con eslóganes vacíos, esteladas, y llamadas a una republiqueta que nunca estuvo ni cerca. 

 Uno entra en la plaza del ayuntamiento y es la Disneylandia del lacismo, tantas son las banderas, proclamas y lacitos. No falta más que un tío disfrazado de Puigdemont con quien los niños puedan hacerse fotos, como en Disneylandia hay uno disfrazado de Mickey.

Como cualquier parque temático que se precie de serlo, el visitante puede creer por unos instantes que aquel mundo de fantasía es real, al fin y al cabo los lacistas son como niños.

En esto ha quedado también esta, ejem, revolución, si es que las clases acomodadas son capaces de hacer una revolución. 

 Quizás la hicieron expresamente para poder tener un parque temático, los catalanes somos capaces de eso y de más, para hacer dinero. A la manera de Chiapas, pronto veremos comercios donde comprar lazos amarillos, esteladas, camisetas con "España nos roba», postales de la cárcel de Lledoners, porras de la Guardia Civil y un juego de mesa que consiste en conseguir un asiento en el ONU para Cataluña.

 Los comercios llevarán nombres que nos remiten a nuestra revolución: Pensión Vivales, Taberna de la Republiqueta, Bar Los Dieciocho Meses, souvenirs Presidentorra, peluquería Romeva y un buffet libre -a turistas les encantan los bufetes libres- que no puede llevar otro nombre que Desayuno Junqueras.

 Para mejorarlo, yo contrataría los presos, que deben ganarse la vida. Una vez indultados no sirven de nada, si no es para salir en FAQS para decir las socorridas frases de siempre, pero ni esto puede durar mucho, la televisión devora con rapidez sus monstruos.

 Contaría el parque temático lacista con la presencia de Cuixart subido a un coche, los siameses Tururull del brazo, el mismo Junqueras o -no seamos menos paritarios que Chiapas- las Bassa y Forcadell, todos graznando las falsas consignas habituales de «no aflojamos» , «lo volveremos a hacer" y etcétera, será como si en Disneylandia estuviera la auténtica madrastra de la cenicienta."              (Albert Soler, Diari de Girona, 25/06/21)

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