30/6/21

Xavier Rius, director de e-notícies: Historia del "conflicto" catalá

 "El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, visitó este viernes el centro de vacunación en la Fira de Barcelona y dijo que “para poder avanzar en la resolución del conflicto entre Catalunya y el Estado hace falta que toda la represión que se está aplicando en los últimos años se abandone”. ¡Que manera de agradecer los indultos!

¿Pero qué “represión”? ¿La estricta aplicación de la justicia? ¿Y sobre todo qué "conflicto"? El que han creado y alimentado ellos.

Seamos sinceros: nadie pedía en el 2005 un nuevo Estatut. Si Maragall se lo sacó de la manga en el 2003 es porque cuatro años antes se quedó a las puertas de la Generalitat y ya no podía esperar más. Llegó a la conclusión de que, con sólo los votos del PSC, no llegaría nunca a la presidencia. Y que necesitaba los de ERC y de ICV para desplazar a CiU del llamado eje nacionalista. En otras palabras: hacer la competencia a CiU en su propio terreno.

 Pese a que Pujol, que prometió a Esquerra la reforma del Estatut en 1980, no la emprendió nunca porque sabía que sería abrir la caja de los truenos. Com así fue.

El Estatut de Maragall fue aprobado finalmente en referéndum en el 2006 tras un largo y farragoso debate parlamentario que se prolongó durante más de tres años. Votaron unos 1,9 millones de personas a favor -esos casi dos millones que se han mantenido invariables hasta casi las últimas elecciones- ... ¡pero con una abstención del 51%!

Incluso la famosa sentencia del Tribunal Constitucional del 2010 es un argumento espúreo. Hicieron un Estatut que todos sabían que no cabía en la Constitución. Buscaban el encontronazo. El primer choque de trenes. Pero como gobernaba Aznar lo llevarían, sería rechazado y alimentaría el victimismo.

 La inesperada victoria de Rodríguez Zapatero en el 2004 torció, en cierta manera, las cosas. Además había anunciado en un míting del PSC en el Palau Sant Jordi que “apoyaré el Estatut que apruebe el Parlamento de Catalunya”. Ahora no podía echarse atrás. Dudo, en todo caso, de que la inmensa mayoría de los que asistieron a la manifestación del 2010 contra el TC se hubieran leído no sólo el Estatut sino también la sentencia.

Porque, además, en la manifestación de la Diada de ese año -yo la estuve cubriendo- eran apenas 10.000 personas. Aquello parecía un funeral.

 La primera gran manifestación independentista ya fue en el 2012. Fue una operación de ingeniería social para tapar los recortes, la corrupción que empezaba a aflorar y la propia incompetencia para gobernar.

El independentismo se convirtió en un movimiento de masas gracias a dos factores: por una parte el giro soberanista de CiU con Unió incluida. Convergència, entonces en la cúspide de su poder, presumía de tener más de 50.000 militantes. Ahora lo que queda, el PDECAT, no tienen ni representación parlamentaria. Los ha engullido el proceso.

Y unos medios de comunicación públicos y privados que jugaron a favor. Sobre todo con TV3 al frente.

 Recuerdo precisamente que, en aquella protesta, algunos colegas del 3/24 retransmitían en directo la manifestación parecía que estuvieran en Vietnam en vez del Paseo de Gracia. Los españoles, por supuesto, eran los pérfidos yankees.

El resto es conocido. Por eso: siempre que hablan de “conflicto catalán”, “conflicto político”, “resolución del conflicto” pienso que lo empezaron y lo engrandecieron ellos.

Ahora piden, en el fondo, que les saquen las castañas del fuego. No será fácil. Ni siquiera ponen empeño o voluntad.

Lo peor es que han estado jugando con fuego y podemos acabar todos quemándonos. Hay muchos ánimos exaltados."               (Xavier Rius, director de e-notícies, 25/06/21)

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