21/5/21

Xavier Rius, director de e-notícies: ¿Para qué ha servido el proceso?

 "En la última rueda de prensa de Meritxell Budó como portavoz del Govern me ha entrado nostalgia y le he preguntado: "¿para qué ha servido el proceso?". No me ha contestado. Bueno, sí. Me ha dicho que no estaba allí para hacer debates parlamentarios. ¿Pero alguien puede decirme algún resultado positivo tras diez años de proceso?

No hay ni uno.

 Uno de los momentos cumbres de su comparecencia ha sido cuando ha leído en una chuleta sus palabras de despedida. Ni eso sabe. Y el otro cuando ha afirmado que “la resolución del conflicto pasa por abordar estos temas que pasan por la resolución del conflicto”.

 Es decir, la autodeterminación y la amnistía.

Pero para eso nos ahorramos todo el pollo del 1-0 y ahora no estaríamos pidiendo eso: la amnistía. ¡Diez años para eso! La consejera -es el nuevo mantra- también me ha recordado que ahora son 74 diputados y el 51% de los votos.

Pero olvidaba que el independentismo se ha dejado más de 600.000 votos por el camino. De los dos millones de las elecciones del 2017 a los 1,4 del pasado 14 de Febrero. Sin olvidar la abstención: un 46% en un censo de 5,3 millones de votantes.

No es para tirar cohetes, la verdad.

 De hecho, la pregunta es de cajón: Si el Estatut del 2005 se aprobó con 120 votos a favor (CiU, PSC, ERC e ICV) y sólo 15 en contra (PPC) … ¿Cómo van a declarar la independencia con menos? Hasta para elegir el Síndic de Greuges se necesitan 81 diputados y Rafael Ribó lleva dos años caducado porque no se ponen de acuerdo para sustituirlo.

 Por eso, hasta que no admitan la realidad y se pongan a trabajar no hay nada que hacer.

El nuevo Govern será más de lo mismo, es decir, peor. Como nadie se atreve a admitir la realidad -que la independencia es imposible y además lo sabían- van a pasarse toda la legislatura haciéndose zancadillas, mirándose de reojo y sacando pecho. Cuando no será Junts será la CUP. Basta leer el acuerdo de investidura de 46 páginas -se las podían haber ahorrado- para darse cuenta de que todo es marear la perdiz, fer volar coloms, fum-fum-fum.

Fíjense cómo han modulado hasta el lenguaje, que ha sido la sal del proceso. Ahora ya no piden la DUI ni la independencia ni la República catalana. Ahora de lo que se trata es de un “Acuerdo Nacional para la Autodeterminación y la Amnistía”. ¡Haberlo dicho antes!

 Eso sí, planean otro chiringuito.

Parece que no teníamos bastante con los de Mas: el Consell Assessor per a la Transició Nacional (CATN). Los de Torra: el Foro de Lluís Llach -el nombre oficial era Fórum Cívico, Social y Constituyente-, el Comisionado del 155, la Oficina de Derechos Civiles O los de Puigdemont. Como el Consell per a la República. Acuérdense de que su última aportación era aquel carnet que no servía para nada excepto para suscribirse a la prensa digital más afín: Vilaweb, El Punt-Avui, El Nacional, El Món y La República lo que, dicho sea de paso, tampoco me cuadra porque es gratuita. En efecto, ahora plantean “un espacio para el debate de la estrategia independentista”.

¿Y eso qué es? ¿Otro “artefacto”?

 Para “avanzar hacia la República Catalana” proponen “la acumulación de fuerzas”, “la negociación y el diálogo”, la “confrontación democrática”, el “embate”.

Como diría Josep Pla: collonades.

 Lo bueno es cuando te adentras en los “principios” que han de regir el futuro gobierno de coalición proclaman, entre otros, el de “la lealtada institucional”. ¿Qué sabrán estos de “lealtada institucional”? Pero si no han parado de darse cuchillazos por la espalda. Además, Mas tiró pel dret con la consulta del 9-N. Y Puigdemont proclamó solemnemente “referéndum o referéndum”. Son los campeones del diálogo pero, en el fondo, el diálogo era hacer lo que ellos querían. Y sin consecuencias.

 La cosa pinta tan mal -aunque yo creo que intentarán aguantar hasta el final por la cuenta que les trae- que reconocen que intentaran “resolver constructivamente las diferencias y conflictos” que surjan. ¡El día a día será un campo de minas! Incluso se comprometen también a rendir cuentas de manera “pública” -¿hay otra forma?- y a un “relato y comunicación compartidos”.

 Por fin lo han reconocido: el proceso ha sido un relato.

Parece que la única solución es “la internacionalización de la causa y la construcción de una opinión pública favorable”. ¡Más subvenciones a los medios! “Así como explorar complicidades y la posible intervención de organismos europeos e interancionales para conseguir un referéndum acordado”. ¡Sueñan! No han conseguido ningún apoyo en la Unión Europea salvo algún diputado creo que lapón.

Por último, explican que la “estrategia independentista” pasa por “la movilización ciudadana”, la “confrontación democrática”, las “mayorías inequívocas”, la “acumulación de fuerzas”. ¡Y lo dicen ahora! Cuando Catalunya está exhausta. Después de haber dejado un desierto, un solar vacío, un páramo, un bosque tras un incendio. Hasta admiten que esta estrategia -la de “la confrontación democrática”- tiene “limitadas posibilidades” de éxito.

 El proceso se ha convertido en la sopa boba. Hay que vivir de él. Por eso no me extraña que Pilar Rahola haya respirado aliviada tras el acuerdo.

Es un déjà vu. Parece que volvamos a la Declaración de Soberanía (2013) o a la de Desobediencia (2015). Incluso hablan de “promover” en el Parlament “un reconocimiento del inicio del proceso de negociación” con el Estado. Y que el Govern constate “la voluntad de establecer un marco de negociación con el gobierno español para la resolución democrática del conflicto político”.

Ya lo decía Unamuno: a los catalanes nos pierde la estética. La estética y la paperassa.

Además el “conflicto político” … ¡lo crearon ellos! Ni siquiera había clamor en Catalunya para hacer un nuevo Estatut. A pesar de la sentencia … ¡se aprobó con un 51% de abstención! Crearon el conflicto y luego lo alimentaron con TV3. TV3 y los medios privados que, para su supervivencia, necesitan fondos públicos.

Lo único que no me cuadra es que insistan en que el presidente de la Generalitat “sólo responde por sus actuaciones políticas delante del Parlament de Catalunya”. Igual se les ha pasado por la cabeza que Pere Aragonès la vuelva a liar. Es la misma estrategia de Carme Forcadell o los de la Mesa del Parlament: yo no he sido. Que ellos no podían impedir el debate en la cámara.

Pero que sepa que el Supremo no aceptó semejante coartada. Él sabrá si se la juega. El Estado puede mostrarse benigno la primera vez, la segunda ya no."            (Xavier Rius, director de e-notícies, 18/05/21)

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