"La respuesta no ha sorprendido a nadie, pero pocos interpretan que sea
el final sino más bien el preludio de una larga batalla. El primer
ministro del Reino Unido, Boris Johnson, ha rechazado este martes por
carta la
petición de la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, para que
este territorio pueda celebrar en 2020 una nueva consulta de
independencia.
“Prometieron que el [resultado del] referéndum de 2014 sería para toda una generación”, ha recordado Johnson a Sturgeon.
Asegura Sturgeon, líder del Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas
en inglés) además de jefa del Gobierno escocés, que el referéndum del
Brexit (rechazado por un 62% de los habitantes de ese territorio) cambió
las reglas del juego. Modificó drásticamente las circunstancias, porque
una de las razones por las que se convenció a los escoceses de que
permanecieran en el Reino Unido fue precisamente la amenaza de que la
independencia les situaría fuera de la Unión Europea.
Por eso la ministra principal decidió, a mediados del año pasado, que había llegado la hora de impulsar una nueva consulta.
En2014, los independentistas perdieron por más de diez puntos, pero el
SNP cree ahora que una mayoría de sus ciudadanos está a favor del
derecho a volver a ser consultados sobre su futuro.
“La unión de Westminster no puede sostenerse sin el consentimiento de
las partes. La democracia acabará prevaleciendo. La única duda está en
saber cuánto tiempo tardarán los conservadores y el resto del establishment de Westminster en aceptar algo que va a ser inevitable”, ha dicho Sturgeon.
Johnson
rechazó, como ya lo hizo también su predecesora en el cargo, Theresa
May, la posibilidad de que Escocia celebrara un nuevo referéndum antes
incluso de lograr la victoria electoral del pasado 12 de diciembre.
Nada más poner de nuevo un pie en Downing Street recibió la carta de
Sturgeon en la que la dirigente le pedía que activara el mecanismo legal
para permitir una nueva consulta. “El pueblo escocés votó decididamente
en su momento a favor de que nos mantuviéramos juntos en el Reino
Unido.
Y tanto el Gobierno escocés como el británico se comprometieron a
respetar ese resultado en el Acuerdo de Edimburgo”, ha escrito el
primer ministro británico. “Un nuevo referéndum prolongaría el actual
estancamiento político que vive Escocia en la última década. Los
colegios, hospitales y empleos escoceses seguirían quedándose atrás por
culpa de una campaña cuyo único propósito sería separarse del resto del
Reino Unido”, concluye Johnson.
Sturgeon se prepara para una larga campaña política cuyo primer paso
será volver a consultar al Parlamento escocés, donde el SNP tiene la
mayoría, si sus diputados respaldan la decisión de volver a consultar a
la ciudadanía. El SNP descarta emprender una vía unilateral y forzar la
celebración de una consulta ilegal. La formación está convencida de
tener la ley de su lado, pero, sobre todo, la razón política. El Partido
Conservador, y especialmente el Partido Laborista (durante décadas la
fuerza predominante en Escocia) se enfrentan a una situación delicada.
En las últimas elecciones generales fueron prácticamente barridos por el
SNP.
(...) si bien los sondeos no otorgan aún una clara mayoría al separatismo, la
irritación provocada por el Brexit y el rechazo generalizado a la figura
de Johnson en Escocia ha impulsado el respaldo a una nueva consulta. En
mayo de 2021 se celebrarán las elecciones autonómicas. El SNP quiere el
referéndum de independencia antes, este mismo año, para evitar in
extremis la salida definitiva de la UE al final del periodo de
transición, el 31 de diciembre de 2020. (...)" (Rafa de Miguel, El País, 14/01/20)
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