"Jaime Alguersuari Escudero (Barcelona, 1998) un buen día dejó de ser piloto de Fórmula 1. (...)
Era tremendamente vanidoso, una de las joyas de la escuela de Red Bull, un muchacho de 180 centímetros de estatura y ojos azúlcristalinos
que aspiraba a todo. Hasta que todo se derrumbó de repente. El jefe de
su escudería le dijo que no le apoyaban más.
"Me quedé petrificado y,
entonces, sin pronunciar una palabra más ni darme tiempo para que yo lo
hiciera, colgó", escribe Jaime en su autobiografía escrita para
exorcizar demonios y como relato de una transformación, el paso de ser
piloto a ser músico.(...)
-Decidiste quedarte en Barcelona, es tu lugar elegido... ¿Cómo ves lo que pasa hoy?
-Me da pena como persona identitaria, orgulloso de ser español y catalán. Veo que hay tanto odio en las personas. No
nos matamos pero falta poco. Hay tensión. Hay sentimientos bárbaros que
cruzan de un lado al otro. Y lo que sé es que podemos estar del mismo
lado. Lo veo todo sin sentido y muy triste. Desde mi punto de vista,
España es una nación de naciones y esa es su grandeza. La inmensa
variedad es la grandeza nuestra.
Hay tantas cosas que hemos
hecho juntos. Me siento muy orgulloso de representar a mi Andalucía, a
mi País Vasco a mi Cataluña... Representarlos por el mundo desde mi
región, desde mi tierra, que es Cataluña. Tenemos lengua propia y eso es
maravilloso. Y, a pesar de todo, reina el odio. Tendría que ser más
fácil de arreglar... Por favor, no me malinterpreten, hablo solo desde lo que vivo. De lo que pasa entre mis amistades, en mi familia... Soy y somos ciudadanos del mundo. Y todos somos hermanos.
Lo dice Jaime Alguersuari. Squire,
su apellido materno traducido al inglés, es un músico que toca en
Ibiza, Dubái, Miami, Toronto... Que no se queja de sus ingresos. Puede
pagar las facturas y lujos en una industria como la de la música
electrónica. (...)" (Entrevista a Jaime Alguersuari, Martín Mucha, El Mundo, 17/03/19)
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