8/1/19

España es un Estado cuasi-federal (asimétrico) que se comporta en ciertos territorios, en Cataluña, como si fuera confederal. No existe una jerarquía institucional, la Generalitat se comporta como si fuera el único poder legitimo en Cataluña y el Gobierno español se limita a llamarlo “cariñosamente” al orden...

"(...) El zombi-procés

Ya se sabe que los muertos cuando se convierten en zombi son aun más peligrosos que cuando están vivos y utilizan la cabeza –en un sentido racional y positivo–. La vía eslovena de Torra es un salto cualitativo del nivel de agresividad, ¿de violencia?, de un procés derrotado pero con todos los resortes del poder intactos.

Parece que el del exilio dorado, el poco honorable Puigdemont –que poco honor hay en la huida– también se apunta a la vía eslovena desde la comodidad del palacete que ocupa. La sangre siempre la pondrá el pueblo y machará la bandera que porte, poco importa cual sea.

Ellos son zombis y solo les guía la irracionalidad de su ansia. Junto a esa irracionalidad, existe una clara voluntad de seguir controlando el cotarro en Cataluña. En ese sentido, me corrijo a mi mismo. El procés es un zombi que sirve a los intereses de una clase política que no esta dispuesta a perder ni un ápice de poder. 

Digamos que los elementos zombis del procés los constituyen los CDR –instrumentos de la CUP, ANC Y Òmnium (Òdium se oye en los bares)– , fuerza de choque con tendencias “autónomas” y, por tanto, difícil de controlar, pero que, a la hora de la verdad, harán lo que la oligocracia nacional-secesionista mande. Como siempre, unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces.  (...)

La presencia del Estado en Cataluña no se resuelve haciendo un Consejo de Ministros en Barcelona y menos si, al final, queda rodeados de energúmenos, debiendo desplazar a miles de policías nacionales, por no fiarse de una policía, los mossos, que es parte de los cuerpos de seguridad del Estado y sobre la que no tiene competencias o es incapaz de imponerlas, y poniendo finalmente su autoridad en entredicho.

España es un Estado cuasi-federal (asimétrico) que se comporta en ciertos territorios, en Cataluña, como si fuera confederal. No existe una jerarquía institucional, la Generalitat se comporta como si fuera el único poder legitimo en Cataluña y el Gobierno español se limita a llamarlo “cariñosamente” al orden, cual madre consentidora y débil.  (...)

El caso más paradigmático es el de Rajoy, aplicando un 155 que dejó en suspenso al día siguiente al convocar elecciones autonómicas. Ese miedo escénico conlleva, finalmente, como se ha podido comprobar, más costes, no solo al partido en el Gobierno, sino, principalmente, a la sociedad española. (...)

El problema real es si se quiere arreglar el problema de una vez o solo posponerlo. No digo yo que haya que declarar ilegales a los partidos secesionistas, no. En todo caso, la clave está en desmontar toda la estructura clientelar del secesionismo y eso no se hace en 6 meses 6, no. El 155 es legítimo porque está en la Constitución.

Es decir, que si se ejecuta un nuevo 155, esta vez se ha de llevar a cabo de forma contundente, sustituyendo a todos los cargos políticos de la actual Generalitat, nombrando un Govern provisional que asegure que la Administración catalana funcione: sería bonito ver limpias las cristaleras de mensajes secesionistas y lazos amarillos.

Pero, si ello no va acompañado de un cambio en el sistema electoral, que evite que el secesionismo, siendo menos del 37% del censo, obtenga más de la mitad de los diputados del Parlament, todo 155 será en vano.  (...)

El 155 llegará de nuevo, parece inevitable, pero de la forma en que se aplique y de los esfuerzos que toda la sociedad española haga dependerá de si somos capaces de recuperar la convivencia en Cataluña y en toda España. (...)"                     

(Vicente Serrano, Miembro del Grupo Promotor del partido IZQUIERDA EN POSITIVO , Crónica Popular, 15/12/18)

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