11/10/17

Son las clases medias y los trabajadores los que van a pagar con su salario menguante la fantasía totalitaria de Puigdemont

"(...) No nos merecemos los políticos que tenemos, pero están hechos a nuestra imagen y semejanza. Quien ha salido agraviado de esta crisis política sin precedentes ha sido el prestigio de nuestra democracia. Una democracia prestigiosa genera prosperidad, y quien lucra esa prosperidad son las clases medias. (...)

La izquierda calló la mayor, a saber: que el nacionalismo en Cataluña y su expresión identitaria y secesionista crea una inestabilidad económica cuyo principal perjudicado son las rentas más bajas de nuestra sociedad.  (...) 

Toda la crisis catalana parece una conspiración para hundir el progreso material de las clases medias. (...)

Rajoy, por su parte, lleva instalado en la incompetencia en lo que afecta al problema catalán desde hace años. Su incapacidad política para gestionar esta crisis será, dentro de un par de generaciones, pregunta de examen en Selectividad. 

Nadie con poder ha sabido defender bien el Estado y defender el Estado es defender a los ciudadanos más pobres y más necesitados. Tampoco la monarquía brilló por su utilidad. Y qué decir de la inanidad de Pedro Sánchez, con su patética búsqueda del santo grial de la equidistancia.

Los hijos de cuantos construyeron históricamente la democracia española no han sabido defenderla, por impericia y por falta de discurso. Son las clases medias y los trabajadores los que van a pagar con su salario menguante la fantasía totalitaria de Puigdemont. 

 Los trabajadores de Extremadura, de Asturias, de Galicia, de Aragón, de Andalucía, de Cantabria, de Castilla-León, de Valencia, etc., y por supuesto de Cataluña, van a pagar a escote la factura de la gran cena mesiánica de Puigdemont y Junqueras. Hoy toda España es más pobre.

Hay dos cosas que ya unen para siempre a los catalanes y a los españoles en santo matrimonio: el sentimiento de la vergüenza política y del sórdido ridículo histórico que hemos hecho entre todos."                ( , El País, 02/10/17

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