" (...) Leo comentarios en la red sobre el discurso del presi provi. Algunos,
de amigos de toda la vida, con dos, tres o mil dedos de frente. No hacen
hincapié en el discurso --anodino--, sino en, por lo visto, su mensaje.
Mensaje: Puigde hizo el discurso con unas escaleras a sus espaldas, que
eran la esencia semiótica.
Unas escaleras, subir, esforzarse. Creo que
nos hemos vueltos majaras. ¿Se puede manipular a millones de personas en
democracia? Se puede. No es complicado. Es suficiente con depurar la
información. (...)
13- Los mensajes y análisis básicos crispan y desinforman. No obstante,
hay un serio problema intelectual cuando se tiene que tratar un problema
político con amplios tramos que, básicamente, son mensajes y análisis
básicos.
El procesismo, una escuela propagandística que tan solo quería
superar la posible extinción de una clase política, ha culminado su obra
con una DUI falsa. Ha mentido a una sociedad que quiere ver escaleras. A
una sociedad desesperada por salir de un mundo de austeridad creado,
paradójicamente, por el procesismo.
Se ha comportado como una revolución
donde tan solo había esencialismo, austeridad y una lectura
reduccionista de la democracia. Ha reducido la democracia, por ejemplo, a
un solo derecho. Determinadas izquierdas, capaces, por ejemplo, de
discernir que el cuerpo de un hombre o de una mujer no son
necesariamente un hombre o una mujer, no han podido discernir que un
vocablo, revolución, puede no ser tampoco lo que alude.
Se ha creído,
también, que millones de personas en la calle son actores de la
política, y no figurantes, esa otra posibilidad. El procesismo ha
culminado como un timo histórico, un jalón de la deshonestidad política
peninsular --lo que tiene mérito--.
Ha fabricado humo --de forma ya
artística-- con su ulterior DUI, y ha emitido irresponsabilidad y
mentalidad psicópata encomendando a la sociedad cosas que ellos no han
tenido ni voluntad ni valentía de acometer. Es una bancarrota ética.
Un
problemón para el catalanismo y el independentismo históricos, que a ver
cómo salen de esta. Y, me temo, un problema aún mayor para las
izquierdas que se han acercado a él, o que se han puesto de perfil ante
él.
El trilerismo procesista ha significado mucho espectáculo, pero
pocas consecuencias. Una, la mayor, es el fortalecimiento del Régimen
del 78. Todo ello, todas estas crisis producidas, me temo, se
solucionarán contemplando escaleras. (...)" (Guillem Martínez , CTXT, 29/10/17)
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