"(...) Vicens se había situado, ya desde antes de la guerra, en una posición
crítica frente a la historia romántica que predominaba en Catalunya. Así
lo explicó John H. Elliott en El País Semanal del pasado domingo:
"Al
ver lo que estaba intentando hacer Vicens Vives, desmitificar la
historia de Catalunya, enseguida me encontré del lado de este grupo. Me
di cuenta del peligro de la mitología en la formación de identidades
colectivas y nacionales".
En otra entrevista publicada en octubre pasado, a preguntas de Tulio H. Demicheli, insistía en lo mismo: "Vicens Vives quería eliminar las categorías de 'agravio' o 'expolio' a la relación de España con Catalunya, un continuo 'victimismo' desde el compromiso de Caspe que es un reduccionista.
En otra entrevista publicada en octubre pasado, a preguntas de Tulio H. Demicheli, insistía en lo mismo: "Vicens Vives quería eliminar las categorías de 'agravio' o 'expolio' a la relación de España con Catalunya, un continuo 'victimismo' desde el compromiso de Caspe que es un reduccionista.
Esos tópicos respondían más
a los rencores que la arrogancia castellana había provocado en la
sociedad catalana que a la realidad histórica, porque no es verdad que
hubieran 'perdido libertades' en 1714, ni que el Principado fuera 'más
democrático' antes que después de Felipe V."
Ciertamente esta desmitificación de la historia catalana era una de las pretensiones de Vicens Vives. Pero su prematura muerte en 1960 truncó esta tarea y, en la entrevista de El País, Elliott considera hoy que sus esfuerzos han sido baldíos: "Me habría gustado que en la Catalunya actual Vicens Vives hubiera ganado esa batalla, pero después de una o dos generaciones parece que no la ganó.
Ciertamente esta desmitificación de la historia catalana era una de las pretensiones de Vicens Vives. Pero su prematura muerte en 1960 truncó esta tarea y, en la entrevista de El País, Elliott considera hoy que sus esfuerzos han sido baldíos: "Me habría gustado que en la Catalunya actual Vicens Vives hubiera ganado esa batalla, pero después de una o dos generaciones parece que no la ganó.
Para mí ha sido muy triste, porque creo que una
sociedad necesita sus mitos, pero si los mitos dominan y entorpecen una
auténtica investigación, llegamos a una situación en la que el pueblo
queda ensimismado y adopta una postura de agravio pensando que todos los
desastres han sido culpa de otros.
En ese momento es cuando se llega a
una situación de crispación por cualquier problema. Hay políticos que se
aprovechan de esto para fortalecer los mitos, para poner un énfasis
excesivo en el victimismo y no darse cuenta de los problemas internos de
una sociedad. Eso es lo que me preocupa especialmente".
Es decir, lo que preocupa a Elliott es que los historiadores catalanes -se entiende, la mayoría dominante- han vuelto a la historia de antes, la que cultiva mitos al servicio de las ideologías políticas y provoca una sociedad ensimismada, en la que el agravio se magnifica y el victimismo sistemático se utiliza para ocultar los verdaderos problemas.
Es decir, lo que preocupa a Elliott es que los historiadores catalanes -se entiende, la mayoría dominante- han vuelto a la historia de antes, la que cultiva mitos al servicio de las ideologías políticas y provoca una sociedad ensimismada, en la que el agravio se magnifica y el victimismo sistemático se utiliza para ocultar los verdaderos problemas.
Es un
retrato exacto de lo que está sucediendo: se utilizan los falsos "300
años de opresión española" para encubrir, tapar y disimular, el
desgobierno actual.
Y buena parte de los historiadores catalanes son
cómplices de esta situación. ¿Por qué no explican que el 11 de
septiembre de 1714 fue el final de una guerra de sucesión a la Corona de
España provocada por el enfrentamiento entre las grandes potencia
europeas? ¿Por qué no explican que en dicha fecha no perdieron los
catalanes libertad alguna sino únicamente los antiguos fueros
estamentales?
¿Por qué no explican que el siglo XVIII, gobernando los
Borbones, empezó la prosperidad económica de Catalunya, tras siglos de
decadencia, los dos últimos bajo gobierno de los Austria? ¿Por qué no
explican que el auge del siglo XIX está basado muy fundamentalmente en
el libre comercio con América concedido por Carlos III, un rey Borbón,
mientras esta libertad fue negada antes por la dinastía de los
Habsburgo?
¿Por qué no explican que la política proteccionista de los
gobiernos españoles a la industria catalana durante los siglos XIX y XX,
hasta el Plan de Estabilización de 1959, fue en beneficio de las
empresas de Catalunya y, probablemente, en perjuicio de los consumidores
del resto de España? En todo ello deben mojarse los historiadores." (Francesc de Carreras , La Vanguardia, 09/01/2013)
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