"(...) Suele pasar también que el hombre público que defrauda utilice todos
los eufemismos para distinguirse de los estafadores y se indigne con
quienes le gritan “¡chorizo!”, faltándole al sacrosanto respeto. Por
favor, más educación, no insultar…
Por el mismo camino, los nacionalistas catalanes se encabronan mucho
cuando se les recuerda que la inmersión lingüística que practican y que
algunos insisten en afirmar que ha tenido gran éxito (en realidad, sólo
el de privar a muchos ciudadanos del derecho a estudiar en la lengua
común del país) es de corte neofranquista.
Lo cual no quiere decir que
Mas sea Franco y la Generalitat una dictadura (no podría ni queriendo,
porque forma parte de un Estado de derecho) sino que esa disposición
educativa responde a la mentalidad franquista de que el país se divide
si todos no estudian en la lengua imperial.
Y los ciudadanos que se
concentraron frente a la escuela de Mataró para protestar contra la
aplicación legal del 25% de castellano (en sí mismo una limitación
injusta, porque el castellano debía ser tan lengua vehicular de la
enseñanza como el catalán) tampoco pueden extrañarse de que se les
compare con otras turbas autoritarias, no con liberales ni pluralistas.
Menos susceptibilidad indignada y más respeto a los derechos de los compatriotas. No se puede ser madame de burdel y llamarse doña Virtudes…" (
Fernando Savater
, El País, 6 JUN 2015)
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