"Dos indicadores muestran la delicada situación en la que se encuentra
Cataluña. En inversiones extranjeras, Cataluña logra atraer ¡seis veces
menos
que Madrid! En competitividad, entre las regiones europeas ¡Cataluña
está en la posición 142 y Madrid está en la posición 57! Realmente,
gravísimo.
Analicemos primero las inversiones. Según datos del registro
de inversiones del Ministerio de Economía y Competividad, la inversión
productiva excluyendo las operaciones financieras y en valores
realizadas entre 2011 y el primer semestre de 2014 en Cataluña fue de
9.894 millones de euros mientras que en la Comunidad de Madrid fue de
36.600, tres veces más.(...)
Está clarísimo: Madrit ens roba? las inversiones que los
separatistas catalanes ahuyentan. La coyuntura es, pues, mala y puede
llegar a ser malísima. El desafío de los separatistas catalanes tiene
consecuencias, tiene efectos, tiene un precio que pagan, en primer lugar los propios catalanes, que ya ahora son más pobres. (...)
Tras este indicador de coyuntura de la economía catalana (pésima),
analicemos seguidamente un indicador de su estructura, como es el índice
de competitividad regional realizado por el Joint Research Centre de la
Comisión Europea en base a 13 parámetros disponibles para 262 regiones
de la Unión. La posición global de Cataluña (142) y la de Comunidad de
Madrid (57) resulta de agregar las posiciones parciales obtenidas en
varios grupos de indicadores. (...)
En suma, salvo en Salud, en todos los pilares de la competitividad
Cataluña y Madrid están muy lejos de los primeros puestos europeos, en
varios pilares ambas regiones (y la mayor parte del resto de España)
están en el último tercio de Europa, y en todos los pilares Madrid es
más competitiva que Cataluña, siendo la distancia media entre ellas de
90 posiciones.
Al aunar los análisis de los indicadores de estructura y de coyuntura
se deduce: la competitividad de la economía catalana es verdaderamente
muy limitada; y las inversiones que huyen a otras regiones a la vista
del riesgo que atizan los separatistas catalanes y el gobierno de la
Generalitat, determinan un futuro en el que la competitividad misma, la
ocupación, la renta y el bienestar de los catalanes serán notablemente
inferiores.
Si el disparate de la independencia se consumara, la
capacidad económica y el atractivo de Cataluña se hundirían. Por tanto,
los inversores en su sano juicio -que son la enorme mayoría, por
vocación o por obligación- huirían. Es fácil prever en qué lugar
acabaría Cataluña.
Por lo demás, hasta que no termine el reto separatista, Cataluña estará cada
vez peor. ¿Adónde han ido, van e irán las inversiones que los
separatistas catalanes, de la mano de los antisistema, disuaden con
tanto ahínco y con tanta eficacia? ¡A Madrid! (...)
Cataluña: puesto 142, por ahora. Con estos mimbres, y vista la política
de la Generalitat secesionista, podemos imaginar cómo sería el paraíso
independentista. Ni Cataluña se asemeja a Suiza ni sería Dinamarca;
yendo muy bien,
podría ser como un Gibraltar, normalmente sería un Kosovo y
probablemente sería una Somalilandia: en cualquier caso, la
independencia sería un negocio ruinoso. (...)" (EL ECONOMISTA 26/11/14
FERRAN BRUNET, PROFESOR DE ECONOMÍA EUROPEA DE LA UNIVERSITAT AUTÓNOMA DE BARCELONA, en Fundación para la Libertad)
FERRAN BRUNET, PROFESOR DE ECONOMÍA EUROPEA DE LA UNIVERSITAT AUTÓNOMA DE BARCELONA, en Fundación para la Libertad)
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