"(...) Marta Mata, defensora de la lengua materna (el catalán) en la escuela,
acudió al congreso de FETE y dio una charla en la que defendió "el
derecho de los pobres niños canarios" a que no se les impusiera el
español normativo, sino que se respetara sus modalidades dialectales en
el seno de la escuela: había que respetar su "lengua materna".
Intervine
al final de su charla para decirle que me parecía muy bien su
preocupación por los niños canarios, pero que no entendía cómo, por el
mismo motivo, no defendía el derecho de los niños castellanohablantes de
Cataluña a recibir la enseñanza en su propia lengua materna, el
español. Farfulló no sé qué diferencias, en medio de una gran tensión en
el ambiente, y allí se acabó el debate.
Estaba entre los asistentes
Carmen Romero, esposa de Felipe González, quien, ya en los pasillos, me
dijo un tanto contrariada: "¡Vaya mala leche que tienes!" ¡El
problema era mi mala leche!, no el atrevimiento insultante de Marta Mata
(que, por cierto, las mataba callando, y acabó siendo la principal
defensora de la inmersión en Madrid a través del Consejo Escolar del
Estado, del que fue presidenta). (...)" (Santiago Trancón, Crónica Global, Domingo, 23 de febrero de 2014)
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