12/2/14

60 empresarios alemanes alertan de las consecuencias de la secesión

"Un grupo de unos 60 empresarios y profesionales liberales, en su inmensa mayoría alemanes, han creado la plataforma ¿Catalunya sin Europa? ¡No!' en la que advierten del riesgo que podría comportar la eventual independencia de Cataluña del resto de España. Los firmantes han presentado este mediodía un manifiesto, titulado la Declaración de Barcelona, en el que destacan su preocupación por las "tendencias independentistas" y advierten de las consecuencias que acarrearía la secesión. 

El texto recoge el catálogo de peligros que suelen detallar quienes se oponen al proceso soberanista: la exclusión inmediata de la UE; una larga negociación para pedir la readmisión, que duraría años y requeriría unanimidad; la duda de que el euro siga siendo la moneda oficial; que el Banco Central Europea dejaría de financiar y que dejaría de existir la libre circulación de trabajadores y mercancías.

En una rueda de prensa en el Colegio de Periodistas de Cataluña, Albert Peters, portavoz de la plataforma, que vive en Cataluña desde hace 17 años, ha explicado que los firmantes han suscrito la declaración a título individual porque no quieren que se produzca un "choque de trenes" y rechazan poner a sus sociedades en un compromiso. "La mayoría de los empresarios piensan como nosotros pero tienen miedo.

 Uno de ellos, anoche, quería poner su nombre pero se negó porque tenía miedo de que un consejero de la Generalitat le cancelara una comida", ha lamentado Peters. "Y eso me da mucha pena. Todo el mundo y no solo Rajoy o Artur Mas, tiene que buscar una solución".

La lista de firmantes incluye, entre otros, a Erwin Rahue, consejero delegado de BASF-España y a Gerhard Esser, exconsejero delegado de Thyssen Group Materials, y que ha comparecido junto a Peters. 

El portavoz ha deplorado que ni la Generalitat ni el Gobierno central han escuchado atentamente la voz de los empresarios y ha elogiado la valentía de José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta, que fue de los primeros en pronunciarse abiertamente en contra de la independencia. 

Según Peters, los ejecutivos temen la inseguridad jurídica que podría comportar la independencia y han apelado a un refrán muy común en España: "Yo aprendí esta frase aquí: 'Hablando se entiende la gente'. Yo invertí en Cataluña con toda mi alma y lo hice con seguridad. ¿Qué hago? ¿Invierto más?'".

 La Declaración de Barcelona alerta en su párrafo final un alegato en contra de los nacionalismos recordando el mal que causaron en Europa en el siglo XX. Pese a que el proceso soberanista se ha distinguido por ser democrático, cívico y pacífico, Peters ha planteado esta reflexión cuando se le ha hecho esa apreciación: "Croacia se convirtió en un Estado independiente en 1992 y es miembro de pleno derecho de la UE desde el 1 de julio de 2013".

 Es decir, ha puesto como ejemplo esos 20 años para dar una idea del tiempo que tardaría un futuro Estado catalán en ser aceptada como un Estado más en el club europeo. Peters ha recalcado que Jose Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, y Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, han sido muy claros respecto al futuro que le aguarda a Cataluña en el supuesto de que se independice

"Nos gustaría", ha recalcado Peters, "que Cataluña siga siendo la locomotora y la región fuerte de España. Si Cataluña se independiza y SEAT quiere vender un coche, se tendrán que pagar aranceles e impuestos".        (El País, 11/02/2014)


"Los ejecutivos alemanes denuncian que "el empresario catalán teme la ira nacionalista"

Miedo. Tienen miedo. Esa fue la conclusión que un nutrido grupo de empresarios alemanes sacó de las instituciones empresariales afincadas en Cataluña y de los empresarios de esta comunidad. Durante un tiempo, los ejecutivos germanos buscaron el apoyo de algunas instituciones económicas y patronales para canalizar su malestar en contra del proceso independentista de Artur Mas, pero no encontraron a nadie que los apoyase.

 “Nadie se quería mojar, porque hay miedo. Hemos detectado que la gente no está dispuesta a dar su nombre y a hacer pública su postura. Por ello, utilizamos nuestras redes y en una semana conseguimos que 60 grandes ejecutivos apoyasen el manifiesto.

 Y son sesenta firmas muy conscientes de lo que arriesgan, pero que se decidieron a levantar la voz”, explica a El Confidencial el abogado Carlos Wienberg, fundador del despacho barcelonés del mismo nombre.

¿Miedo de los empresarios catalanes? ¿A quién? “Tienen miedo a represalias, a perder clientes, a que la ira nacionalista se vuelque en contra de ellos, porque esto puede llegar a ser un fenómeno incontrolable”. Para Wienberg, “a los alemanes nos sorprende mucho esta situación, especialmente porque vivimos en una democracia.

 Pero sabemos de lo que hablamos. En nuestro país hemos sufrido las consecuencias del nacionalismo, hemos visto muchas cosas que no nos gustaban. Y aquí vemos cosas que tampoco nos gustan, como por ejemplo el miedo que existe”.

 De esa generalización de pavor que atenaza al empresariado se excluyen dos nombres de referencia: el editor José Manuel Lara y el presidente de Freixenet, Josep Lluís Bonet, que alertaron públicamente de los peligros de la independencia.

 A ellos se refirió ayer Albert Peters, expresidente del Círculo de Directivos de Habla Alemana (KDF, en sus siglas en alemán), al presentar el manifiesto, ya conocido como Declaración de Barcelona, en nombre de la plataforma de ejecutivos Cataluña sin Europa, No. (...)"      (El Confidencial, 12/02/2014)


"(...)  Y sobre todo, los alemanes, que mandan. 60 directivos de empresas alemanas le dicen al gobierno de la Generalidad que deje de hacer tonterías y se ponga a trabajar.

 La llamada Declaración de Barcelona es una prueba exultante de que la Pestilencia es un asunto interno... europeo. Pero, lo más importante, son las reacciones que ha provocado. Ahí se ve el nivel soberanista: «Unas empresas nazis», según el diputado Tardà.

O bien, escuchen: «Nos la trae floja lo que puedan pensar unos empresarios alemanes», dice una Isabel Vallet, de un partidillo que posó con el señor Mas el día de la pregunta. Huguet: «Hace 75 años los Cóndor también». 

 Y el glorioso remate del alba: el campechano Homs advirtiendo de la posibilidad de que Cataluña acabe como Ucrania. No sé si se refiere, el indigno, a la Gran Hambruna.

Ahí están, estos son los que aguantan la nación."          (Arcadi Espada, 12/02/2014)


"ERC tacha de nazis a los empresarios alemanes y a la CUP 'se la trae floja' su opinión.
 
La opinión de estos empresarios, que han creado una  plataforma llamada '¿Cataluña sin Europa? ¡No!', ha sentado muy mal a los partidos separatistas catalanes, que rabian viendo como voces autorizadas, con gran influencia en Europa, critican sus planes secesionistas.

Por un lado, ERC ha recurrido a esa palabra que tanto les molesta cuando se la dicen a ello: nazismo. Y es que el diputado republicano en el Congreso de los Diputados Joan Tardà ha considerado "penoso" que "directivos de empresas alemanas enriquecidas gracias al nazismo critiquen al nacionalismo catalán".

Por su parte, la CUP ha dicho directamente que "se la trae floja" lo que digan. En una rueda de prensa en el Parlament, la diputada Isabel Vallet ha indicado que le parece "curioso" que "se abra una ofensiva en clave de especulación capitalista sobre las ventajas o inconvenientes" de la independencia de Cataluña "antes de consultar a la población catalana sobre lo que quiere".

"La verdad -ha añadido- es que (a la CUP) no nos interesa lo más mínimo lo que digan" estos empresarios alemanes, "porque quien tiene que pronunciarse y decidir es la población catalana" tanto sobre la independencia "como sobre el sistema económico y productivo" que quiere tener. "Dicho con otras palabras -ha subrayado Isabel Vallet- a la CUP nos la trae floja lo que digan" estos empresarios o directivos mayoritariamente alemanes. (...)"               (La Voz Libre, 12/02/2014)

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