29/10/13

Los Mossos: la policía que quería ser modélica... pero que se quedó en franquista

"Las imágenes son estremecedoras, pero el audio aún lo es más. El video que recoge el momento en que ocho agentes de los Mossos d'Esquadra reducen al empresario Juan Andrés Benítez, de 50 años, muestra con nitidez cómo, repetidamente y en diferentes momentos, los agentes propinan puñetazos y patadas al detenido cuando este está ya exhausto y reducido en el suelo.

 Pero lo que resulta sobrecogedor son los gritos ahogados que emergen de entre la masa de uniformes que le cubren y que ahora sabemos que eran lamentos agónicos. El detenido salió de allí inconsciente y murió poco después.

Es el último episodio de brutalidad en el que se ha visto involucrada la policía autonómica y debería ser la gota que colme el vaso, porque los Mossos d'Esquadra han sido ya objeto de controversia en demasiadas ocasiones.

 Sorprende que una policía de nuevo cuño, creada en democracia y con pretensiones de modernidad, que quiso incluso presentarse como modélica, se esté convirtiendo en un ejemplo de ejercicio autoritario, en el que con frecuencia se traspasa la línea roja que separa el uso legítimo de la fuerza del abuso policial.

Mientras la justicia abría la investigación por la muerte del empresario, la Audiencia de Barcelona confirmaba la condena a otro mosso por un incidente muy parecido, aunque por suerte sin el trágico desenlace, juzgado también gracias a un video grabado por un vecino. 

Del análisis de los casos que han llegado a juicio emerge un patrón de conducta con dos elementos: una desproporción entre la fuerza aplicada y el peligro que se trataba de afrontar, y una gestión del escándalo por parte de los mandos prepotente y encubridora. La desproporción ha sido observada tanto en episodios de control del orden público en la calle como en operaciones rutinarias de persecución de la delincuencia.

 En el caso del empresario fallecido, los agentes le redujeron y golpearon con saña cuando ya había terminado la pelea que había protagonizado. Estaba excitado, pero no iba armado y tampoco representaba un peligro para los demás. ¿Por qué entonces tanta violencia? (...)

La que emerge de los Mossos resulta sumamente inquietante: la gestión que se ha hecho de los incidentes en que se han visto involucrados contribuye a una percepción de impunidad en el interior del propio cuerpo.  (...)

De forma sistemática, los actuales mandos de los Mossos han confundido el legítimo derecho a la defensa y a no declarar contra sí mismos que asiste a los agentes imputados, con una actitud encubridora que en ocasiones ha bordeado la obstrucción a la justicia. (...)

La frecuencia con la que la versión oficial ha sido desmentida resulta insostenible. Porque, o bien obedece a una estrategia deliberada de los responsables políticos, lo que sería muy grave, o estos han sido engañados, lo que no lo sería menos, porque significaría que la autoridad democrática no ejerce un verdadero control sobre el cuerpo. 

 Que los mandos intermedios se atrevan a engañar o a negar información sobre lo ocurrido a la autoridad superior revela la existencia de un corporativismo crecido que escapa al control democrático. Y eso es algo que el consejero de Interior no puede permitir."         ( , El País, 26 OCT 2013 )

No hay comentarios: