"Josep Borrell, ex presidente del Parlamento Europeo;
ex ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente; ex
secretario de Estado de Hacienda; y ex candidato del PSOE a la
Presidencia del Gobierno, este miércoles, en El Periódico:
"Desde Bruselas nos han dicho de varias y
muy claras maneras que una Cataluña independiente no sería de forma
automática un nuevo Estado miembro de la Unión Europea. [...] Una
declaración unilateral de independencia no sería aceptada por la UE en
virtud de lo dispuesto en el artículo 4.2 del Tratado de la Unión (TUE),
por el que se respeta la integridad territorial de los estados
miembros.
En marzo de 2004, cuando yo aún no era
presidente del Parlamento Europeo, la Comisión Europea dictaminó:
'Cuando una parte del territorio de un Estado deje de formar parte de
ese Estado, porque se convierta en un Estado independiente [...], desde
el día de su independencia se convertirá en un tercer Estado con
relación a la UE y los tratados ya no serán de aplicación en su
territorio'.
[...] ¡Debería estar claro! Pues no. [...]
Así pues, digan lo que digan el Tratado de la Unión Europea (TUE) y las
autoridades comunitarias encargadas de velar por su cumplimiento,
háganle caso al señor Homs, porque gracias a su amplia experiencia
internacional (¿!!?) nos asegura que esas cosas se arreglarán con un
apaño político, apoyados por Lituania.
Y por supuesto que los que opinan
lo contrario tratan simplemente de amedrentar y asustar a los
partidarios de la independencia. A nuestros futuros socios europeos les
debe sorprender esta interpretación de la efectividad del TUE. Como si
fuese algo maleable, deformable a voluntad en aspectos que están tan
absolutamente claros.
O se creen lo que dicen y viven fuera de
la realidad, o tratan de confundir a la gente con argumentos que en
Bruselas no son una buena tarjeta de visita. La realidad es que la UE se
rige por sus tratados.
El artículo 52.1 del TUE cita a cada uno de los
miembros. Para incluir a Cataluña habría que modificarlo por unanimidad
del Consejo Europeo y ratificarlo cada Estado. Así se ha hecho con
Croacia. El artículo 9 dice que son ciudadanos de la UE los que tienen
la nacionalidad de un Estado miembro. Luego la pérdida de la ciudadanía
española implicaría la de la europea, que se superpone a la española sin
sustituirla.
[...] Sí, Cataluña es muy importante, pero
la fría realidad es que representa el 1,5% del PIB de la UE y nuestra
aportación al presupuesto comunitario es bastante prescindible. [...]
Esta realidad puede no importar a quienes piensen que la independencia
es un bien superior por el que merece la pena asumir costes elevados
como la exclusión de la UE. Están en su derecho. Pero no hay derecho a
construir ficciones para confundir a los ciudadanos con propuestas que
se saben imposibles". (Crónica Global, 23/10/2013)
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