"Son muy complejos. Todos los seres humanos tenemos, pero al enarbolar
los propios, a menudo olvidamos que los demás también sienten. Aún así,
hasta cuando invaden territorios ajenos, incluso si sostienen
posiciones que no comparto, los sentimientos me parecen respetables,
porque forman parte de la naturaleza humana.
Pero eso es una cosa y
otra, muy distinta, la manipulación sentimental de las bajas pasiones
—también humanas, pero nada respetables— con el fin de obtener ventajas
espurias.
La carta en la que cuatro eurodiputados catalanes han denunciado la
amenaza de una invasión militar de Cataluña, representa un ejemplo
notable, y muy torpe por cierto, de esa clase de estrategias.
En nombre
de los sentimientos, esa vuelta de tuerca excesiva, superflua y, sobre
todo, ficticia, ha puesto de manifiesto la calaña de unos propósitos que
no tienen nada que ver con los latidos del corazón. Oportunismo,
electoralismo, victimismo, histrionismo, cálculo, propaganda.
El líder
del PSC ha descalificado la iniciativa alegando que arroja más tensión
sobre una sociedad demasiado tensionada, pero en mi opinión ha sucedido
todo lo contrario.
Quien es capaz de malbaratar sus propios
sentimientos, de manipularlos a favor de su ambición política, solo
destensa, desinfla, pincha un burbuja. Y se arriesga a que los demás
sospechen que dentro no hay nada más que aire, aunque no sea verdad." (Almudena Grandes , El País, 29 OCT 2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario