"Alfons López Tena, un diputado independentista que asegura con voz
tronante y firme que los catalanes -no algunos, o él mismo, sino todos
los catalanes- no son españoles, sostenía [1] en un artículo que se
puede seguir leyendo en la página de su formación política [2],
Solidaritat Catalana (¡el nombre es una broma de muy mal gusto!) y que
fue publicado anteriormente en Público, que “Juan Carlos de
Borbón empezó su infausta carrera, después de matar a su hermano de un
certero disparo, poniéndose a disposición del dictador fascista y
asesino que a la sazón aherrojaba España, colonias incluidas, con la
pretensión de que le designara sucesor”.
Ninguna bajeza le fue ajena,
continuaba el senyor diputat, “incluida la felonía de ser proclamado rey
por las Cortes fascistas mientras su padre, Juan III, vivía y no había
abdicado, lo que le arrancó al cabo de los años. Mantuvo intacto el
aparato de la dictadura y sus responsables, hasta que la presión popular
e internacional le hizo imposible mantener la monarquía del 18 de
julio. Juró los Principios Fundamentales del Movimiento, jamás ha jurado
la Constitución”.
Tras una visión absolutamente idílica y
desinformada de algunas monarquías europeas donde el punto de vista
crítica queda anulado, señala López Tena que “no es casual que los
brasileños entronizaran un emperador de la Casa real portuguesa, que
docenas de Estados independientes mantengan como Jefe de Estado a la
Reina de Inglaterra, pero que ningún Estado independizado de España haya
mantenido a su rey”. Es el sino de España y de sus reyes: “incapaces de
admitir la voluntad democrática de independencia y sólo conocedores de
la amenaza, el insulto, y la represión, como métodos para mantener lo
que ellos llaman España unida”.
España, prosigue ALT, tiene mucho a
ganar con un Estado catalán: “perdería un miembro descontento y
problemático pero ganaría un buen vecino y amigo”, y, además, podría
superar los bloqueos que sufren las libertades y la democracia por
causa, en su opinión poco trabajada, “de una estructura institucional
concebida y practicada para asegurar el dominio de una mayoría nacional
española sobre las minorías nacionales”.
El diputado, todo un diputado,
no se ha enterado de otros nudos esenciales de la transición-transacción
que tienen que ver no con naciones sino con clases sociales. ¡Con
clases sociales!
Pero no es este el punto central de esta nota.
El nudo básico del artículo del diputat viene a continuación. Es el
siguiente: “Dijo Azaña que para mantener España unida había que
bombardear Barcelona cada cincuenta años, método que calificaba de
bárbaro pero efectivo”. No hay que ser doctor en Historia para saber que
no fue Azaña -¡don Manuel Azaña!- quien hizo esta afirmación (imposible
pensar en una cosa así) sino en general-regente Espartero, cosa y
figura muy distintas pero que muy distintas.
El presidente de la II
República española, como es sabido, sostuvo tesis muy alejadas. Estas
por ejemplo: que la ciudadanía catalana tenía derecho a decidir su
destino; que él deseaba que Catalunya formara parte de una España
socialmente avanzada donde pudiera vivir en concordia y en paz con el
resto de pueblos, pero que si finalmente Catalunya decidiera separarse
de España, ambas naciones deberían vivir en armonía fraternal, como dos
países amigos.
La otra cara, pues, del discurso de los
bombardeos. ¿Un error del diputado? Tal vez. ¿Ha pedido disculpas? No se
conocen. ¿TV3 ha dedicado cinco minutos a una barbaridad
político-cultural de este calibre? No puedo asegurarlo, pero acaso, como
máximo, dos nanosegundos.
¿Una organización democrática que lleva
incorporado en su nombre la palabra “Solidaridad” debe seguir
manteniendo en su web una nota ofensiva y falsaria de estas
características? ¿Fue una simple irrupción del inconsciente? ¿De qué
inconsciente? ¿Aquel que apunta que España, toda ella, es un desastre
inconmensurable, sin excepciones ni contraejemplos?
¿Cernuda, García
Lorca, Negrín, Pemán, Pedro J. Ramírez y Queipo del Llano son uno y lo
mismo? ¿Que no hay dos Españas como señalara Machado, sino que toda ella
es -y siempre ha sido- una, rancia, represiva, de charanga soez y
pandereta pueril y ofensiva? ¿Es eso?
La conjetura no es
absurda ni inverosímil ni siquiera exagerada. Hay más “reflexiones” en
el artículo del diputat independentista. El fragmento final del sesudo
artículo está a la altura –y es muy difícil- de la infamia anterior.
Dice así: “Españoles, quedaos con vuestro rey, con su familia, y con su
heredero, de quien el Marqués de Mondéjar, ex Jefe de la Real Casa, dijo
en un brindis en mi presencia en Madrid en el año 2002: “Agradezcamos a
la Providencia habernos dado un Príncipe que ha heredado toda la
inteligencia del padre y toda la simpatía de la madre”. Que os
aproveche”.
¿Qué concepto de “españoles” tiene el senyor
diputat, siempre muy bien ubicado por cierto en la telaraña
institucional, española o catalana? ¿Qué es éste que “os aproveche”? ¿A
quién se dirige? ¿Qué es este “quedaos con vuestro Rey y su familia”
como si la situación hubiera sido fruto de una aceptación libre de la
ciudadanía?
¿No conoce el senyor diputado nada del movimiento
republicano hispánico? ¿Qué pensaría el senyor diputat si alguien se
dirigiera al pueblo de Catalunya y le dijera que se quedara con sus
Millet, sus Mas, sus Duran i Lleida, con sus Fainés, sus Porcioles, sus
Samaranch, con las gentes ilustrísimas que se mofan de los campesinos
andaluces y se ríen del habla de los niños andaluces y gallegos?
¿Se sentiría ultrajado? A la inversa, ¿no rige el mismo criterio? ¡Pero
qué se ha creído este pingo-pijo almidonado por muy catalán
independentista que diga ser!" (Salvador López Arnal, Rebelión, 14/10/2012)
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