"Hay que reconocer en Artur Mas dotes de malabarista. Tiene un país en
quiebra; necesita el rescate del Gobierno español del que desea
separarse (¿qué pensaría la UE si le pedimos el rescate y anunciamos que
nos vamos?); cuenta con más de 700.000 parados; ha sido pionero en la
aplicación de recortes sociales; se ha sostenido gracias al apoyo del
PP, al que ayuda en las Cortes en sus duras medidas sociales y, no
obstante, se presenta como el líder mesiánico de la nación catalana en
el camino hacia la “independencia”.
Realmente asombroso, porque si uno
lee su mensaje, este es de una ambigüedad inaceptable, pues no es lo
mismo “un Estado propio en Europa”, que “estructuras estatales”, que
“una nación dentro de Europa”, que el “derecho a decidir” o, por fin, el
pacto fiscal.
El president sabe —y así lo ha reconocido— que
una independencia unilateral, en contra de la voluntad de los españoles,
supone violar la Constitución y quedarse fuera de la UE y del euro.
Significaría un choque que dividiría a la sociedad catalana, exacerbaría
los demonios de antaño y sería un desastre para todos. Sin embargo,
casi todas las demás cuestiones son discutibles y, bastantes,
negociables porque “estructuras estatales” ya se tienen ahora y se
pueden ampliar en una federación; un pacto fiscal es necesario, la
cuestión es saber de qué pacto hablamos, si del que mejore la hacienda
catalana y no rompa el principio de solidaridad o de otro." (Nicolás Sartorius , El País,10 OCT 2012)
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