"Resultado de esta situación, incluido el
control de la mayoría de medios en Catalunya por parte de las derechas
nacionalistas, nos encontramos con la situación casi única en Europa de
que uno de los gobiernos que ha ido imponiendo mayores medidas de
austeridad a su población (ninguna de ellas existentes en su programa
electoral) goza de un amplio apoyo electoral en Catalunya sin que la
crisis y la puesta en marcha de tales políticas hayan afectado su
popularidad.
La gran astucia política del partido gobernante, CiU, ha
sido presentar la necesidad de aplicar tales medidas como consecuencia
del “expolio” de Cataluña por parte de España. De ahí que haya intentado
canalizar, con la ayuda de sus medios, tal enfado hacia el
establishment español basado en Madrid, definiéndolo como España.
En este argumento se olvida que el
déficit de gasto público (incluyendo el gasto público social) de
Cataluña es mayor que el déficit fiscal (que existe y debe eliminarse). Y
también se olvida que el País Vasco, con un sistema fiscal semejante al
que el gobierno CiU desea, tiene también problemas graves, con una
crisis profunda.
En realidad, el gasto público social por habitante en
el País Vasco es mucho menor de lo que le correspondería por el nivel de
desarrollo económico que tiene, y ello como resultado de haber estado
gobernado por las derechas en la mayoría del periodo democrático. Tener
una Cataluña independiente no es garantía de que Cataluña elimine su
enorme déficit de gasto público social.
En realidad, algunos de los
economistas más visibles en la esfera independentista (incluyendo el
economista “oficial” de TV3, que en sus llamadas “lecciones de economía”
en tal medio adoctrina a la población catalana con su dogma neoliberal)
son ultraliberales que eliminarían gran parte de los servicios
públicos, como sanidad y educación, acentuando todavía más el deterioro
de los servicios públicos que ha ocurrido bajo el mandato de CiU. (...)
En realidad, tal como he señalado en
otro artículo (“Expolio nacional o expolio social” Público 13.11.11) el
gran déficit social de Cataluña se ha acentuado todavía más como
resultado de la alianza de CiU con el PP (que fue el partido que se
opuso más al Estatut) en las políticas fiscales regresivas, en la
reducción de los impuestos que gravan las rentas del capital y rentas
superiores, y en la privatización de servicios públicos, además de otras
políticas de clara orientación neoliberal.
Y ambos, tanto CiU como el
PP, han hecho lo opuesto a lo que prometieron. Dijeron mil veces durante
la campaña electoral que no recortarían en los servicios públicos como
sanidad y educación, donde ha recortado más.
Ambos están siguiendo
políticas para las cuales no hay ningún mandato popular. De ahí que la
demanda de un referéndum sobre si la ciudadanía aprueba tales políticas
de austeridad sea tan aplicable al gobierno PP como al gobierno CiU.
El Presidente Mas ha subrayado que, si
el pueblo catalán votara a favor de la independencia en un referéndum,
las autoridades públicas representativas españolas, por mera coherencia
democrática, deberían aceptarla y permitir su desarrollo. Pero la
selectividad en la exigida coherencia y su falta de credibilidad aparece
claramente cuando el mismo Presidente hace lo contrario de lo que el
pueblo catalán votó, desmontando, como lo está haciendo, el Estado del
Bienestar catalán.
En sanidad, por ejemplo, las políticas que la
Generalitat de Catalunya están polarizando todavía más la sanidad en
Catalunya, favoreciendo a la sanidad privada (que sirve
predominantemente a las rentas de mayores ingresos) a costa de la
sanidad pública (que sirve a las clases populares).
Y todo ello bajo el
liderazgo del Conseller de Salut (que era el jefe de la patronal
hospitalaria privada) transformando un servicio universal en un servicio
asistencial, justificando tales políticas bajo el lema de que no hay
otra alternativa, pues Madrid (España) nos fuerza a hacerlo y así nos lo
manda.
De la misma manera que el Presidente
Rajoy está desmantelando la España social bajo la excusa de que es lo
que le exige Bruselas, el gobierno Mas también señala que tiene que
hacerlo porque así se lo pide Madrid. En ambos casos estamos viendo la
externalización de responsabilidades.
En España, Bruselas se presenta
como el problema. En Cataluña, Madrid es el problema. Y aunque en ambos
casos hay un componente que sí se corresponde a la realidad, es sólo un
componente y no lo es todo pues, ni antes de que hubiera el euro ni
ahora con el euro, Bruselas y Madrid han sido los mayores determinantes
del subdesarrollo social de Cataluña y de España (ver mi libro El
Subdesarrollo Social de España. Causas y Consecuencias).
Las relaciones
de poder de clase juegan el papel determinante tanto en Cataluña como en
España. La alianza de clases, entre las clases dominantes en España y
en Cataluña (terminología nunca utilizada en los medios por considerarla
interesadamente como anticuada), es la causa mayor del retraso social
de ambas, y los datos así lo muestran.
Los países que tienen menor gasto
social por habitante son aquéllos donde las clases conservadoras han
sido más dominantes sobre los aparatos de sus Estados. Y así ocurre
tanto en Cataluña como en España, como lo muestra que en la gran mayoría
de leyes y presupuestos de austeridad que han afectado negativamente el
bienestar de la población (tanto en Catalunya como en España), el PP y
CiU han votado juntos (tanto en el Parlament de Catalunya como en las
Cortes Españolas). Esto es lo que está ocurriendo en Catalunya y en
España, de lo que no se habla en los medios de mayor difusión ni en
Catalunya ni en España.
Sería un gran error que las izquierdas permitieran que las derechas
catalanas y españolas protagonizaran el desarrollo de los hechos durante
este periodo." (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 20 de septiembre de 2012, en www.vnavarro.org, 20/109/2012)
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