11/10/07

Maragall nos perdona la vida, hasta que las cosas se pongan feas

En un artículo deslavazado, por decir algo, deduzco que el señor Maragall viene a decirnos al resto de los españoles lo que tenemos que hacer, algo así:

Vean la chapuza españolista, vean como corresponden a nuestros desvelos, dice el mosso bueno (y algo quejita):

“2. Una cosa es, digo yo, que Catalunya sea solidaria y pague más de lo que recibe en servicios, y otra es que esa solidaridad se traduzca en infraestructuras peores.”

Ahora me pongo de guardia civil malo, y advierto a los españolistas: ¡Si es por vuestro bien, os conviene tenernos contentos, si no es peor! Para vosotros, pobrecillos:

“De ese modo estaríamos matando la gallina de los huevos de oro, porque, con peores infraestructuras, Catalunya crecería menos de lo que podría y no estaría en condiciones de seguir contribuyendo en la misma medida.”

Y el PSOE debe pactar con el PSC, que para eso son el mismo partido, pero no:

“El PSOE siempre ha creído que Catalunya era nacionalista y que por tanto había que pactar con CiU, no con los socialistas catalanes.”

No, lo que pasa es que son asimétricos, y los del PSOE todavía no se han convencido, y soportan como pueden que los “tuyos” se desigualen:

“Soportarse más que convencerse. Pacto más que federación, y, menos aún, asimétrica. Y sólo se pacta con los distintos, no por supuesto con los tuyos, que por algo son tuyos.”

Y amenaza (otra vez el poli malo) con pasarse a Pujol:

“(…) Pujol fue poco crítico con CiU y que raramente confesó errores. Ésa es otra diferencia. Pero la distancia entre nosotros no crece: al contrario.”

¿Y todo este cabreo, a cuento de qué? Pues de Endesa:

“El día que Endesa compró Fecsa, en vez de que Gas Natural comprara Endesa que era el primer proyecto, algo empezó a ir mal.”

Y ya había empezado mal cuando se hizo el AVE a Sevilla ¡Hacia el Sur! ¡Hacia el tercer mundo! Y, lo peor, fue rentable y todos quisieron el suyo (culo veo, culo quiero):

“La alta velocidad empezó por el tramo Madrid-Sevilla. Felipe González apoyó a muerte los Juegos Olímpicos de Barcelona y Barcelona apoyó que la alta velocidad empezara por abajo. No contábamos con que luego cambiaría el presidente y se impondría otra fórmula: de Madrid a cada capital de provincia en alta velocidad (300 kilómetros por hora).”

De Madrid en AVE a todas partes, porque de todas partes lo piden, y ¡Nadie pide ir en AVE a Barcelona ni a Bilbao!. Y es que resulta que Madrid es hoy el motor económico del país; es lo que hay, Pascual.

“Hay que invertir más. En conexiones eurorregionales sobre todo. Nos jugamos mucho. Nos jugamos vertebrar o no una Eurorregión potente de entre 15 y 20 millones de habitantes, con Midi-Pyrenées, Languedoc-Roussillon, Catalunya, Aragón, Valencia, Baleares y quizás Andorra.”

Andorra sí puede cooperar en ese proyecto, pero Valencia es un competidor directo de Barcelona; Baleares depende del enlace con Alemania, y Aragón ya es el centro logístico del triángulo Madrid-Barcelona-Lyon. No necesitan que les digan a dónde pertenecer, Pascual. Y la solemne traca final:

“Volviendo de nuevo al principio: no creo que se trate de un problema de buen trato o de maltrato. Se trata de una incapacidad para comprender o de una imposibilidad de convencer, o de las dos cosas a la vez.” (PASQUAL MARAGALL: A partir de un juicio severo; El País, ed. Galicia, Opinión, 09/10/2007, pp. 15)

Pues de eso se trata ¿De verdad es tan importante Barcelona? No convencen los argumentos asimétricos.
Ni se comprende que Madrid no se queje de su balanza fiscal, y Barcelona sí, sólo porque quiera ser asimétrica.

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