13/4/22

Albert Soler: Si alguien pregunta en qué terminó aquello del proceso, de la republiqueta y de cuánta dignidad, muéstrele la foto del autollamado «gobierno en el exilio». Y acto seguido, den un kleenex para secarse las lágrimas. Pocas fotos muestran así bien la decadencia y la decrepitud... Admito que nos han proporcionado carcajadas sin fin y que -mea maxima culpa- he sido el primero en burlarme, pero ver ahora el patetismo de los últimos lacistas, me encoge el corazón. Yo me arrepiento, Señor

 "Gobernillo de pasión en el exilio.

 Si alguien pregunta en qué terminó aquello del proceso, de la republiqueta y de cuánta dignidad, muéstrele la foto del autollamado «gobierno en el exilio». Y acto seguido, den un kleenex para secarse las lágrimas. Pocas fotos muestran así bien la decadencia y la decrepitud.

 La imagen del Vivales, Comín, Llach y -lo peor- de ocho más a los que nadie es capaz de poner nombre, intentando parecer un gobierno en el que nadie cree, a la sombra de un limonero y en posición de copla sardanista, quizás la Principal de Waterloo, es tan triste que ya nadie tiene ganas de reírse. 

Admito que nos han proporcionado carcajadas sin fin y que -mea maxima culpa- he sido el primero en burlarme, pero ver ahora el patetismo de los últimos lacistas, me encoge el corazón. Yo me arrepiento, Señor.

 Observar a gente cayendo al vacío mientras lo intenta disimular con rostro impasible, no debería movernos a reír, sino a pensar en sus familias, que los siguen amando a pesar de sus evidentes limitaciones. Además, tal vez no todos los de la foto están mal de la chaveta, quizás algunos fueron allí engañados, pensando que el Vivales les convocaba para adjudicarles un cargo auténtico, de los de buen sueldo y mejores dietas, que para esto se metieron en el lacismo. Quien iba a decirles lo que encontrarían.

 -Por el poder que me ha sido concedido, es decir, que me he concedido yo mismo, les nombro a todos vosotros miembros del gobiernillo auténtico- soltó el Vivales. 

Y a ver quién se atreve a decirle que está como una cabra, que yo tengo cosas mejores que hacer que jugar a los gobiernos o que me espera la familia en casa. 

 -Y ahora nos haremos una foto debajo de un limonero, que da imagen de solemnidad. Venga, ponga cara de ministros.

 Nada de reírnos, que bastante pena tienen. Además, dar a conocer al gobernillo en el exilio en vísperas de la Semana Santa, permite utilizar la foto a modo de estampita, como se hacía antes con las de santos y beatos. 

Cada vez que en estos días tan dados a la mortificación, pensamos que la vida nos trata mal y tengamos tentación de maldecir nuestra suerte, una simple mirada a la pinta que gasta el gobiernillo en el exilio, nos recordará que siempre hay gente que está mucho peor que nosotros. Y bastará para sanarnos."               (Albert Soler, Diari de Girona, 12/04/22)

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