"(...) Usted, como Melchor Marín, ¿se siente desarraigado? Llegó a Cataluña desde Extremadura con apenas cuatro años, y ya ve.
Creo
que es verdad. En este chico que, aparentemente, es tan distinto de mí,
he metido cosas de mí mismo que no me he atrevido a decir. Soy un
desarraigado, para bien y para mal.
Nací en Extremadura, un lugar en el
que todos estábamos muy protegidos, teníamos dinero, conocíamos a todo
el mundo y a los cuatro años me trasladaron a un sitio donde éramos
pobres, o al menos ya no éramos ricos, no conocíamos a nadie y todo era
totalmente distinto.
Eso influyó en usted, y todavía influye.
Mi
madre siempre dice que si me hubiese quedado en el pueblo no habría
sido escritor, en este sentido tengo que ver con Melchor. Yo creía que
tenía un sitio en el mundo, pero parece que no. Incluso te diré que
pensé que tenía dos patrias, pero parece que no. Me siento extranjero en
el lugar al que creí que pertenecía.
Tengo una sensación de desarraigo,
traición y furia, porque en esta novela hay mucha furia. Me dijo Manuel
Vilas que, tras leer la novela, detectó un motor fundamental: el odio.
¡Y ojo con el odio, porque dura más que el plástico en el mar! Esa furia
está en el libro. (Entrevista a Javier Cercas, Karina Sainz, Vox Populi, 09/11/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario