"Los acuerdos adoptados por las universidades catalanas
para flexibilizar la evaluación y favorecer así la participación de los
estudiantes en las protestas convocadas con motivo de la publicación de
la sentencia en que se condena a los líderes nacionalistas implicados
en el intento de derogación de la constitución en Cataluña en el año
2017 muestran hasta qué punto el régimen nacionalista controla la
sociedad catalana y cómo este control no solamente pone en peligro, sino
que quiebra algunos derechos y principios constitucionales básicos;
entre ellos el de no discriminación por razón ideológica.
Recordemos:
(...) Las universidades están acostumbradas a este tipo de huelgas
estudiantiles. No pasa curso en el que no se convoque alguna. La
práctica que se sigue, al menos en mi Facultad, es la de que se aconseja
a los profesores que eviten hacer pruebas evaluables en las jornadas de
protesta o que ofrezcan alternativas, para así no obstaculizar de
manera artificial la realización de la huelga.
En ningún caso se había planteado hasta ahora que la convocatoria de una protesta pudiera llevar a una modificación del método de evaluación más allá de, como se acaba de indicar, cambiar la fecha de alguna prueba.
Que no se hubiera planteado esta modificación era lógico. Tal como explicaba en otra entrada, en la actualidad el régimen de evaluación va mucho más allá de poner un examen con tres preguntas y calificar cada una de 0 a 10. La creación del Espacio Europeo de Educación Superior implica, entre otras cosas, vincular de manera estricta la evaluación a los resultados de aprendizaje, de tal manera que la evaluación es un elemento esencial en la configuración del programa y de la planificación de cada curso.
Es por eso que en el documento básico de la asignatura, la guía docente, se ha de incluir no solamente el método de evaluación, sino también la correspondencia entre la evaluación y los resultados de aprendizaje. Este documento, además, debe ser público antes del inicio de las clases, siendo esta publicidad una garantía esencial en la configuración de los estudios. (...)
En ningún caso se había planteado hasta ahora que la convocatoria de una protesta pudiera llevar a una modificación del método de evaluación más allá de, como se acaba de indicar, cambiar la fecha de alguna prueba.
Que no se hubiera planteado esta modificación era lógico. Tal como explicaba en otra entrada, en la actualidad el régimen de evaluación va mucho más allá de poner un examen con tres preguntas y calificar cada una de 0 a 10. La creación del Espacio Europeo de Educación Superior implica, entre otras cosas, vincular de manera estricta la evaluación a los resultados de aprendizaje, de tal manera que la evaluación es un elemento esencial en la configuración del programa y de la planificación de cada curso.
Es por eso que en el documento básico de la asignatura, la guía docente, se ha de incluir no solamente el método de evaluación, sino también la correspondencia entre la evaluación y los resultados de aprendizaje. Este documento, además, debe ser público antes del inicio de las clases, siendo esta publicidad una garantía esencial en la configuración de los estudios. (...)
En mi universidad el Consejo de
Gobierno, que hacía no mucho había impuesto la evaluación continua por
encima de los criterios de los profesores (¿por encima de su libertad de
cátedra?) prohibiendo, por tanto, la evaluación única; cambia la
normativa para establecer la posibilidad de que los alumnos puedan optar
por la evaluación a partir de una prueba de síntesis que haga
compatible, por tanto, la evaluación con la participación en las
protestas convocadas con motivo de la sentencia dictada contra Oriol
Junqueras y demás líderes nacionalistas.
Esta posibilidad de opción choca, tal como ya he indicado, con la lógica de la evaluación en el sistema universitario actual. La evaluación actualmente forma parte integrante del contenido del título y, por tanto, la modificación de la evaluación ha de interpretarse como una modificación del título. (...)
Esta posibilidad de opción choca, tal como ya he indicado, con la lógica de la evaluación en el sistema universitario actual. La evaluación actualmente forma parte integrante del contenido del título y, por tanto, la modificación de la evaluación ha de interpretarse como una modificación del título. (...)
El protocolo de evaluación para la verificación de títulos
universitarios oficiales de la Red Española de Agencias de Calidad
Universitaria también incluye los mecanismos de evaluación como parte
integrante del título (...)
Siendo, por tanto, una modificación del título, deberían seguirse los
pasos previstos para tal modificación, adecuarse a los contenidos y
resultados de aprendizaje de las correspondientes memorias y
justificarse por razones académicas.
Nada de esto, sin embargo, parece importar a los órganos de gobierno de
las universidades catalanas, y la razón para ello es que se vive "una
situación excepcional" que se vincula con las protestas organizadas por
el régimen nacionalista. (...)
Vincular la evaluación con la resolución de conflictos estudiantiles
es un reconocimiento claro de que esa modificación en la evaluación no
se justifica en la verficación de los resultados de aprendizaje sino en
razones ajenas a lo académico; lo que ya en sí supondría una
irregularidad en el marco de la regulación universitaria vigente; pero
es que, en realidad, va más allá.
Efectivamente, por mucho que se insista en la dimensión de la
protesta o en las dificultades para acudir a clase, lo cierto es que la
normalidad reina en las universidades catalanas. Nunca había sido
testigo de una huelga estudiantil con tal ausencia de incidentes y con
tanta normalidad en el campus.
Es cierto que hay menos estudiantes que lo que es habitual; pero la afluencia es significativa y, en cualquier caso, a diferencia de en otras protestas estudiantiles, sin que haya barricadas o dificultades para el acceso al campus. En mi Facultad no ha habido incidentes que yo haya conocido y en otras universidades, tras los intentos de bloqueo de los primeros días y la respuesta de los estudiantes que querían acudir a clase, la normalidad ha llegado a las aulas.
Es cierto que hay menos estudiantes que lo que es habitual; pero la afluencia es significativa y, en cualquier caso, a diferencia de en otras protestas estudiantiles, sin que haya barricadas o dificultades para el acceso al campus. En mi Facultad no ha habido incidentes que yo haya conocido y en otras universidades, tras los intentos de bloqueo de los primeros días y la respuesta de los estudiantes que querían acudir a clase, la normalidad ha llegado a las aulas.
Así pues, no puede ser que sea la virulencia del conflicto la que justifique la modificación de la forma de evaluación. Parece
más lógico interpretar que es la simpatía de la institución por la
reivindicación nacionalista la que explica que se haya facilitado la
evaluación de los estudiantes que participan en las protestas contra la
sentencia del Tribunal Supremo. Esta simpatía ha sido abundantemente
comprobada: hace tan solo unos días, los claustros de las mismas
universidades que han adoptado sistemas alternativos de evaluación
aprobaron declaraciones que recogían los elementos esenciales del
argumentario nacionalista.
(...) el cambio de evaluación, que carece de jusitificación académica, como
hemos visto, sería una concesión a los estudiantes nacionalistas,
quienes se verían favorecidos por la posibilidad de optar por una
evaluación compatible con la participación en las protestas convocadas
para presionar al Estado español en relación a la condena de los líderes
nacionalistas. En definitiva, sería una decisión adoptada por la
institución académica que favorecería a una determinada opción
ideológica. La confirmación académica de los manifiestos a favor de las posiciones nacionalistas que padecemos desde hace años. (...)
Una normativa sobre evaluación que carece de justificación académica y
supone favorecer una determinada opción ideológica es grave, muy grave;
pero la cosa no acaba aquí.
Si nos detenemos en la normativa de mi universidad comprobaremos que el
sistema alternativo de evaluación que se propone incluye un elemento
perturbador: para participar en él es necesario indicarlo con carácter
previo.
Esta inscripción implicará que existirá una lista de estudiantes que se
adscriban a la evaluación alternativa... y una paralela lista de
estudiantes que no se adscriban a la misma, la que resulta de restar a
la lista general los estudiantes que se adscriban a la lista
alternativa. Dada la vinculación ideológica de la evaluación
alternativa resultará que estas listas serán, inevitablemente, listas de
estudiantes independentistas y no independentistas.
¿Exagero? No. Como ya he explicado, la normativa aprobada
expresamente vincula el método alternativo de evaluación a las protestas
existentes y es una demanda concreta de los estudiantes que llaman a
estas protestas; estudiantes que las convocan por razones claramente
políticas. Lo de que las listas resultantes son listas ideológicas no es ninguna especulación.
Esta inscripción implicará que existirá una lista de estudiantes que se
adscriban a la evaluación alternativa... y una paralela lista de
estudiantes que no se adscriban a la misma, la que resulta de restar a
la lista general los estudiantes que se adscriban a la lista
alternativa. Dada la vinculación ideológica de la evaluación
alternativa resultará que estas listas serán, inevitablemente, listas de
estudiantes independentistas y no independentistas.
¿Exagero? No. Como ya he explicado, la normativa aprobada
expresamente vincula el método alternativo de evaluación a las protestas
existentes y es una demanda concreta de los estudiantes que llaman a
estas protestas; estudiantes que las convocan por razones claramente
políticas. Lo de que las listas resultantes son listas ideológicas no es ninguna especulación.
Ahora bien ¿puede un acuerdo del Consejo de Gobierno de una universidad
ser base suficiente para la creación de una lista que incluya datos con
relevancia ideológica? La respuesta es negativa.(...)
Esta es la situación en la que nos encontramos: hace unas semanas las
universidades catalanas aprueban comunicados que recogen los argumentos
nacionalistas, suponen una crítica frontal al Estado de Derecho en
España y a la soberanía española. Unos días más tarde ceden a las
peticiones de los estudiantes nacionalistas y reformarn el sistema de
evaluación sin justificación académica alguna tan solo para favorecer la
participación en las protestas nacionalistas y contribuyendo con ello a
la creación de listados de estudiantes que se adscriben a dichas
protestas y estudiantes que no se adscriben a las mencionadas protestas,
con sistemas de evaluación diferenciados para cada uno de ellos.
Esa es la situación que tenemos, la situación ante la que calla la CRUE y
ante la que el Mnistro competente tan solo ha respondido con un tweet
de apoyo a un colectivo de profesores que ha criticado los manifiestos
aprobados hace unos días por las Universidades (...)" (El jardín de las hipótesis inconclusas, 04/11/19)
Pero muchos de ellos no quieren que esto les pase factura en el
expediente académico, así que han decidido negociar con los rectorados
la modificación del sistema de evaluación, que actualmente se basa
principalmente en la evaluación continua, para permitir que los
estudiantes puedan aprobar con un examen final.
Los campus, con una gran
parte de profesores que secunda los motivos de las protestas, están
aceptando aplicar este cambio de forma temporal. Solo la Pompeu Fabra
(Barcelona), la de Lleida y la Rovira i Virgili (Tarragona) no lo
contemplan.
La Universidad de Girona -una ciudad donde las
protestas han sido intensas- ha sido la que lo ha aprobado de forma más
institucional. El Claustro apoyó por unanimidad una declaración para que
cualquier estudiante pueda acogerse a la evaluación única (examen
final). “El estudiante que precise adaptarse a este nuevo sistema de
evaluación lo podrá hacer de forma individual para cada asignatura o
módulo desde el momento en que así se apruebe en Consejo de Gobierno”. Y
es que el Claustro es un órgano sin poder ejecutivo, así que la semana
que viene el Consejo de Gobierno concretará cómo se cambia la
evaluación.
La reunión claustral puso de relieve las
diferentes posturas de profesores y alumnos. Varios docentes y un
colectivo de estudiantes contrarios a las protestas se quejaron de que
“no se está respetando el derecho a la educación” y de que “se está
abriendo una brecha entre estudiantes”. En el lado opuesto, varias voces
aplaudieron la “implicación” y el “compromiso de los jóvenes. (...)" (Ivanna Vallespín, El País, 25/10/19)
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