5/11/19

Universidades catalanas modifican el sistema de evaluación presionadas por las protestas del ‘procés’... ese cambio, que carece de jusitificación académica, es una concesión a los estudiantes nacionalistas. En definitiva, sería una decisión adoptada por la institución académica que favorecería a una determinada opción ideológica...

 "Los acuerdos adoptados por las universidades catalanas para flexibilizar la evaluación y favorecer así la participación de los estudiantes en las protestas convocadas con motivo de la publicación de la sentencia en que se condena a los líderes nacionalistas implicados en el intento de derogación de la constitución en Cataluña en el año 2017 muestran hasta qué punto el régimen nacionalista controla la sociedad catalana y cómo este control no solamente pone en peligro, sino que quiebra algunos derechos y principios constitucionales básicos; entre ellos el de no discriminación por razón ideológica.

Recordemos:
(...) Las universidades están acostumbradas a este tipo de huelgas estudiantiles. No pasa curso en el que no se convoque alguna. La práctica que se sigue, al menos en mi Facultad, es la de que se aconseja a los profesores que eviten hacer pruebas evaluables en las jornadas de protesta o que ofrezcan alternativas, para así no obstaculizar de manera artificial la realización de la huelga. 

En ningún caso se había planteado hasta ahora que la convocatoria de una protesta pudiera llevar a una modificación del método de evaluación más allá de, como se acaba de indicar, cambiar la fecha de alguna prueba. 

 Que no se hubiera planteado esta modificación era lógico. Tal como explicaba en otra entrada, en la actualidad el régimen de evaluación va mucho más allá de poner un examen con tres preguntas y calificar cada una de 0 a 10. La creación del Espacio Europeo de Educación Superior implica, entre otras cosas, vincular de manera estricta la evaluación a los resultados de aprendizaje, de tal manera que la evaluación es un elemento esencial en la configuración del programa y de la planificación de cada curso. 

Es por eso que en el documento básico de la asignatura, la guía docente, se ha de incluir no solamente el método de evaluación, sino también la correspondencia entre la evaluación y los resultados de aprendizaje. Este documento, además, debe ser público antes del inicio de las clases, siendo esta publicidad una garantía esencial en la configuración de los estudios. (...)

En mi universidad el Consejo de Gobierno, que hacía no mucho había impuesto la evaluación continua por encima de los criterios de los profesores (¿por encima de su libertad de cátedra?) prohibiendo, por tanto, la evaluación única; cambia la normativa para establecer la posibilidad de que los alumnos puedan optar por la evaluación a partir de una prueba de síntesis que haga compatible, por tanto, la evaluación con la participación en las protestas convocadas con motivo de la sentencia dictada contra Oriol Junqueras y demás líderes nacionalistas. 

Esta posibilidad de opción choca, tal como ya he indicado, con la lógica de la evaluación en el sistema universitario actual. La evaluación actualmente forma parte integrante del contenido del título y, por tanto, la modificación de la evaluación ha de interpretarse como una modificación del título.  (...)

El protocolo de evaluación para la verificación de títulos universitarios oficiales de la Red Española de Agencias de Calidad Universitaria también incluye los mecanismos de evaluación como parte integrante del título (...)

Siendo, por tanto, una modificación del título, deberían seguirse los pasos previstos para tal modificación, adecuarse a los contenidos y resultados de aprendizaje de las correspondientes memorias y justificarse por razones académicas.
Nada de esto, sin embargo, parece importar a los órganos de gobierno de las universidades catalanas, y la razón para ello es que se vive "una situación excepcional" que se vincula con las protestas organizadas por el régimen nacionalista. (...)

Vincular la evaluación con la resolución de conflictos estudiantiles es un reconocimiento claro de que esa modificación en la evaluación no se justifica en la verficación de los resultados de aprendizaje sino en razones ajenas a lo académico; lo que ya en sí supondría una irregularidad en el marco de la regulación universitaria vigente; pero es que, en realidad, va más allá.
Efectivamente, por mucho que se insista en la dimensión de la protesta o en las dificultades para acudir a clase, lo cierto es que la normalidad reina en las universidades catalanas. Nunca había sido testigo de una huelga estudiantil con tal ausencia de incidentes y con tanta normalidad en el campus.

 Es cierto que hay menos estudiantes que lo que es habitual; pero la afluencia es significativa y, en cualquier caso, a diferencia de en otras protestas estudiantiles, sin que haya barricadas o dificultades para el acceso al campus. En mi Facultad no ha habido incidentes que yo haya conocido y en otras universidades, tras los intentos de bloqueo de los primeros días y la respuesta de los estudiantes que querían acudir a clase, la normalidad ha llegado a las aulas.
 Así pues, no puede ser que sea la virulencia del conflicto la que justifique la modificación de la forma de evaluación. Parece más lógico interpretar que es la simpatía de la institución por la reivindicación nacionalista la que explica que se haya facilitado la evaluación de los estudiantes que participan en las protestas contra la sentencia del Tribunal Supremo. Esta simpatía ha sido abundantemente comprobada: hace tan solo unos días, los claustros de las mismas universidades que han adoptado sistemas alternativos de evaluación aprobaron declaraciones que recogían los elementos esenciales del argumentario nacionalista. 
(...) el cambio de evaluación, que carece de jusitificación académica, como hemos visto, sería una concesión a los estudiantes nacionalistas, quienes se verían favorecidos por la posibilidad de optar por una evaluación compatible con la participación en las protestas convocadas para presionar al Estado español en relación a la condena de los líderes nacionalistas. En definitiva, sería una decisión adoptada por la institución académica que favorecería a una determinada opción ideológica. La confirmación académica de los manifiestos a favor de las posiciones nacionalistas que padecemos desde hace años. (...)

Una normativa sobre evaluación que carece de justificación académica y supone favorecer una determinada opción ideológica es grave, muy grave; pero la cosa no acaba aquí.
Si nos detenemos en la normativa de mi universidad comprobaremos que el sistema alternativo de evaluación que se propone incluye un elemento perturbador: para participar en él es necesario indicarlo con carácter previo.
Esta inscripción implicará que existirá una lista de estudiantes que se adscriban a la evaluación alternativa... y una paralela lista de estudiantes que no se adscriban a la misma, la que resulta de restar a la lista general los estudiantes que se adscriban a la lista alternativa. Dada la vinculación ideológica de la evaluación alternativa resultará que estas listas serán, inevitablemente, listas de estudiantes independentistas y no independentistas.
¿Exagero? No. Como ya he explicado, la normativa aprobada expresamente vincula el método alternativo de evaluación a las protestas existentes y es una demanda concreta de los estudiantes que llaman a estas protestas; estudiantes que las convocan por razones claramente políticas. Lo de que las listas resultantes son listas ideológicas no es ninguna especulación.

Esta inscripción implicará que existirá una lista de estudiantes que se adscriban a la evaluación alternativa... y una paralela lista de estudiantes que no se adscriban a la misma, la que resulta de restar a la lista general los estudiantes que se adscriban a la lista alternativa. Dada la vinculación ideológica de la evaluación alternativa resultará que estas listas serán, inevitablemente, listas de estudiantes independentistas y no independentistas.
¿Exagero? No. Como ya he explicado, la normativa aprobada expresamente vincula el método alternativo de evaluación a las protestas existentes y es una demanda concreta de los estudiantes que llaman a estas protestas; estudiantes que las convocan por razones claramente políticas. Lo de que las listas resultantes son listas ideológicas no es ninguna especulación.
Ahora bien ¿puede un acuerdo del Consejo de Gobierno de una universidad ser base suficiente para la creación de una lista que incluya datos con relevancia ideológica? La respuesta es negativa.(...)
Esta es la situación en la que nos encontramos: hace unas semanas las universidades catalanas aprueban comunicados que recogen los argumentos nacionalistas, suponen una crítica frontal al Estado de Derecho en España y a la soberanía española. Unos días más tarde ceden a las peticiones de los estudiantes nacionalistas y reformarn el sistema de evaluación sin justificación académica alguna tan solo para favorecer la participación en las protestas nacionalistas y contribuyendo con ello a la creación de listados de estudiantes que se adscriben a dichas protestas y estudiantes que no se adscriben a las mencionadas protestas, con sistemas de evaluación diferenciados para cada uno de ellos.
Esa es la situación que tenemos, la situación ante la que calla la CRUE y ante la que el Mnistro competente tan solo ha respondido con un tweet de apoyo a un colectivo de profesores que ha criticado los manifiestos aprobados hace unos días por las Universidades (...)"                 (El jardín de las hipótesis inconclusas, 04/11/19)


"¿Ir a clase o a la manifestación? Los estudiantes universitarios están manteniendo vivas las protestas desde hace casi dos semanas contra la sentencia que condenó a los líderes independentistas. 

 Pero muchos de ellos no quieren que esto les pase factura en el expediente académico, así que han decidido negociar con los rectorados la modificación del sistema de evaluación, que actualmente se basa principalmente en la evaluación continua, para permitir que los estudiantes puedan aprobar con un examen final. 

Los campus, con una gran parte de profesores que secunda los motivos de las protestas, están aceptando aplicar este cambio de forma temporal. Solo la Pompeu Fabra (Barcelona), la de Lleida y la Rovira i Virgili (Tarragona) no lo contemplan.


La Universidad de Girona -una ciudad donde las protestas han sido intensas- ha sido la que lo ha aprobado de forma más institucional. El Claustro apoyó por unanimidad una declaración para que cualquier estudiante pueda acogerse a la evaluación única (examen final). “El estudiante que precise adaptarse a este nuevo sistema de evaluación lo podrá hacer de forma individual para cada asignatura o módulo desde el momento en que así se apruebe en Consejo de Gobierno”. Y es que el Claustro es un órgano sin poder ejecutivo, así que la semana que viene el Consejo de Gobierno concretará cómo se cambia la evaluación.

La reunión claustral puso de relieve las diferentes posturas de profesores y alumnos. Varios docentes y un colectivo de estudiantes contrarios a las protestas se quejaron de que “no se está respetando el derecho a la educación” y de que “se está abriendo una brecha entre estudiantes”. En el lado opuesto, varias voces aplaudieron la “implicación” y el “compromiso de los jóvenes. (...)"             (Ivanna Vallespín, El País, 25/10/19)

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