27/6/19

Director de e-notícies: No lloraré por TV3 el día que la cierren, la adelgazen o la renoven. Se lo han ganado a pulso...

"Para ver cómo manipula TV3 basta repescar el Telenotícies mediodía del pasado domingo.
Que conste que me perdí el día antes, como es habitual, el FAQS de la noche anterior pero hay un resumen colgado en twitter.

Debió ser lacrimógeno.

La mujer de Quim Forn diciendo que su marido es una persona muy querida en el ayutamiento, que había trababajadores que querían acercarse pero que "no se lo han permitido.” Lo que se le olvidó de decir es que no era por culpa de la pérfida Guardia Civil sino de los Mossos, que lo escoltaron y que cumplieron a rajatabla -como no podía ser de otra manera- las instruccions del Tribunal Supremo. Incluso a pesar del nuevo comisario jefe, Eduard Sallent, independentista de primera hora.
También tenían a la exalcadesa de Badalona, Dolors Sabater, proclamando que “era importantísimo que el PP no volviera a hacerse con la ciudad”.

Fíjense que no habían invitado al alcalde electo, Àlex Pastor. Ni al candidato derrotado, Xavier García Albiol. No, tenían a la candidata de ERC y la CUP -formaban una coalición electoral de hasta cinco fuerzas- a pesar de que Sabater había sacado 12.000 votos menos que Albiol. Eso sí, es de los nuestros. Hasta llevaba un símbolo amarillo en el cuello. (...)

Incluso encontraron a un exdiputado del partido abertzale Amaiur, Sabino Cuadra, que queria ajustar cuentas con Rodolfo Mrtín Villa por “los hechos de San Fermín de 1978”.

A veces, en TV3 hacen una tele alternativa. Entre cupaire y abertzale.

No seré yo el que ponga la mano en el fuego por Martín Villa. Por el primer y último político por el que hubiera puesto la mano en el fuego era por Jordi Pujol -sin haber sido nunca de su confianza ni haber tenido trato cercanyo- y ya ven cómo acabó la cosa. Además Martín Villa era ministro del Interior cuando el incendio de la Scala de Barcelona el 15 de enero de 1978. Era domingo y todavía me acuerdo de la humareda. Visible desde la Meridiana. La tragedia, con un confidente policial de por medio, sirvió para descabezar el movimiento anarquista a comienzos de la Transición. Ya nunca volvió a tener la misma fueza. Pese a la implantación que había tenido durante la II República.

Pero los hechos de los que le acusaban a Martín Villa en TV3 son de 1978. ¡Hace más de 40 años!

 ¡Haber dedicado el programa a las ingerencias de Torra en Santa Coloma de Farners, que estaba mucho más cerca!. (...)

Pero lo bueno, como decía, fue el Telenotícies mediodía del día siguiente. El informativo diario de TV3 ya suele dedicar entre quince y veinte minutos cada día al proceso. Y eso con suerte.

Tras la constitución de los nuevos ayuntamientos, le tocó el turno a Gonzalo Boye desde Amer.
Ya saben, aquella localidad en la que han colgado un poster gigante del líder en la plaza del pueblo.

Ni los de Stalin en la Plaza Roja debían ser tan grandes.

La presentadora, Cristina Riba, diciendo que Boye alimenta con sus tuits “el misterio sobre lo que puede pasar en los próximos días” en alusión a la constitución del Parlamento Europeo.
¡Hasta le sacaron uno en antena! Luego lo entrevistaban en directo. El abogado de Puigdemont retaba al juez Llarena a cursar una nueva orden de detención, criticaba las “respuestas improvisadas” del Supremo y de la Junta Electoral y acababa diciendo que “claro que tienen inmunidad.”

Sin olvidar el tema de la asistencia. Porque si a un acto que van 500 personas es el quinto o sexto tema del día del Telenoticies apaga y vámonos. Aunque recuerdo una protesta delante del CIE de la Zona Fanca en la que eran 200. Hasta lo admitía la reportera. Y si decía que eran 200 debían ser menos. ¡A partir de ahora cualquier primera comunión de familia numerosa o boda multitudinaria puede salir por TV3!

A continuación el copresentador, Ramon Pellicer, introducía otro tema sobre la decisión del Supremo de no permitir a Oriol Junqueras tomar su acta de eurodiputado. Advertía que “expertos en derecho constitucional la consideran precipitada y sin una argumentación jurídica consistente como decía Gonzalo Boye”.
Las negritas son mías: los dos expertos consultados hasta coincidían con el letrado de Puigdemont!
Habían encontrado, en efecto, dos voces para rebatir las tesis del Supremo.

No voy a entrar en el meollo del asunto porque no soy abogado y el tiempo dirá. Pero uno era Antoni Bayona, exletrado mayor del Parlament hasta que dimitió en junio del 2018 para ahorrarse problemas judiciales o incluso penales. Es cierto que dimitió pero el frente del Institut d’Estudis Autonòmics fue uno de los que empezó a fer bullir l’olla con el Estatut, paso previo del derecho a decidir. Bayona lleva toda la vida institucional -ha tenido varios cargos- a la sombra de CiU y si saltó del barco fue demasiado tarde.

Si personas con su preparación y trayectoria hubiesen advertido antes de los riesgos que corríamos todos quizá ahora no estaríamos como estamos. Y si lo escribo aquí y así es porque él sabe lo que pienso. El otro era el catedrático de derecho constitucional de la Universidad de Barcelona, Xavier Arbós.

De tendencia constitucionalista -yo diria que cuota federalista- se ha mostrado siempre crítico con el proceso por eso tiene mérito que en este tema estuviese a favor de las tesis de TV3.

A continuación, la presentadora informaba del festival organizado por Òmnum Cultural "contra la represión”. Explicaba que era “para homenajear” al presidente de la entidad, Jordi Cuixart, y “para denunciar que el Estado español vulnera derechos fundamenels como la libertad de expresión y de manifestación".

La reportera in situ, Marta Llohis, explicaba que en la carta enviada por Cuixat afirmaba que “no tendrá ninguna duda en volver a desobedecer las leyes injustas” como ya hicieron los catalanes el 1 de octubre “como un solo pueblo” (sic). Que “todo empieza en Santa Perpètua de Mogoda -donde se celebraba el festival- pero va más allá de los Països Catalans e incluso del mundo entero”.

Luego hacía un anuncio en directo a ver si llenaban: había “actividades culturales para grandes y pequeños”, duraba nueve horas, estaba abierto “hasta las ocho de la tarde”, había más de “40 actuaciones” de grupos que “vienen gratuitamente” como Oques Grasses o Txarango, dos de los conjuntos de moda.

Pero no sé que pensar por qué la última vez que vi a la periodista en cuestión por los pasillos del Parlament antes de incorporarse a TV3 fue con un lazo amarillo en la solapa. Como hace tiempo que la conozco agradecería que me desmintiese si no es así. La conexión acababa con unas declaraciones del vicepresidente de la entidad, Marcel Mauri, en su línea: “juicio contra la democracia”, “derecho a la autodeterminación”, “obligación que tenemos de volver a intentarlo”.

Nada que decir pero el problema de fondo -además de los mecanismos de selección de personal en TV3- es: ¿qué representatividad tiene Òmnium para salir todo el día por TV3? Porque en las últimas elecciones en las que Jordi Cuixart fue reelegido votaron por él 5.400 personas. Con 5.400 no sacas ni un diputado en el Parlament. Ciudadanos entró por los pelos en el 2006 con 90.000 mientras que Unió se quedó fuera en el 2015 con 103.000. Para que vean.

Y que conste que me gustaría ver a Cuixart fuera de la cárcel aunque su alegato final tampoco ayuda. Deberían dejar los heroísmos para otro momento. El Supremo no es el plató del FAQS.

Lo cosa todavía continuaba.

Ramon Pellicer sacaba entonces otro tema relacionado con el proceso: un avance del reportaje “Entre togas” que iba a dar el programa 30 minuts esa misma noche y que denunciaba “el clima judicial que ha llevado al camino de la rebelión”. A cargo de Ariadna Oltra y Sara Segarra, era la crónica final tras 52 días de juicio encaminado a buscar -o más bien poner de relieve- “la rígida aplicación de la legislación”. “Delitos como la rebelión abren la puerta pera acumular una instrucción en Madrid y a suspender cargos electos” explicaba una voz en off.

Que conste que yo creo que tampoco fue rebelión pero una cosa es mi opinión personal y otra que TV3 se haya pasado todo el juicio contraprogramando el juez Marchena, los fiscales o incluso testigos de la acusación. Y en todos los programas. No sólo los informativos sino el Tot és mou o el Més 3/24 que tan sabiamente dirige y presenta Xavier Grasset parece que a 100.000 euros al año.
Había un escena curiosa en el que hablaban de la Declaración de Soberanía aprobada por el Parlament el 9 de noviembre del 2015 como “el inicio de desconexión con el Estado español”. ¿Desconexión? ¡Como sacar un enchufe!.

Aquí encontraron a dos expertos que cuestionaban que hubiese la “violencia necesaria para el delito de rebelión” pero al menos pusieron a otro, Enrique Gimbernat, que creía lo contrario. Incluso escribe en El Mundo. Pero diría que de todas sus declaraciones emitieron las que tenía menos carga judicial: “si esto no se castiga tendríamos un referéndum un año sí y otro también”.

En fin, ni que decir que entre uno y otro reportaje pusieron una escena de las cargas policiales del 1 de octubre pero ya no sabría decir si en la conexión desde Amer, el festival de Òmnium o los entresijos del Supremo porque siempre que pueden cuelan una. Espero no haberles aburrido con la extensión del artículo pero para que vean lo que tenemos que sufrir los catalanes con TV3.

En la CCMA siempre alegan -aparte de los informes favorables del CAC- que son líderes de audiencia. El citado FAQS, por ejemplo, lo vieron 322.000 personas y el Entre togues: 52 dies de judici: 520.000. Felicidades, pero eso quiere decir que hay también más de siete millones de catalanes que ya no ven TV3.

En algunos casos, como el mío, se ha roto el vínculo sentimental que me unía a la cadena desde su fundación en 1983 y los tiempos memorables del “Sue Ellen, ets un pendó”.

No lloraré por TV3 el día que la cierren, la adelgazen o la renoven. Se lo han ganado a pulso."           (Xavier Rius, director de e-notícies, e-notícies, 19/06/19)

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