20/3/19

El nacionalismo no discute: distribuye contraseñas. Es difícil prosperar allí sin tener password. Los pequeños empresarios y profesionales lo han demostrado con más o menos pudor. La mayoría de ellos aceptaron trabajar por el referéndum en unas condiciones que, aparte de irregulares, rozaban el surrealismo. Lo hicieron por el dinero; pero también cobijados porque la más potente expendeduría de credenciales morales era la misma que le encargaba los trabajos: la Generalitat de Cataluña

"Estos días han pasado por el Tribunal personas vinculadas con la realización y la distribución de la propaganda del referéndum. Algunos de los interrogatorios han tenido un aire embozado puramente mortadelo. Se respiró el aire de un crimen cuando el directivo de una empresa de mensajería contó que lo citaron en el bar de un polígono y un hombre y una mujer "bajaron de una furgoneta blanca" y le pasaron el trabajo.

Entre los personajes inolvidables ha estado Untal Toni, nombre y apellido, que se reunía con algunos de los testigos para que distribuyera cartas o preparara la cartelería. La Fiscalía, e incluso yo mismo, tiene la convicción de que Untal Toni es Molons, que entonces era secretario de Difusión y Atención Ciudadana de la Generalidad. Sus precauciones tenían, ¡y tienen!, su fondo: evitar que la Generalidad responda por la malversación de caudales públicos.

El directivo de la empresa de mensajería dio una explicación arquetípica del porqué aceptó el trabajo: "Venía de parte de la Generalitat y en nuestra situación de concurso de acreedores tampoco estábamos en condiciones de decir a un cliente con ese volumen de facturación que no le atendíamos". Es probable que en su caso las razones económicas fueron las más poderosas; pero ni siquiera en él puede obviarse el rastro de la intimidación.

En principio se debe a una cuestión de volumen: Cataluña es demasiado pequeña para el peso que tiene en ella la Generalidad. Al peso económico se añade el peso moral. El nacionalismo no es una ideología convencional. El nacionalismo no discute: distribuye contraseñas. Es difícil prosperar allí sin tener password

 Los pequeños empresarios y profesionales lo han demostrado con más o menos pudor. La mayoría de ellos aceptaron trabajar por el referéndum en unas condiciones que, aparte de irregulares, rozaban el surrealismo. Lo hicieron por el dinero; pero también cobijados porque la más potente expendeduría de credenciales morales era la misma que le encargaba los trabajos. (...)

El juicio avanza tratando de establecer hasta qué punto la violencia fue parte consustancial del Proceso. Es lógico, porque el factor V decidirá la cuantía de las penas. Pero una cosa es lo que el juicio decide y otra lo que muestra cada día, incluso descarnadamente. 

Esta capacidad de intimidación de un sistema político sobre sus propios ciudadanos. Este insidioso abuso de legitimidad, el más dañino entre los de su clase."                    (Arcadi Espada, El Mundo, 13/03/19)

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