"Ves el seguimiento que hacen en TV3 del juicio del Supremo y no tiene nada que ver con la realidad.
Ni en Catalunya Ràdio o Rac1
Hablo de oidas en este caso porque no las sigo.
Pero cuando mi mujer llega a casa siempre me pregunta: “¿Cómo ha ido el juicio?”
Los últimos días le contestaba: “Fatal”. Para los acusados, se entiende.
Porque han empezado las testificales de guardias civiles, por ejemplo.
La cara de los magistrados cuando hablaban del “odio” de la gente era todo un poema. Y las de las defensas, por cierto.
Pero ella se sorprendre porque ha estado escuchando Rac1 o Catalunya Ràdio toda la mañana. Utiliza el coche para trabajar.
Y transmiten la idea de que el juicio está ganado.
Como en TV3. Lo de la cadena pública es de juzgado de guardia.
Hay que empezar a decir que Núria Llorach -no sale en la foto porque
el viernes estaba enferma-, Vicent Sanchis y todo el resto del equipo directivo tienen en el proceso una responsabilidad no informativa o profesional sino criminal.
De hecho, la responsabilidad alcanza hasta el último trabajador de la
cadena porque no he oido a ninguno de los casi 2.000 en plantilla
protestar. Excluyo a los seguratas de la puerta porque son de una empresa externa.
Todos, todos han callado.
Claro que a 62.000 euros de sueldo medio de plantilla a ver quién es el valiente alza la voz.
Digo criminal porque han utilizado la cadena pública para excitar a la gente.
Un día alguien me dijo -y lamentó no recordar el nombre- que si Rajoy
hubiera visto TV3 durante los últimos seis años se habría vuelto indepe. Probablemente es cierto.
A cada protesta -la concentración en la consejería de Economía, los porrazos del 1-0, la aturada de país,
los cortes del AVE o la huelga general- hacían media docena de
conexiones en directo y en cada una entrevistaban a seis manifestantes, a
cada cuál más encendido.
Hagan números: 6 x 6 = 36.
Así es imposible no excitar a las masas.
De hecho, el Govern ya utilizó TV3 para forzar el choque de trenes
del referéndum al grito de “votarem, votarem” cuando algunos
exconsejeros -como Quim Forn, por ejemplo- admiten ahora incluso que era
“ilegal”. Si no hubo muertos fue un milagro.
Bueno, pues siguen con lo mismo.
Están vendiendo permanentemente que los guardias civiles mienten, que
Marchena vulnera el derecho de defensa, que Estrasburgo les dará la
razón. En definitiva, que el Estado será derrotado.
Pan comido. Bufar i fer ampolles. Lo que nos han estado vendiendo en los últimos años: la independencia está a tocar, al alcance de la mano.
Mentira.
Pero en este caso con el agravante de que lo hacen expresa, consciente, voluntariamente. Mienten y saben que mienten.
Consideran que la sentencia del juicio es la última oportunidad para resucitar el proceso.
Confían que si hay condenas provocará una gran movilización popular.
A ver si, con suerte, asaltan el Palacio de Invierno o la Delegación del Gobierno en Catalunya.
Si no, francamente, no se entiende tanta irresponsabilidad.
Además, el proceso ha sido una sucesión de posverdades. En cuanto caía una por su propio peso se apresuraban a levantar otra.
Con el juicio ha pasado lo mismo. Primero fueron las quejas sobre los
observadores internacionles. ¿Pero hay más transparencia que
retransmitirlo en directo?
Luego que si Marchena no es imparcial, que si no se pueden ver los
vídeos -se verán en la fase documental-, que si se vulnera el derecho de
defensa. En resumen, juicio farsa. (...)
A mí que el Govern y TV3 confíen que, con sentencias condenatorias,
la gente se echará a la calle me parece de una gravedad tremenda
tremenda
Es urgente introducir dosis de realismo en TV3. En sus informativos, en sus tertulias e incluso en sus programas de humor.
Y eso que probablemente no pasará nada.
Torra lleva mesos diciendo -desde una entrevista el pasado mes de agosto en La Vanguardia- que si hay condenas me oirán.
Lo único que han conseguido es que el abogado del Estado pida sedición en vez rebelión.
Provocando que el afectado se haya pasado a Ciudadanos y que su
sucesora haga un triste papel durante la vista oral. El otro día
preguntaba por el horario de los claveles.
Pero nada más.
Hasta han acabado acatando la decisión de la Junta Electoral de retirar los lazos amarillos como no podía ser de otra manera.
Y, el día de autos, apenas había un centenar de indepes en la Plaza Sant Jaume
¿Qué puede hacer el hombre? ¿Convocar elecciones?
Torra empieza a estar amortizado. Lo saben hasta los del CDR, que en una visita a Sabadell se negaron a darle la mano.
Que triste papel. Se cree hasta el "pueblo"
.
Pero lo más triste de de todo es que Catalunya se parece cada vez más a un parvulario." (Xavier Rius, director de e-notícies, 24/03/19)
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