2/1/19

Un fraude fiscal durante 34 años, como el de Jordi Pujol, es difícil de asumir. Un país que acepta pasivamente que su mayor representante ha cometido fraude fiscal durante tanto tiempo, sin que modifique para nada las pautas de ese movimiento, me parece gravísimo. Porque supone que es indiferente...

"(...) Pujol y todos los miembros de su Gobierno eran unos nacionalistas de derechas, vinculados al poder económico, y muy viciados por la corrupción. No se explica el mandato de Pujol sin algunos personajes centrales, como Macià Alavedra, ya fallecido, y Lluís Prenafeta. Fueron un foco permanente de corrupción. 

Con casos, además de lo que se arrastraba del caso Banca Catalana, como la Comisión de Ayuda a la Reconversión Industrial (CARIC), cuya investigación la prohibió el fiscal elegido por los socialistas, Eligio Hernández. Ese caso afectaba, de una tacada, hasta a seis consejeros y diversos empresarios. Con los casos de corrupción, el nacionalismo más atrevido no acabó de surgir.

--¿Qué piensa y siente cuando tiene conocimiento de la confesión de Jordi Pujol sobre su fraude fiscal, y cómo entiende que no haya tenido repercusión en el movimiento independentista?

--Me pareció gravísimo. Un fraude fiscal durante 34 años es difícil de asumir. Un país que acepta pasivamente que su mayor representante ha cometido fraude fiscal durante tanto tiempo, sin que modifique para nada las pautas de ese movimiento, me parece gravísimo. Porque supone que es indiferente. 

Pero no hay que olvidar a Artur Mas, con la sentencia del caso del Palau de la Música, que constata de forma explícita que su partido se benefició de más de seis millones de euros, con comisiones ilegales. Al independentismo le incomoda que su máximo dirigente simbólico, en el caso de Pujol, sea un delincuente, como él mismo ha reconocido. Pero no ha variado sus planes.

--¿Por qué no hay juicio sobre el caso Pujol?

--Es una deriva sobre lo que vivimos que no sepamos nada de ese proceso. Tiene dificultades objetivas, es cierto, pero podría haber una mayor premura para resolver esa situación, con horizontes, ahora, indefinidos. 

El juzgado central cinco, de la Audiencia Nacional, que investiga a la familia Pujol, señala que Pujol Soley, en el 2000, bajo la titularidad de su hijo, tenía 307 millones de pesetas, (cerca de dos millones de euros), en un banco en Andorra, siendo presidente. Siempre digo que no hay un país en Europa, ni en la Europa del este, que haya tenido un presidente en esa situación.

 Esa tolerancia es sintomática, y hace comprensible que en el artículo 79 de la ley de transitoriedad jurídica se fijara que los jueces anularían los procesos de todos aquellos que hubieran buscado un proceso democrático para la independencia de Cataluña. Estaba pensado una especie de amnistía, que no está incluida en la Constitución española. (...)"    (Entrevista a Carlos Jiménez Villarejo, Manel Manchón, Crónica Global, 30/12/18)

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