10/4/18

¿Por qué el norte rico de California se separó de México para unirse a EEUU? ¿Por qué Gibraltar sigue vinculando su soberanía a Inglaterra? ¿Por qué Ceuta y Melilla no se anexionan a Marruecos? El nacionalismo de ricos...

"(...) La insolidaridad como causa silenciada de los nacionalismos e independentismos aunque se vistan de anticapitalistas

Porque, no nos engañemos, qué regiones tienden a desear la independencia del Estado al que pertenecen sino, precisamente, aquéllas que son en promedio más ricas, mucho más ricas que el resto.

¿Por qué el Reino Unido no abandonó la libra para unirse al club del Euro? Y ahora ya podemos añadir, ¿por qué ya los británicos ni siquiera quieren pertenecer a la UE? ¿Por qué el norte rico de California se separó de México para unirse a EEUU? ¿Por qué Gibraltar sigue vinculando su soberanía a Inglaterra? ¿Por qué Ceuta y Melilla no se anexionan a Marruecos? A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Seguramente, en España los criterios de solidaridad redistributiva interterritorial no estén claros, pero es que jamás se oye mencionar, ni a unos ni a otros (nacionalistas o no), el nivel de solidaridad que consideran justo con otras regiones españolas.

Sólo hablan del ‘expolio fiscal’, calculado como la diferencia entre lo que aportan al Estado y lo que reciben de éste, pero jamás, y digo ‘jamás’, he oído en esta ecuación el componente que corresponde a la ‘solidaridad interterritorial’ y que debería descontarse del cómputo del mal llamado ‘expolio fiscal’.

Afirmar, por ejemplo, que un pensionista extremeño sale ganando con respecto a un pensionista catalán, porque el nivel de vida en Cataluña es mayor que en Extremadura, raya la demagogia y la falta de rigor.

 La comparativa hiere y además es falsa, se parece mucho a aquélla otra que suele poner el acento del fraude fiscal en los parados que reciben subsidio y a la vez trabajan en negro ganando ocho mil euros al mes (‘Culpables de ser pobres’, El País, 05/10/2012), como si tal situación fuese la mayoritaria y el paradigma a seguir para el diseño de la política económica y el control del fraude.

Lo riguroso sería comparar la pensión media del extremeño con la del catalán, dentro de un marco más amplio en el que se vieran los porcentajes en los que se reparte la población según la pensión que reciben.

Sin ir tan lejos, basta recordar las tasas de población en riesgo de exclusión y pobreza en una y otra región: la extremeña (la más alta de toda España) es el doble de la catalana. ¿Es éste un motivo por el que parte de la izquierda catalana respetable no quiere ni oír hablar de Renta Básica, proponiendo sucedáneos que minoren el potencial incremento del expolio?

Si el ‘expolio social’ en Cataluña es de 16 mil millones, la deuda histórica extremeña (otro expolio social, sólo que éste dura ya 30 años) es de 14 mil millones. Millones a los que el anterior ejecutivo regional del PP renunció alegremente, con diversas estratagemas, reduciendo la cifra a menos de un 4% del cálculo inicial. 

Lo peor de todo es que el argumento central para aceptar tal rebaja se hizo no comparando con Cataluña, que hubiera sido lo lógico, sino con otra región igualmente ‘pobre’ y a la que también se le tenía reconocida la deuda histórica, Andalucía. Deuda que ya fue saldada y que ascendió a 1.200 millones de euros.

Y mucho peor es la referencia al déficit en infraestructuras en Cataluña, reclamando inversiones para el corredor Mediterráneo. De risa. Decir esto y obviar el sempiterno aislamiento de Extremadura, donde toda actividad comercial y empresarial está abocada al fracaso por la falta de buenos accesos a la región. El famoso turismo rural no ha servido casi para nada en Extremadura, salvo para derrochar dinero público. No ha creado empleo, no ha generado riqueza, no ha fijado la población al territorio.

La infraestructura ferroviaria en la región es deficiente. El AVE se lleva prometiendo desde ni se sabe. Siempre en peligro de extinción, siempre con la amenaza permanente de que el AVE emigre a Salamanca. Ahora ya se habla de Tren Digno.

Y de la infraestructura aeroportuaria no digamos nada, mejor dejarlo, ni pagando a las compañías aéreas quieren venir a Extremadura, que se supone es el centro neurálgico de un triángulo geoestratégico y económico de primer nivel (Madrid-Sevilla-Lisboa).
No hay autovía entre las dos principales ciudades de la región, Badajoz y Cáceres, que distan entre sí 90 kilómetros. Dos horas en tren entre ambas capitales. Casi hora y media en bus. Y una hora por carretera secundaria, con exceso de velocidad y si no hay caravana de camiones. 

La opción de la autovía de Mérida es también de hora y media, aunque más cara y larga.
Tener que realizar alguna gestión en Madrid yendo desde Badajoz en transporte público supone un día de viaje, otro para las gestiones y otro para la vuelta. Vamos, de pijama y bocadillo para el camino.

A todo lo cual, hay que sumar la opinión indignada existente al otro lado del Ebro, que tuve la ocasión de escuchar de primera mano durante mi paso por la Universidad de Zaragoza, de que al otro lado del Guadiana, en Extremadura y en el Sur de España, no tendría que haber autovías porque no hay peajes, cosa desconocida en las autovías de los paisos catalans. 

 Una injusticia mayúscula para Cataluña, más si cabe, como me argumentaban (para darle más peso a su reclamación), estando Extremadura casi despoblada. En efecto, para qué quieren los extremeños autovía, si apenas hay gente y encima no la pagan. ¡Me quedo helado y sin argumentos!  (...)"                     

 (Juan Agustín Franco Martínez, Profesor de la Universidad de Extremadura,   ,

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