9/1/18

¿Sabe lo que más me sorprende? Que los mismos que nos han llevado hasta aquí vuelven a presentarse. Y sin remordimientos de conciencia

"(...)  -  Parece que el proceso vuelve a empezar.

Algunos hablan de volver a “la casilla de salida”. No lo sé. Quizás simplemente entremos en una nueva fase con más variables que antes. Se ha visto, por una parte, la capacidad de respuesta del Estado y por otra la mentira del relato secesionista, se ha acabado el “tenemos prisa” y se ha visto la movilización de los unionistas mientras que asistimos a una pelea entre Puigdemont y Junqueras inédita hasta ahora. Todo esto es muy reciente y muy novedoso 

 -  Al menos, al final no hubo violencia. Doy fe que usted y yo sufríamos.

La tentación de hacer una plaza Maidán estuvo muy presente. Creemos que nosotros pensábamos en una violencia a partir del desengaño. Ya nadie duda que la sociedad catalana está fracturada –podríamos discutir hasta que punto- ni tampoco que hoy en día la violencia ya no se ejerce como en el siglo XX. 

El pensador Slavoj Zizek escribió que “El verdadero «romper los huevos» no es la violencia física, sino la intervención en relaciones sociales e ideológicas que, sin destruir necesariamente a nadie o nada, transforma el campo simbólico por completo” Esto es lo que precisamente creo que ocurre hoy en Cataluña.  Usted y yo estamos fuera del marco, quedamos excluidos a la fuerza. 

-  Si hemos de creer a Marta Rovira fue gracias a ellos que no se derramó sangre.

 Catalunya es hoy un victimato. Nadie quiere ser víctima, pero todo el mundo quiere haberlo sido. Estamos como si se hubiera muerto Diana de Gales, en estado de pretendida conmoción colectiva.  En un libro que le recomendé de Daniele Giglioli este dice “La víctima es el héroe de nuestro tiempo”. Además “¿cómo podía la víctima ser culpable o responsable de nada?”

 - La autocrítica en el campo soberanista ha durado lo que dura un caramelo.

 Es que no la pueden llevar a cabo. Nadie en su sano juicio se fiaría de un médico, de un abogado, etc. que supiésemos a ciencia cierta que nos ha mentido. ¿Cómo alguien puede fiarse de quien dice que los bancos nunca se irían, de que Europa reconocería la independencia, de que todo estaba preparado...?

 - ¿Sabe lo que más me sorprende? Que los mismos que nos han llevado hasta aquí vuelven a presentarse. Y sin remordimientos de conciencia

 Los independentistas se colocan en el terreno de los sentimientos, en un plano religioso, ajenos a la realidad circundante. Oriol Junqueras poco antes de entrar en la cárcel instaba a los suyos diciendo que “el Bien vencerá al Mal hasta la victoria final” Es un acto de fe, una y mil veces repetido que conjuga los dos grandes relatos fracasados por una parte las creencias religiosas y por otra el comunismo tipo Che Guevara. Es un coctel de prodigios.

 - ¿Usted entiende esto de Junts x Catalunya? Quiero decir que no es el PDECAT el que se presenta

 En Catalunya se han producido demasiadas anomalías, distorsiones cuando no simples alteraciones del juego democrático. Estamos desde hace mucho tiempo instalados en un auténtico estado de excepción y no solo por la intervención reciente del Estado, sino por la alteración de las reglas de juego, del funcionamiento normal de una democracia. Esta “lista del presidente” tiene un sesgo personalista, un tufo totalitario.

 - ¿El 21-D arreglará alguna cosa?

 No creo, la verdad. Puede haber un parlamento muy fragmentado que haga difícil la gobernanza y que tengamos que ir a unas nuevas elecciones. La bipolarización en dos bloques refleja la falta de convivencia en Catalunya entendida ésta no como una simple coexistencia sino como el reconocimiento del “otro” como parte de “nosotros”. El bárbaro era en la antigüedad clásica aquel que no hablaba griego.

- No sé si Catalunya tiene remedio.

 Esta es una pregunta muy catalana. No creo que muchos británicos se pregunten si después del Brexit si Gran Bretaña tiene remedio. Posiblemente la que no tenga remedio sea la Catalunya ideal, la del Noucentismo, el sueño de la “caseta i l´hortet” de Macià, ese solo pueblo de Jordi Pujol con la inestimable ayuda de los comunistas del PSUC.

 Ni la Catalunya esencialista de Vicens Vives o Espriu, la voluntad de ser de Catalunya. Ahora sencillamente somos pero somos diversos, plurales, mestizos. Somos lo que somos y no lo que algunos querían que fuéramos.

 - En plan Castro: ¿La historia absolverá a Puigdemont?

 Lenin decía que hasta donde él podía alcanzar la Historia la hacían hombres. Puigdemont es un líder populista para él la política es espectáculo y transcurre a través de las pantallas, -el plasma, el Twitter, las redes sociales- es un líder digital propio de los tiempos líquidos qué vivimos. 

No es un político sino un actor con golpes teatrales. A veces parece que interpreta a Serrallonga, audaz y mítico a un mismo tiempo.

 - ¿Qué falló en Mas? Si cree que falló alguna cosa.

 Usted tenía muchas esperanzas puestas en él porque hablaba inglés y había ido a Aula. En primer lugar Mas era un hombre del pasado. El candidato no tanto del propio Pujol como del “clan” Pujol.

 Ligado al llamado sector “negocios” de la antigua Convergència y con el cadáver de la corrupción por enterrar. Mas es un neoliberal furibundo. Está convencido que las lucha de clases no solo existe sino que la ganaron los suyos. Es un calvinista, el Norte es siempre su ideal.

 El sur somos los PIGS -los cerdos- Portugal, Grecia, Italia y España.  Lideró los recortes con entusiasmo. La manifestación del 2012 le hizo temer una revuelta social, había el precedente del 11-M. No la supo leer porque una cosa es la calle y otra la política. No supo aceptar la derrota ni en el 2012 ni en el 2015.  Fue el Kerenski del proceso y la CUP se cobró su cabeza.   (...)"                     (Entrevista a Manuel Trallero, Xavier Rius, e-notícies, 14/12/17)

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