"(...) las
prácticas políticas de las fuerzas soberanistas evidencian un uso
instrumental de la democracia. Es decir, cuando los mecanismos
democráticos sirven a la causa nacional se consideran válidos, pero son
retorcidos o negados cuando son un obstáculo para ello.
Así,
la consulta del 9N sin censo electoral, donde los mismos que
organizaron las votaciones fueron los encargados del escrutinio y con
unas preguntas diseñadas para que venciese la opción independentista
fueron presentados como el summum de la democracia.
Las elecciones del pasado 27S fueron presentadas como plebiscitarias,
cuando en realidad fueron unos comicios legislativos donde se
amalgamaron las opciones del sí y el no con el voto a los partidos
provocando notables distorsiones. Tanto es así que, a pesar de su
carácter plebiscitario, se afirmó que para validar la independencia se
contarían los escaños pero no los votos.
Una táctica ventajista, pues la
ley electoral favorece la sobrerrepresentación de las circunscripciones
de la Catalunya profunda, partidarias de la secesión, frente a la
Catalunya metropolitana donde la opción independentista es minoritaria.
Otra clamorosa anomalía democrática radicó en el hecho de que el
president Artur Mas, candidato a la reelección, no se presentó como
cabeza de la lista de la coalición Junts pel Sí (JxSí), sino en el
cuarto lugar.
Ello le permitió sortear la regla democrática consistente
en que el candidato a la reelección ha de rendir cuentas de su gestión
en la campaña electoral. Así el cabeza de lista de paja, el exdirigente
de ICV Raül Romeva, compareció en los debates desentendiéndose de la
gestión de CiU con el argumento de que él no estaba.
Ahora esta
distorsión se ha magnificado hasta el extremo con la elección de Carles
Puigdemont, que figuraba en el número 3 de la lista de JxSí por Girona y
que ni remotamente compareció ante la ciudadanía como candidato a la
presidencia de la Generalitat.
Además, las elecciones plebiscitarias se convocaron a principios de
agosto, un mes políticamente inhábil, y se iniciaron el Onze de Setembre
para aprovechar la subida de la adrenalina patriótica. De modo que, a
diferencia de Escocia, no hubo espacio para debatir racionalmente las
ventajas y desventajas de la separación.
Catolicismo y populismo
Los procedimientos antidemocráticos llegaron al paroxismo con la
valoración del resultado del 27S. Con sólo el 47,8% de los votos a las
candidaturas que apoyaban la secesión, la única conclusión democrática
–como reconoció la CUP– era que el plebiscito se había perdido. Por
tanto, debía reiniciarse el proceso hasta que una mayoría de la
ciudadanía apoyase la ruta hacia la independencia.
Sin embargo, en un
increíble ejercicio de trilerismo político, se sostuvo que el
referéndum se había ganado con el argumento de que los sufragios
obtenidos por la coalición Catalunya Sí Que Es Pot (8,94%) debían
contabilizarse en el “no sabe/no contesta”. De este modo, se orillaba
este obstáculo y se emprendía la ruta hacia la secesión a través de la
declaración de desconexión del 9N.
El
uso instrumental del argumento del ejercicio del derecho a la
autodeterminación se puso de relieve cuando dirigentes de JxSí
–especialmente los de ERC– han afirmado reiteradamente que descartaban
la convocatoria de un referéndum en condiciones democráticas, pues este
ya se había realizado el 27S y se había ganado.
Esta concepción instrumental de los mecanismos democráticos volvió a
evidenciarse con las declaraciones de Artur Mas cuando, en su
comparecencia para anunciar su retirada y el acuerdo con la CUP, afirmó
que con la cesión de dos diputados de la izquierda independentista a
JxSí se había corregido en la negociación lo que no le habían dado las
urnas.
Otro aspecto del escaso respeto a las normas democráticas se halla en
el uso obscenamente partidista de los medios de comunicación públicos
de la Generalitat, donde machaconamente se hace propaganda del
independentismo y donde apenas tienen cabida las voces disidentes o de
los contrarios a la separación.
Este subconsciente nacionalitario, que
acepta con dificultades el pluralismo político e identitario, se puso de
relieve en la moción de CDC en Sant Hipòlit de Voltegrà que reclamaba
no pagar el sueldo a los funcionarios y trabajadores municipales
contrarios a la secesión y que ha sido desautorizada por la dirección
del partido ante el carácter claramente antidemocrático de la
proposición.
En definitiva, los procedimientos del bloque secesionista revelan,
por el lado, el fondo católico del catalanismo que no acepta la
disidencia doctrinal y aspira a la unidad sin fisuras de los creyentes.
Por otro, muestra su semejanza con los populismos donde la “voz del
pueblo” –en este caso sólo de una fracción del pueblo– debidamente
manipulada se presenta como la quintaesencia de la democracia." (El Viejo Topo, 21 enero, 2016 Antonio Santamaría)
21 enero, 2016 Antonio Santamaría
21 enero, 2016 Antonio Santamaría
El
uso instrumental del argumento del ejercicio del derecho a la
autodeterminación se puso de relieve cuando dirigentes de JxSí
–especialmente los de ERC– han afirmado reiteradamente que descartaban
la convocatoria de un referéndum en condiciones democráticas, pues este
ya se había realizado el 27S y se había ganado.
Esta concepción instrumental de los mecanismos democráticos volvió a evidenciarse con las declaraciones de Artur Mas cuando, en su comparecencia para anunciar su retirada y el acuerdo con la CUP, afirmó que con la cesión de dos diputados de la izquierda independentista a JxSí se había corregido en la negociación lo que no le habían dado las urnas.
Otro aspecto del escaso respeto a las normas democráticas se halla en el uso obscenamente partidista de los medios de comunicación públicos de la Generalitat, donde machaconamente se hace propaganda del independentismo y donde apenas tienen cabida las voces disidentes o de los contrarios a la separación. Este subconsciente nacionalitario, que acepta con dificultades el pluralismo político e identitario, se puso de relieve en la moción de CDC en Sant Hipòlit de Voltegrà que reclamaba no pagar el sueldo a los funcionarios y trabajadores municipales contrarios a la secesión y que ha sido desautorizada por la dirección del partido ante el carácter claramente antidemocrático de la proposición.
En definitiva, los procedimientos del bloque secesionista revelan, por el lado, el fondo católico del catalanismo que no acepta la disidencia doctrinal y aspira a la unidad sin fisuras de los creyentes. Por otro, muestra su semejanza con los populismos donde la “voz del pueblo” –en este caso sólo de una fracción del pueblo– debidamente manipulada se presenta como la quintaesencia de la democracia.
Esta concepción instrumental de los mecanismos democráticos volvió a evidenciarse con las declaraciones de Artur Mas cuando, en su comparecencia para anunciar su retirada y el acuerdo con la CUP, afirmó que con la cesión de dos diputados de la izquierda independentista a JxSí se había corregido en la negociación lo que no le habían dado las urnas.
Otro aspecto del escaso respeto a las normas democráticas se halla en el uso obscenamente partidista de los medios de comunicación públicos de la Generalitat, donde machaconamente se hace propaganda del independentismo y donde apenas tienen cabida las voces disidentes o de los contrarios a la separación. Este subconsciente nacionalitario, que acepta con dificultades el pluralismo político e identitario, se puso de relieve en la moción de CDC en Sant Hipòlit de Voltegrà que reclamaba no pagar el sueldo a los funcionarios y trabajadores municipales contrarios a la secesión y que ha sido desautorizada por la dirección del partido ante el carácter claramente antidemocrático de la proposición.
En definitiva, los procedimientos del bloque secesionista revelan, por el lado, el fondo católico del catalanismo que no acepta la disidencia doctrinal y aspira a la unidad sin fisuras de los creyentes. Por otro, muestra su semejanza con los populismos donde la “voz del pueblo” –en este caso sólo de una fracción del pueblo– debidamente manipulada se presenta como la quintaesencia de la democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario