8/1/14

Si adelantamos algo en besos y piropos, será mucho más fácil el divorcio

"Hay un malentendido que urge aclarar. Me he dado cuenta al leer el documento titulado Las relaciones de cooperación entre Cataluña y el Estado español,redactado y difundido por el Consell Assessor per la Transició Nacional a finales de este pasado año. 

Vean esta frase contenida en la justificación del informe del grupo de expertos nombrado por Artur Mas: “Sería absurdo concebir esta independencia como una vía de ruptura con España”.

 Y a continuación, este argumento que sirve para sostenerla, junto al ya muy conocido de la interdependencia dentro de la globalización: “Tal como se desprende de las manifestaciones explícitas y mayoritarias de los actores públicos y privados que intervienen en el proceso, hay un voluntad explícita de fortalecer los vínculos históricos y actuales, colectivos y personales que existen entre los dos territorios”.  (...)

La idea tan portentosa y de momento incomprendida de que la consulta y la independencia son buenas para España y para Europa no ha hecho más que empezar a abrirse camino.

 Separarnos para luego abrazarnos, según expresión del filósofo Xavier Rubert de Ventós, cuya traducción inmediata es insultarnos y arañarnos primero para besarnos y piropearnos después. Está claro que los asesores de Artur Mas han creído que si adelantamos algo en besos y piropos, será mucho más fácil el divorcio. ¡Y vaya besos y piropos!

Tiene que gustar la idea de que España tendrá un aliado fiel y responsable, con el que formará un Consejo Catalano-Español, a imitación del Benelux, para colaborar juntos en Europa.

 También gustará y mucho, sobre todo a los portugueses, la oportunidad que será para España la creación de un Consejo Ibérico en el que los países peninsulares se relacionarán como lo hacen ahora los países escandinavos entre sí; aunque habrá que anotar la dificultad para explicar tan magnífica idea a los nacionalistas vascos y gallegos, que se verán incluidos en España y excluidos de una relación multilateral entre iguales. 

Pero lo que sin duda más gustará internacionalmente es la creación de una relación institucionalizada entre los territorios de habla catalana de cinco Estados: España claro está, Andorra, Francia, Italia y, naturalmente, Cataluña, en razón de que incluyen poblaciones de habla catalana a las que les interesará participar de una relación institucionalizada con la nación patrocinadora.

Ya sabemos cuánto gustan estas iniciativas entre países vecinos, aunque a veces puedan propulsar proyectos irredentistas que, por supuesto, el Consell no nombra ni tiene en cuenta, porque naturalmente no existen o si han existido ahora no tienen importancia. 

Más aún, la nueva relación de igualdad permitirá además “superar lo antes posible las viejas desconfianzas por pancatalanismo que han condicionado hasta ahora todos los intentos de colaboración”. Como se puede ver, con buena voluntad aparecen soluciones imaginativas a cualquier problema. Hay políticos que saben hacer siempre zumos dulces con limones amargos. No será ahora cuestión de reprochárselo."           ( , El País, Barcelona 5 ENE 2014)

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