9/1/14

En Cataluña, la guerra fue una guerra civil también en el interior de la propia Cataluña. Una fracción importante de la burguesía catalana contribuyó política y económicamente al esfuerzo de guerra de Franco. Cuando ganó la guerra, recaudó los beneficios de su inversión

"(...)Sigo en el XX. ¿Se puede hablar de un ”alzamiento militar” en 1936 contrario a los intereses catalanes que provocó la oposición y la lucha de toda la sociedad catalana?

La sublevación militar de 1936 se produjo contra el proceso reformista que suponía la experiencia republicana, especialmente tras las elecciones que ganó el Frente Popular. 

Ese proceso reformista incluía una nueva forma de articulación territorial del estado (por la vía de los estatutos de autonomía) que fue uno de los aspectos, pero no el esencial, desde mi punto de vista, que impulsaron el golpe contra la legalidad republicana. Las víctimas del golpe fueron las clases trabajadoras en su conjunto y aquellos sectores de las clases medias y de la burguesía que se habían implicado en los procesos de cambio puestos en marcha en 1931.

 En Cataluña y en el conjunto de España. La guerra no fue una guerra “contra Cataluña”, sino una guerra civil en toda regla, también en el interior de la propia Cataluña. No sólo hubo catalanes en ambos bandos sino que una fracción importante de la burguesía catalana había tenido un papel muy relevante en los procesos de desestabilización del régimen republicano que se habían producido en los años anteriores al enfrentamiento bélico.

 Y una vez iniciado este, esos mismos sectores contribuyeron política y económicamente al esfuerzo de guerra de los sublevados. Cuando estos ganaron la guerra, aquellos recaudaron los beneficios de su inversión anterior. Y así durante las casi cuatro décadas que duró la dictadura.

 Los paganos de esa operación fueron una vez más las clases populares, así como amplios sectores de las clases medias, catalanas y españolas. La persecución de la lengua y la cultura catalanas fue también el resultado de la derrota republicana, o dicho de otra manera, fueron víctimas del triunfo de las fuerzas de la derecha, incluyendo entre ellas a una burguesía catalana que tenía claro donde estaban sus intereses, independientemente de lo que pasara con la lengua, con las instituciones o con los símbolos del país. 

¿El franquismo fue un régimen contra Catalunya? ¿Qué sentido tiene esa expresión?

Bien, creo que en parte ya he contestado anteriormente a esta última pregunta. El franquismo fue un régimen que defendió clarísimos intereses de clase, y que fue sufrido por una gran parte (seguramente, la mayoría) de la población española, incluyendo claro está a la catalana, que fue tratada sistemáticamente como enemiga.

 Los ciudadanos catalanes sufrieron la agresión constante del régimen en la misma medida que el resto de los ciudadanos españoles, con el añadido de aquellas políticas de represión lingüística y cultural que no se aplicaban, por razones obvias, en otros territorios del estado.

La ciudadanía que emigró de sus lugares de origen y llegó a Catalunya durante las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta, ¿fue una operación diseñada para castellanizar el país, para aniquilar su lengua y cultura?

No, y seguir manteniendo eso a día de hoy carece de sentido. La emigración masiva hacia Cataluña respondió a razones de índole económico y social; también (sobre todo al principio) político, pero no como resultado de una política orientada hacia la castellanización de Cataluña, sino como el resultado de la represión política en muchas zonas rurales de España que llevaba a la gente a huir hacia territorios como Cataluña donde poder empezar una vida nueva.

 Otra cosa, claro está, es que la llegada masiva de inmigrantes procedentes de otros lugares de España tuviera como consecuencia una profunda castellanización del país, sobre todo porque el régimen no permitía, por ejemplo, la escolarización en catalán, que sin duda hubiese amortiguado (aunque no evitado totalmente) esa castellanización.

 Para la lengua catalana, la combinación de una política lingüística represiva, la falta de una escuela en catalán y la llegada de millones de inmigrantes en muy poco tiempo que no tenían el catalán como lengua ni posibilidad real de aprenderla constituyó un golpe tremendo que la dejó en estado realmente comatoso. (...)"                    ( Entrevista a Francisco Morente, Salvador López Arnal, El Viejo Topo, Rebelión, 26/12/2013)

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