11/11/13

Porta Perales: "El proceso soberanista acabará en una vía muerta"

"La vicepresidenta de la Generalidad, Joana Ortega, no ve factible la consulta antes de octubre de 2014.

Una consulta legal y acordada con el Estado no se hará.

¿No se hará?

No, porque eso sería reconocer que Cataluña es un sujeto de soberanía político, y no lo es. Esta es la línea roja que pienso que el Estado nunca cruzará. Ahora bien, dicho esto, a mí me sorprendió que CiU rechazara un moción de la CUP que planteaba convocar la consulta de manera unilateral.

 Por lo tanto, creo que no se hará ni una consulta legal ni unilateral. Tampoco debería caber una declaración unilateral de independencia, pues si no hay una consulta unilateral, entiendo que una declaración aún menos.

Los partidarios de la consulta sostienen que no hay nada más democrático que preguntar a la ciudadanía.

Absolutamente falso. El nacionalismo catalán no quiere entender, desconoce o falsea, la democracia. La democracia no es votar por votar. Evidentemente, el voto es fundamental en un sistema democrático, pero no se puede plantear como una manera de satisfacer los deseos del pueblo. Eso es pura demagogia y populismo.

 Con esta lógica, si el pueblo pidiera suprimir los impuestos o expulsar a los inmigrantes, se tendría que consultar. Asimismo, según con la lógica nacionalista, si el PP, que tiene mayoría absoluta en el congreso, planteara una consulta para derogar el sistema autonómico e instaurar un Estado jacobino, se tendría que aceptar. Y no es verdad.

El PP no puede convocar un referéndum de esas características porque las reglas democráticas establecen que para cambiar el modelo de Estado se necesita una reforma profunda de la Constitución.

En una conferencia reciente, usted señalaba que el nacionalismo ha ganado la batalla mediática. ¿Eso significa que la mayoría de la ciudadanía catalana es favorable a un proceso soberanista?

En buena medida parece que el nacionalismo ha ganado la batalla mediática. Porque es obvio que a partir del derecho a decidir se concentran centenares de miles de personas y es obvio también que el ambiente mediático catalán parece favorable, en principio y de momento, a dicha reivindicación.

 Y digo parece porque desconozco qué es lo que en realidad piensa la gente. Lo que sí funciona es la espiral del silencio: aquello de mejor me callo para no ir a contracorriente. En cualquier caso, cuando el nacionalismo reivindica el derecho de autodeterminación, le recomiendo que lea las resoluciones de 1960, 1966, 70 de la ONU. 

Ahí se ve que el referéndum se reserva únicamente para pueblos bajo régimen colonial, y que en ningún caso se puede desintegrar un Estado legalmente constituido. Por otra parte, la ONU nunca habla del derecho de las naciones sino de los pueblos, y según sus relatores, Cataluña no es un pueblo. Lo siento.

En todo caso, supongo que la reforma constitucional no es un anatema...

Las constituciones se pueden reformar y es bueno que así sea. Y a medio plazo se tiene que reformar en muchos aspectos, pero creo que no cabe la posibilidad de que haya que romper la concepción del conjunto de España como único sujeto de soberanía. Y por otra parte, la Constitución no es tan maleable como algunos nos quieren hacer creer. Y, por otra parte, el nacionalismo catalán es muy difícil de contentar y de saciar. 

Es un nacionalismo que siempre pide más. Si ahora se encontrara una salida, ya sea mediante una mejora del sistema de financiación o con algún tipo de relación bilateral con el Estado, al cabo de diez o quince años volvería a insistir. Es un nacionalismo que en su genética, para entendernos, está implícita la independencia. 

Dicen que lo han intentado todo y que es imposible el diálogo con el Estado. Pienso que es falso. A ellos les funciona cualquier negativa porque pueden continuar con la cultura del victimismo.(...)"        (Entrevista a Porta Perales, Crónica Global, 11/11/2013)

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