" (...) ¿podría haber una solución democrática y una salida de la crisis para Cataluña por la vía de la independencia?
Ahí en Cataluña se tendrá que determinar qué es lo que significa la
independencia para distintos segmentos y sectores sociales. Para la
oligarquía catalana –que es, desde mi punto de vista, la gran impulsora
del proyecto soberanista “blando”– independencia quiere decir
básicamente independencia fiscal.
Por supuesto esto no tiene nada que
ver con un proyecto democrático europeo, sencillamente lo que trata es
de obtener ciertas ventajas competitivas, en beneficio de su propia
oligarquía, en este juego de intercambios que se producen a nivel
europeo.
Para las clases trabajadores o medias catalanas la
independencia significará otra cosa totalmente distinta, seguramente más
de lo mismo: más precariedad, más destrucción del Estado social.
En cualquier caso, la única salida democratizadora posible pasa
precisamente por una alianza en términos políticos con los países del
sur y por un proyecto de federación europeo construido de abajo arriba
basado en una redistribución fiscal. Es decir, no se puede ser
anticapitalista hoy si no se reconocen los fenómenos de desigualdad a
nivel territorial que produce el capitalismo.
La única manera de
contrapesar estas geografías de la desigualdad no es con políticas
soberanistas sino con políticas de distribución de la riqueza a escala
continental. Por lo tanto, la independencia fiscal es justamente lo
contrario, es solo la solución, vía autonomía fiscal, para un barrio
rico dentro de una ciudad pobre." (Entrevista a Emmanuel Rodríguez, Diario de un retorno, 20/09/2013)
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