8/11/12

Catalunya causaría baja inmediata de la UE en el momento mismo de convertirse en un Estado independiente. Se estipulan con meridiana claridad quiénes son los Estados miembros de la UE y Catalunya no aparece entre ellos

"La Comisión Europea lo ha dejado bien claro: Catalunya causaría baja inmediata de la UE en el momento mismo de convertirse en un Estado independiente. Los tratados europeos no prevén qué hacer en un caso así, pero sí estipulan con meridiana claridad quiénes son los Estados miembros de la UE y Catalunya no aparece entre ellos. Reintroducirla en la Unión como socio número 29 obligaría a reformar los tratados, para lo cual sería necesaria una negociación y la unanimidad de todos los demás miembros.
 
La realidad de esta situación la ha advertido el vicepresidentes de la Comisión Europea Joaquín Almunia y la ha confirmado -como muy bien explica Beatriz Navarro en un artículo clarificador en La Vanguardia- el ex jefe del servicio jurídico del Consejo Europeo, Jean-Claude Piris.

 Quienes quieran seguir abundando en los argumentos jurídicos pueden buscar las opiniones del profesor Jordi Sellarès (Esade) o el trabajo redactado en el año 2000 por Andrés Ortega y José María de Areilza.

Llegado el momento, que el trámite para formalizar el reingreso en la UE fuera más breve o más largo, más fácil o más penoso, dependería mucho de la voluntad política de los socios europeos: entre ellos España – y ya se sabe el papel perverso que juega el despecho en muchos divorcios-, pero también Francia o el Reino Unido, poco interesados a priori en que el ejemplo cunda. Pero aún imaginando el escenario más favorable, la nueva Catalunya independiente necesitaría un tiempo para hacerse un hueco como sujeto internacional que ahora no tiene, incluido en la UE. Así son las cosas.

El periodo transitorio en el que Catalunya estaría fuera de la UE podría servir para hacer una nueva consulta a los catalanes. Esta vez sí, sobre la adhesión a la Unión Europea. A fin de cuentas, el reingreso supondría volver a ceder –esta vez, a Europa- una gran parte de la soberanía nacional recuperada, particularmente en materia económica, financiera y fiscal. 

O sea, dejar una parte sustancial de la independencia –ahí donde más duele- por el camino. ¿Por qué dar por supuesto que los soberanistas catalanes pueden estar interesados en que la nueva Catalunya independiente quede de nuevo sometida a los dictados de Bruselas, Berlín y París (más, en ciertos casos, Londres, Roma y Madrid)?"           (Lluís Uría , La Vanguardia,

No hay comentarios: