"El referéndum sobre la independencia de
Escocia previsto para 2014 obliga a contextualizar correctamente la
realidad del fenómeno escocés para evitar tergiversaciones de dicha
consulta como refuerzo de agravios y reivindicaciones nacionalistas en
un escenario tan diferente como el español.
En un momento en el que el nacionalismo ha dejado de ser un fenómeno
marginal en Escocia, el Partido Nacional Escocés (SNP) persigue renovar y
reforzar su discurso nacionalista con el fin de avanzar en los
objetivos de su agenda política, que no son exclusivamente la
independencia. La separación es la aspiración de una parte del partido,
mientras otro segmento propugna una mayor autonomía dentro del Reino
Unido.
La convocatoria de referéndum tiene un importante componente
populista, pues la mayoría de la población escocesa no comparte las
aspiraciones secesionistas, aunque sí las reivindicaciones de mayor
transferencia de competencias dentro del Reino Unido.
Con el fin de atraer el apoyo de una sociedad más interesada en
ampliar la autonomía que en la independencia, la denuncia de injustos
agravios económicos fruto de la relación actual de Escocia con Reino
Unido constituye uno de los argumentos con los que el SNP justifica su
propuesta en momentos de crisis.
Pretende aglutinar en torno a un
ideario nacionalista a sectores sociales y políticos diversos como los
que componen el electorado escocés, apelando a la nación como elemento
homogeneizador de una sociedad a la que el SNP ambiciona liderar.
La
convocatoria le permite identificarse como garante de los derechos de
todos los escoceses frente al Gobierno británico y los partidos
unionistas, esto es, conservadores y laboristas, que son definidos por
el nacionalismo escocés como responsables de que Escocia no pueda
«decidir su propio futuro».
La convocatoria favorece la utilización de una retórica nacionalista
con la que el SNP quiere ser el representante hegemónico de los
escoceses con el fin de debilitar a los partidos unionistas en Escocia.
Se busca reafirmar los factores identitarios como elementos definitorios
de la cultura política y del comportamiento electoral de la región.
Evidencia esa desmesurada retórica nacionalista la declaración de Alex
Salmond, líder del SNP y primer ministro escocés, estableciendo un
paralelismo entre la situación de Irlanda antes de su violenta guerra de
independencia de Gran Bretaña en 1921 con lo que este líder calificó
como el «matonismo» que los políticos británicos dispensan al Gobierno
del SNP.
La fecha elegida para el referéndum confirma que Salmond desea
explotar las apelaciones emocionales y románticas que definen los
idearios nacionalistas: en 2014 se conmemora el 700 aniversario de la
batalla de Bannockburn que enfrentó a fuerzas escocesas e inglesas y que
puso fin a las pretensiones de los reyes ingleses por dominar Escocia.
Se ha generado un debate artificial que la mayoría social no demanda,
que está polarizando la sociedad, y que puede incrementar el rencor y
la división entre escoceses e ingleses, como sugieren las encuestas." (Rogelio Alonso, EL CORREO, 14/10/12, en fundación para la Libertad, 14/10/2012)
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