"Catalunya es uno de los poquísimos
países de la Eurozona en el que el Gobierno, a pesar de ser uno de los
gobiernos que han llevado a cabo con mayor intensidad la política de
recortes de gasto público, incluyendo gasto público social, y haber
apoyado reformas laborales orientadas a facilitar el despido de los
trabajadores y empleados, no ha perdido sustancialmente el apoyo popular
que determinó su victoria electoral -hace casi dos años-, victoria
basada en parte en un programa electoral que excluía el desarrollo de
tales políticas, tal como también, por cierto, hizo el Partido Popular
que gobierna actualmente en España (que sí ha sufrido una pérdida de
apoyo electoral).
¿Cómo es que la política de recortes ha tenido un
coste electoral al partido gobernante en España y a la gran mayoría de
los partidos gobernantes en la UE, y no la ha tenido en Catalunya?
Las causas de esta situación, claramente
excepcional, es que tal Gobierno de la Generalitat de Catalunya, que
tiene pleno control de los mayores medios públicos de información
públicos, tales como Catalunya Ràdio y la Televisió de Catalunya (TV3,
C33, 3/24, etc.), y que goza del apoyo de la mayoría de medios de
información privados, ha sido exitoso en promover el mensaje de que “no
hay alternativas” a tales políticas, debido al enorme déficit público
que había dejado el Gobierno tripartito anterior (y que se encontró
“inesperadamente” cuando llegó al Gobierno) y también al “expolio de
Catalunya por parte de España” que había creado un enorme agujero en las
arcas de la Generalitat de Catalunya.
El término un tanto belicista de
“expolio” se refiere al déficit fiscal de Catalunya versus el Estado
español, es decir, la diferencia entre lo que los ciudadanos que viven
en Catalunya contribuyen con sus impuestos y lo que reciben del mismo
Estado a través del gasto público.
De esta lectura de las causas del
problema financiero de tal Gobierno, la coalición gobernante CiU (una
coalición de un partido liberal, Convergència Democràtica de Catalunya,
perteneciente a la Internacional Liberal, y un partido
cristianodemócrata, Unió Democràtica de Catalunya, perteneciente al
grupo del Partido Popular Europeo, el mismo, por cierto, al que
pertenece el Partido Popular) ha propuesto (además de recortar el gasto
público para reducir el déficit y así corregir los supuestos excesos de
gasto incurridos por la coalición de partidos de izquierdas que
constituyeron el Gobierno anterior), una redefinición de la relación
financiera entre el Estado central español y la Generalitat de
Catalunya, proponiendo un pacto fiscal encaminado a desarrollar un
concierto económico semejante al existente en el País Vasco y en
Navarra.
Esta petición, a partir de la manifestación del 11-S (que
exigía un Estado propio para Catalunya) que reunió a un millón y medio
de personas en las calles de Barcelona, se convirtió, en manos del
Gobierno Mas, en un mero eslabón en el camino hacia la independencia de
Catalunya, objetivo que no estaba en el programa electoral de CiU ni
tampoco era un objetivo deseado por el Gobierno de la Generalitat para
tal manifestación del 11-S que, según CiU, debería haberse centrado en
la demanda por un pacto fiscal entre Catalunya y el Estado español.
Es
obvio que el Gobierno Mas quedó desbordado por la propia manifestación y
que intenta ahora canalizar esta protesta (que en otros países hubiera
sido en contra del propio Gobierno) hacia el Estado español.
El enorme
enfado popular hacia los recortes, entre muchos otros agravios, se
intenta canalizar, no en contra de la Generalitat y su partido, CiU,
sino hacia el Gobierno de España gobernado por el mayor aliado que CiU
ha tenido en el desarrollo de sus políticas." (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 25 de octubre de 2012, en www.vnavarro.org, 25/10/2012)
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