"P.- ¿Qué está pasando en Cataluña?
R.-
Un sustrato hasta ahora minoritario se ha ido haciendo hegemónico ante
las dificultades económicas. Se ha recurrido a la visión política para
intentar despistar los problemas de la economía, buscando un chivo expiatorio:
el culpable es España. Se está utilizando la política como una muleta
para tapar los problemas de Cataluña, que están ahí con España o sin
España.
P.- ¿Pero no dirá que para muchos ciudadanos el modelo autonómico está agotado?
R.- Se han ido acumulando fallos y defectos del sector público,
pero también llevamos 25 años de campaña ideológica contra lo público.
En la mayoría de las veces, detrás de las críticas suelen estar los
intereses de una empresa privada. Si nos pasamos 20 años diciendo a la
gente que los marcianos son verdes, cuando hagamos una encuesta nos saldrá que los marcianos son verdes.(...)
Hace ya ocho años se veía bastante claro que teníamos que hacer una
reforma autonómica. Yo dejé sobre la mesa una nueva ley de entidades
locales porque había que hacer frente al problema de las duplicidades.
Si hubiéramos abordado hace ocho, nueve o diez años los problemas y las
disfunciones acumuladas, seguramente hubiéramos pasado mejor esta
crisis, y no ahora, que abordamos los problemas a la desesperada y con
una absoluta deslegitimación de la clase política.
La solución no es romper España, ni volver a un centralismo mítico
que no ha existido nunca. No creo en el mito de la independencia ni en
la unidad entendida como un proceso de recentralización. Hay que
repensar el modelo autonómico, siendo muy pragmáticos y audaces, abordando seguramente la reforma de la Constitución." (El Confidencial, 17/10/2012)
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